La nueva tendencia va más allá y propone la autogestión, es decir, una empresa sin jerarquías, ni jefes, ni gerentes, y donde aumenta la participación de todos los trabajadores por igual.
La forma de organizarse en las empresas son variadas. Algunas son formales y normadas en sus procedimientos y otras, aunque mantienen las jerarquías, dan mayor autonomía a sus trabajadores.
La nueva tendencia va más allá y propone la autogestión, es decir, una empresa sin jerarquías, ni jefes, ni gerentes, y donde aumenta la participación de todos los trabajadores por igual.
"El clásico estilo donde hay un jefe que asigna tareas, autoriza y controla que no haya errores, no está respondiendo apropiadamente al mundo moderno que requiere que las decisiones se tomen con mayor rapidez y además provoca que las personas no trabajen a gusto pues viven en la angustia del control y con miedo a cometer un error", explica Leire Cosgaya, responsable de Transformación Cultural de Grupo Cygnus, empresa que está transitando a la autogestión y la eliminación del tradicional cargo gerencial.
Según Cosgaya, en una organización autogestionada el trabajador tiene libertad para administrar sus tiempos y prioridades, responsabilidad por la calidad de su trabajo, puede proponer acciones sin temor a equivocarse y tiene la iniciativa para coordinarse con otros trabajadores.
"En el estilo de trabajo tradicional las personas dependen de una jefatura que les dice qué hacer y a la cual deben rendir cuentas. Si dos trabajadores de distintas áreas necesitan coordinarse, no conversan directamente porque sienten que pasan a llevar a su jefatura. En cambio, en una organización autogestionada estos trabajadores sienten la libertad de conversar y coordinarse directamente. Desaparece la jefatura que controla y toma la decisión de todo, y que se convierte en un cuello de botella", grafica.
Clave: confianza
Según la experta, para implementar un equipo de trabajo autogestionado es clave tener confianza en que las personas saben hacer su labor y la realizan con responsabilidad. Como no hay jefes, hay responsables de tareas y se coordinan.
El trabajador de una organización o empresa autogestionada debe tener comohabilidades la capacidad de tomar decisiones, sentirse empoderado, confiar en sí mismo y en el equipo, y debe gustarle trabajar con más personas.
"Hay personas a las que no les acomoda la autogestión, porque prefieren que les digan lo que tienen que hacer y les cuesta tomar decisiones. Otros disfrutan la autogestión desde el primer día porque sin la figura de control se sienten cómodas, libres para mostrar quiénes son y su trabajo", explica.
Finalmente, este nuevo "estilo de gestión y forma de relacionarse apunta al bienestar de las personas, que se sientan a gusto y trabajen con tranquilidad, lo que se traduce en mejor clima laboral, eficiencia, mayor rapidez en las decisiones, innovación y creatividad".
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