Fernando Valenzuela, presidente de la compañía para América Latina, refiere sobre por qué es crucial que se incluyan las tecnologías en las salas de clases.
Desde hace 20 años que en las escuelas de la región han introducido tímidamente las TICs en la enseñanza, en busca de capacitar en este territorio. Sin embargo, conforme avanzan los años, los proyectos se van modernizando y las iniciativas comienzan a incluir más que sólo computadoras o salas con telones y proyectores.
Hoy, los esfuerzos van porque sean las mismas escuelas y universidades las que articulen propuestas para conjugar la tecnología con el aprendizaje, sin temor y con una visión a largo plazo. Sobre esto mismo vienen trabajando en Cengage Learning, empresa que provee de soluciones y contenidos a escueñas y universsidades, relata Fernando Valenzuela, presidente de la compañía para América Latina, quien dice que “somos fuente transformación de los últimos cinco años, la educación necesitará una serie de jugadores para evolucionar y adaptarse al siglo XXI, recovirtiendo cosas que ya existían y agregando cosas que no”.
En busca de esta asimilación de tecnología en favor de la enseñanza y el aprendizaje, los entendidos refieren sobre darle voz a los estudiantes. Es una figura donde el profesor no pierde su autoridad, pero pasa a ser un intermediario. Los protagonistas son los estudiantes, quienes se convierten en“coparticipantes y cocreadores del contenido. No es dejar de lado al docente ni a la institución, sino que dejar en el mismo nivel a estudiante”.
Modelo explorador
Valenzuela dice que para aplicar este modelo de aprendizaje se basaron en el explorador del National Geographic, “que aplica las habilidades del Siglo XXI: inspirarse en el planeta, trabajar en equipo y con los medios de comunicación para transmitir el mensaje, trabajar con ciencia real, investigar, integrar a las comunidades locales”.Esto en base a que Cengage Learning adqirió activos de National Geographic, creando la marca National Geographic Learning.
Además, parte de este trabajo está determinado por LINNEA (Laboratorio de Innovación en Experiencias de Aprendizaje), desarrollado por National Geographic Learning y la Universidad Autónoma de Chihuahua, que desarrolla contenidos, tecnologías y servicios educativos, fomenta una plataforma de escucha para estudiantes y profesores en Latinoamérica.
“El Laboratorio surge de la necesidad de entender que este proceso de innovar y transfomar la experiencia de aprendizaje no es permanente, y que para eso hay que constituir un espacios donde con cierto grado de experiencia, se pruebe y falle en una forma más segura”.
La iniciativa incluye a académicos de la Universidad de Chihuahua, profesionales y estudiantes. Se trata de una red de varias personas que se encargan de intercambiar experiencias y conocimientos.
La realidad que enfrentan escuelas y universidades es otra, ya no sólo requieren de pizarrones, docentes, libros y estudiantes; ahora, el asunto implica integrar más elementos a las salas de clases, la medición del desempeño y la personalización de la experiencia de aprendizaje.
-¿Qué propone que hagan los estudiantes?
Tienen en sus manos la creación. Deben tener un pensamiento critico, cuestionar y adaptarse, porque antes había una sola verdad y repetían lo que el profesor decía y ahora esta es una versión de la verdad. Hace siete años no estaba Uber o las apps y los iPhones. Aunque esto es sólo el comienzo, las universidades siguen pensando como si estuvieran en el siglo XIX.
-¿Por qué cuesta tanto?
El cambio trae conflicto. Deberían cambiar los ránkins, los sistemas de medición y las certificaciones, tiene que cambiar todo. No hay ninguna fórmula que diga qué se debe hacer.