Ángeles Undurraga es directora ejecutiva de la red Mujeres del Pacífico y comenta a continuación cómo surgió la organización, además de sus principales focos de acción. Aunque la iniciativa busca orientar a las microempresarias latinoamericanas y generar redes de negocios a nivel internacional, no deja de lado al sexo masculino, pues se deben integrar realidades y conversaciones.
Era 2013 y 17 altas ejecutivas chilenas viajaban a Silicon Valley. Estando ahí se toparon con modelos de negocios, cada uno igual o más interesante que el otro. Sin duda, una experiencia que traería repercusiones positivas. Una vez que volvieron a tierras chilenas sintieron que lo aprendido no podía quedarse en una conversación de pasillo ni en una experiencia laboral o de vida nada más. De ahí que este viaje sirvió como base para construir lo que es hoy la Red Mujeres del Pacífico.
Ángeles Undurraga, la directora ejecutiva de la Red, también realizó un viaje de aprendizaje. Postuló a la Singularity University, en Silicon Valley, donde fue admitida y en la que permaneció las 10 semanas que dura el programa. Lo hizo como una forma de explorar el mundo de la tecnología e innovación, y terminó dándose cuenta que existía un tremendo potencial no explorado en las mujeres.
Lo que surge entonces, tras estas experiencias, es lo que a partir de diciembre de 2013 se conoce como Mujeres del Pacífico, “una red internacional de negocios al mundo que busca ayudar a las mujeres a convertirse en motores de desarrollo de crecimiento”. La Red nace además intentando aprovechar parte de las principales conclusiones de un estudio elaborado por el BID donde se da cuenta que los países con el mejor ecosistema para emprender en América Latina son Chile, Perú, Colombia y México. “Tomamos esos, que son parte de la Alianza del Pacífico, junto a Brasil y Costa Rica. Partimos globalizadas desde el principio, porque no se puede pensar sólo en Chile, que es un país pequeño en comparación con los otros, es una burbuja. Entonces si Mujeres del Pacífico no se abría no tenía sentido”, sigue Undurraga. Sin embargo, las metas son bastante grandes, “queremos extendernos y aprovechar la plataforma de la Alianza del Pacífico”.
La misión luego de concretarse continuó con la visibilización de la marca, la captación de socias y la localización de las microempresarias. Desde el principio tuvieron aceptación. Tan pronto surgió la Red ya llevaban 40 socias contabilizadas y a la fecha la cifra asciende a 70. Pero el corazón de la organización es compartido con las pequeñas empresarias, aquellas que más necesitan de una red de apoyo y que, de acuerdo con Undurraga, en principio era la Red quien las buscaba, pero ahora más personas saben de su existencia, a través de diferentes eventos. Acerca del aporte de las altas ejecutivas a las micro emprendedoras, Undurraga dice: “Ellas entienden que han llegado a un punto que deben devolver la mano, y ahí vemos impacto social. Ellas deben abrir camino a las que están partiendo. Y como son microempresarias eso nos intreresa más, no nos interesa sólo impulsar a las que les ha ido bien”.
Para este fin la Red ha realizado y organizará diversas actividades, como es el seminario que se realizó en marzo en conjunto con otras instituciones sobre cómo hacer negocios con Colombia y el viaje a Brasil que se llevará a cabo del 7 al 11 de abril de 2014, el cual tiene como destino a Brasil. Sobre este viaje, Undurraga explica que “se trata de conocer modelos de innovación, hacer una transferencia”, y adelanta que en el segundo semestre se realizarán dos más: a Alemania y a EE.UU. El 2015 viajaremos a Australia y Colombia. La idea es generar lazos comerciales con los países importantes para el bloque”.
Otros de los proyectos son el Lab I+M y la plataforma de e-commerce, ambos pensados para ser lanzados a fines de abril. El primero, relata la directora ejecutiva, consiste en acercar a las empresarias al mundo innovador, porque finalmente “quien no innova muere”. La plataforma de e-commerce será una ayuda más a las emprendedoras, de forma que puedan comercializar sus servicios, productos o know how. “Es un espacio virtual de networking”, dice. A estos se agregan seminarios y charlas, tanto gratuitos como pagados, sobre variados temas y que intentan capacitar a las emprendedoras.
Todo esto forma una parte de las tareas inmediatas de la Red, que buscan de fondo empoderar a las mujeres, guiarlas en su camino por emprender sabiamente y generar desarrollo a nivel latinoamericano.
Sobre las instituciones que apoyan y que trabajan en conjunto con la Red, Undurraga asegura que “vivimos de las colaboraciones, estamos con ProChile, varias universidades, iNNpulsa Colombia, y otras instituciones. Estamos en conversaciones con Michelle Bachelet por temas de innovación”.
