La pobreza de la familia afecta al funcionamiento del cerebro de los bebés
Miércoles, Marzo 22, 2017 - 10:03
Los niños más modestos presentan un funcionamiento más inmaduro y una menor capacidad para detectar errores, según investigación que advierte la necesidad de paliar las desigualdades.
Un estudio liderado por la Universidad de Granada (UGR) revela que la pobreza de la familia impacta en el funcionamiento del cerebro de los bebés. Así, los bebés pertenecientes a familias con menos recursos económicos y un menor nivel educativo presentan un funcionamiento más inmaduro y una menor capacidad para detectar errores.
En este trabajo participaron un total de 88 bebés de 16 meses, quienes debían observar cómo se completaban una serie de puzzles simples con los que previamente habían sido familiarizados.
Los investigadores midieron la respuesta de su cerebro mediante un electroencefalograma de alta densidad, tanto cuando los puzzles eran completados correctamente como cuando eran completados erróneamente (por ejemplo, patas y cuerpo de un pollito con la cabeza de un elefante).
Como explica Charo Rueda, del departamento de Psicología Experimental de la UGR, “la respuesta cerebral ante la observación de errores está bien caracterizada en adultos, y es una excelente medida del sistema cerebral relacionado con la atención y el aprendizaje”.
La investigación muestra que la reacción del cerebro de los bebés de 16 meses es muy similar a la de los adultos en la misma tarea, “lo que nos permite medir la eficacia del sistema cerebral atencional en niños preverbales. Esto es importante porque este protocolo nos puede servir para detectar precozmente riesgo en el desarrollo de problemas atenciones”, apunta Rueda.
Además, por primera vez se establece una relación entre el estatus socioeconómico de la familia de crianza y el rendimiento del cerebro de los bebés en la detección de errores. Esto es importante, “ya que muestra que el ambiente de crianza (la pobreza educativa y de recursos) impacta en el funcionamiento del cerebro de los niños desde bien temprano”.
Así, los resultados indican que el cerebro de bebés criados en familias de padres con menor nivel educativo y de recursos muestra un funcionamiento más inmaduro. “Este dato pone de manifiesto el impacto que la pobreza puede tener en el desarrollo del cerebro desde bien temprano y de la necesidad de paliar las desigualdades educativas y económicas en pos del adecuado desarrollo de los niños”, concluye Rueda.