La criolipólisis ataca células adiposas con la aplicación de frío en sesiones de poco más de una hora.
La criolipólisis está diseñada para esculpir y rediseñar la figura de forma integral. Para conseguir este objetivo, trabaja con diferentes aplicadores que se adaptan a todas las áreas del cuerpo y que trabajan con una temperatura de hasta -8° C.
El tratamiento, que consiste en destruir los adipocitos, es mayoritariamente indoloro, no invasivo y definitivo para la eliminación de las células adiposas, y se basa en el concepto de congelación localizada de las células grasas.
Una sesión de 70 minutos puede eliminar entre 35% y 42% de la grasa tratada. En una misma zona, pueden hacerse un máximo de tres sesiones y entre ellas deben pasar al menos seis semanas. En cambio, el mismo día sí pueden realizarse varios tratamientos en distintas zonas.
“Se logra así una muerte programada de estas células, científicamente conocido como proceso de apoptosis. Esto trae como resultado una disminución significativa de la grasa localizada, siendo eliminada naturalmente por nuestro cuerpo”, asegura la kinesióloga Alejandra Balieiro.
La también especialista dermatofuncional de la clínica Corporea agrega que esta técnica consigue resultados similares a una minilipo, pero con una gran diferencia: el proceso de criolipólisis no es invasivo.
Con este tratamiento el paciente no necesita anestesia, pabellón ni tiempo de recuperación, sino que puede retomar sus actividades diarias el mismo día que se realiza el tratamiento y no se genera el dolor agudo que significa una cirugía. Tampoco tiene riesgos asociados y los costos son significativamente más bajos.
Pasadas entre seis y ocho semanas, el paciente notará una disminución real de la grasa localizada en la zona de tratamiento. Finalmente, si mantiene una dieta equilibrada, el resultado será permanente en el tiempo.