Esta disciplina es fundamental para mejorar los canales de la comunicación corporativa, partiendo por las relaciones interpersonales.
Cuando se escucha hablar por primera vez de Programación Neurolingüística (PNL), es inevitable pensar que se trata de una ciencia relacionada a la neurología o algún software computacional.
Sin embargo, esta disciplina es bastante más sencilla de lo que suena: está basada principalmente en la comunicación, y en que cada persona es diferente a la otra.
Nació en 1972 como resultado de los experimentos de Richard Bandler y John Grinder, de la Universidad de California en Santa Cruz, que analizaron por qué personajes como Fritz Perls, Virgina Satir y Milton Erickson eran exitosos en sus campos de acción.
La PNL es el estudio de la experiencia subjetiva, es decir, "cómo cada persona es un mundo distinto, ya que tiene motivos conscientes, inconscientes y otros aún más inconscientes que la hacen ser, actuar y comunicarse de una manera determinada", describe el ecuatoriano José Torres, Director de la Escuela Ecuatoriana de PNL y profesor de ESPOL, quien se dedica a la disciplina hace 16 años.
Metaprogramas y percepciones
Los Metaprogramas son filtros de la experiencia y existen más de 20, indica el psiquiatra colombiano experto en PNL José Puche. “Sirven para identificar a una persona y comunicarse en sus propios códigos”.
La PNL funciona con metaprogramas en los que se subdivide la disciplina. Uno de los más importantes es el de sistemas de representación sensorial, el cual supone que cada persona tiene una forma predominante de percibir la realidad, que puede ser visual, auditiva o kinestésica (sensaciones).
Las personas visuales son muy organizadas, hablan muy rápido, describen con detalles objetos y personas, tienen ortografía impecable, se preocupan por su aspecto personal, combinan muy bien su ropa y prefieren hablar de forma precisa y objetiva. En general son bastante acelerados e impulsivos para tomar decisiones.
Las personas auditivas son rítmicas al conversar, están prestas a escuchar y a formular preguntas, les encanta la música y suelen tener facilidad para los idiomas. analizan a partir de lo que escuchan, y les gusta obtener información antes de tomar decisiones. En general son más relajados y no tan impulsivos para tomar decisiones.
Las personas kinestésicas suelen preocuparse poco por el orden, les encamta la comodidad, se expresan con facilidad a nivel emocional, hablan despacio, como mimando las palabras, les gusta la comida y el mundo social. En general no son nada impulsivos ni acelerados para tomar decisiones, y antes de tomarla, la han pensado y meditado bastante.
Como explica José Torres, ninguno de estos sistemas es bueno ni malo por sí mismo, pero “el problema se da, cuando nos quedamos actuando en un sólo extremo o canal de comunicación al máximo y nos olvidamos de información valiosa que se encuentra en los otros dos canales perceptuales o de comunicacion".
Lo que trata de hacer la PNL es potenciar los canales de comunicación que se tiene menos desarrollados, de manera que se pueda sintonizar en ellos. Entonces, proporciona herramientas y habilidades para que las personas puedan conocerse a sí mismas y a las demás, con el fin de desarrollar mejor la comunicación y tener una reprogramación de actitudes, lo que es útil y aplicable a todo campo de acción, desde la familia hasta los negocios, incluyendo la superación de fobias. Todo a partir de una mejora en las relaciones interpersonales.
La PNL en la empresa
Las empresas en el último tiempo "se han dado cuenta que los conflictos personales influyen en la vida laboral y viceversa", indica José Luis García, director de Comercialización del Instituto Venezolano de Programación Neurolingüística.
Es por eso que muchas empresas se han interesado en la PNL. “Se necesita que las personas que trabajan en la empresa estén bien a nivel integral, especialmente aquellas que tienen el poder de tomar decisiones”, dice García.
La PNL ofrece herramientas y técnicas sencillas para trabajar las relaciones interpersonales con los clientes y compañeros de trabajo, tanto en la parte horizontal como vertical de la organización. Además, permite negociar en forma eficiente con clientes y proveedores, generando un clima de confianza.
Gracias a esa capacidad comunicativa y de relaciones interpersonales, se pueden solucionar numerosos problemas y a la vez hacer la empresa más competitiva. “Porque en la PNL importa más el cómo se dice que el qué se dice. Entonces, sabiendo escuchar, hablar y sentir, se hace mucho más llevadero el conflicto”, dice García.
Otro punto que se mejora es la situación emocional de los trabajadores, pues se logra una mejor empatía con quienes rodean a la persona, mejora la comunicación en la supervisión y evaluación de personal, o al reclutar o seleccionar personal en recursos humanos.
También se pueden mejorar, por ejemplo, las estrategias de márketing. Según Puche, se potencia la capacidad de compenetrarse con el grupo objetivo o dirigirse en sus términos, usando todo el espectro de los sistemas de representación sensorial y llegando a ambos hemisferios cerebrales a través del lenguaje lógico y el uso de analogías y asociaciones de poder (con la música o las imágenes).
¿Y cómo es posible que la PNL sirva para todo eso?
Según García, si un profesional es capaz de conocerse mejor, puede potenciar sus fortalezas y puede trabajar de forma más eficiente en todo sentido. “La comunicación es un eje transversal de la empresa. Si ésta tiene un proceso de comunicación eficiente, va a trabajar mucho mejor. Si se mejora la comunicación, tiende a mejorarse todo el proceso”, asegura.
¿PNL v/s Coaching?
La principal diferencia que la PNL tiene con el coaching, según explica Puche, es que la primera tiene en cuenta el pasado con sus programas mentales, emocionales y conductuales y, en ocasiones, el proceso incluye desprogramar asuntos del pasado para reprogramar estados deseados.
El coaching, en cambio, va de presente hacia el futuro, y su objetivo es potenciar los talentos de las personas para que logren sus metas. “En este punto, ambos son complementarios, ya que la PNL busca hacer un énfasis explícito sobre los recursos y habilidades de las personas para que puedan construir su proyecto vital de forma 'ecológica', es decir, respetando el medio ambiente personal, familiar, laboral y social”, asegura.
Críticas a la PNL
La Programación Neurolingüística no está exenta de críticas. Se señala que quienes la practican creen que lo pueden curar todo, se le ataca como pseudociencia y como herramienta para manipular a la gente.
Sin embargo, José Torres asegura que en general se habla por desconocimiento, y antes de emitir criterios hay que leer e informarse sobre “lo que es y lo que no es la PNL”.
Con respecto a que se use para mentir o manipular, o aprovecharse de las personas para provecho personal, entonces “está haciendo cualquier cosa menos PNL original, porque no se creó con ese propósito”, dice.
De todas maneras, Torres asegura que la PNL es como cualquier disciplina: no es buena o mala de por sí, lo que hay son buenos y malos "Pnlistas", tal como hay buenos y malos médicos.
Por eso, aconseja a quien quiera inscribirse en un curso de PNL, que se informe bien acerca del instructor, cuáles son sus avales y credenciales, sus valores, su experiencia en el mercado, y que pida referencias a ex alumnos y clientes.