Conversaciones mezcladas y mujeres con motor de desarrollo
Aunque se trata de una organización con foco en empoderar a las microempresarias, quienes en la mayoría de los casos emprende por necesidad y no por oportunidad, ni son propietarias de grandes empresas; Ángeles Undurraga aclara que tampoco se trata de hablar sólo de y para mujeres, pues la idea no es hacer un sesgo, sino que emparejar la cancha. De ahí que el viaje que se realizará a Brasil haya convocado a hombres y mujeres, en busca de que se interioricen en el ecosistema de innovación brasileño. “Queremos en este sentido que vaya gente de diferentes lados, que se generen conversaciones entre hombres y mujeres, no eso de que sea el 80% de hombres y 10% de mujeres”.
Esta necesidad de redes y conversaciones cruzadas, sin excluir al sexo opuesto, está siendo un clásico en las organizaciones que tienen como lema orientar a la mujer empresaria, tanto a la gestora de microemprendimientos como grandes proyectos. Lo que no es sencillo. Lo principal es igualar las condiciones conociendo las características de las mujeres a la hora de levantar un negocio.
Un ejemplo es analizar el comportamiento de las mujeres al momento de pedir financiamiento. Para Undurraga ocurre bastante que las mujeres no hablan de negocios en sus conversaciones cotidianas, en cambio, cuando los hombres se juntan, sin importar el lugar, terminan cerrando un negocio o hablando de proyectos.
A propósito de los retos de la mujer emprendedora, un reciente estudio denominado “Liberando el Potencial de Crecimiento de las Emprendedoras en Latinoamérica y el Caribe” comisionado por el FOMIN, halló que las mujeres suelen asociarse únicamente con familiares o amigos. Por esta razón para ellas es más difícil acceder a una variedad de mecanismos de financiamiento como los inversores ángeles y los fondos de capital semilla y emprendedor. Undurraga, que concuerda con esta realidad, también agrega otro problema: “se habla mucho de los microcréditos que se entregan a las mujeres, pero faltan créditos más grandes para realizar el segundo salto”.
Uno de los focos que persigue la Red, insiste Undurraga, es desmitificar que no hay mujeres emprendiendo. Y eso, sigue ella, no es culpa de nadie, sino que se debe a que las mujeres tienen varias labores, entre las profesionales y hogareñas, que no permite que se ocupen de visibilizarse. Y con ello ejemplifica con la creencia de que en Minería no hay mujeres. A ella le tocó hablar con algunas empresarias del mundo minero, que nadie sabe qué hacen y que no se presentan en charlas donde abundan los hombres. Entonces, los ejemplos sí existen, sólo falta visibilizarlos. Otro ejemplo de lo que pasa en Chile es que las niñas no tienen modelos femeninos a seguir, muchas veces, no así como en EE.UU. donde nombres como el de Sheryl Sandberg suenan fuerte. En el caso de Chile, Michelle Bachelet puede ser un caso exitoso, pero único. Algo que se replica en toda América Latina, donde pueden existir varias historias de éxito femenino, pero muy poco conocidas.
Mujer como motor de desarrollo de crecimiento
Fernanda Vicente es presidenta de Mujeres del Pacífico y cuando la Red fue presentada dijo que “las mujeres somos un motor de desarrollo económico”. En la misma línea, Ángeles Undurraga ha manifestado que “existen centenares de hombres confundidos y agobiados por este nuevo rol femenino”. Ambas están conscientes del empoderamiento femenino y de lo bien que estas instancias hacen al ecosistema emprendedor en general y a la mujer, en particular. Undurraga como directora ejecutiva de la organización explica que “ha cambiado el rol de la mujer, en varios casos es quien mantiene sola el hogar o es la que gana más”, pero también aclara que el hombre aún no entiende del todo lo que significa este cambio: “Se les enseñó a ser proveedores y cabezas de familia, a no llorar. Pero ese rol ha cambiado, porque ya no se puede vivir con un solo sueldo, por ejemplo”. Y la finalidad de todo, no es que por esta evolución se genere un resentimiento, sino todo lo contrario, que el hombre crezca del manera que acompañe a la mujer en este ambicioso camino.
Finalmente, Ángeles Undurraga refiere sobre la Red como un instancia para seguir orientando a altas ejecutivas y emprenderoras, pero sin olvidar del apoyo a las que están en la base de la pirámide. Porque “la mujer es el recuso subutilizado de la región y cuando se impacta a una, cinco personas se ven beneficiadas”.