Mundos distintos se comparten en cada uno de estos lugares y cada usuario puede construir su universo a partir de lo que puede buscar o encontrar.
Aunque varíen de tamaño y de propuestas, aunque sean pequeñas o imponentes, siempre las librerías guardan un encanto especial para quienes gustan de las letras. Si tiene un espíritu propio, defícilmente puede pasar desapercibida y las personas sabrán encontrarle el lado.
Eso pasa con los espacios citados aquí, se trata de cinco lugares en donde se venden libros, pero -por cierto- pasan muchas otras cosas. Mundos distintos se comparten en cada una de ellas y cada usuario puede construir su universo a partir de lo que encuentra o busca.
Y aunque hoy las alternativas digitales pueden ser muy pragmáticas en la solución de problemas, lo cierto es que aún no hay nada mejor como encontar un libro de aquéllos, profundamente interesante, intensamente sorprendente y tomarlo con las manos para -imaginariamente- devorar cada palabra.
Shakespeare and Company (París)
En "París era una fiesta", Ernest Hemingway da cuenta de la librería que una compatriota de él crea en la capital francesa bajo el nombre de "Shakespeare and company". Ella se llamaba Sylvia Beach y por razones varias decide ponerle candado y cerrar todo en 1941.
Pero las cosas se dieron para que poco más de una década después del triunfo de los aliados en la Segunda Guerra Mundial, un grupo de jóvenes seguidores de la literatura decidieran homenajear al tradicional espacio cultural.
Se contactaron con Beach y le pidieron autorización para usar el nombre en una nueva librería, a lo que ella dio su anuencia y desde 1958 ese espíritu que Hemingway recordaba en sus memorias volvió a revivir en la nueva versión del local.
Desde su inauguración, la segunda Shakespeare and Company ha incorporado residencias de escritores. Hasta cuatro pueden pasar la noche en la tienda, con la mayoría hospedándose desde una semana hasta un mes.
“Mi padre siempre aspiró a continuar el mismo espíritu que Sylvia Beach creó en su librería, hospedando a escritores y compartiendo libros a través de nuestro cuarto de lectura”, enfatiza Sylvia Whitman, hija del fundador George Whitman.
El Ateneo (Buenos Aires, Argentina)
Una de las mayores características de este espacio de libros es que se ubica donde estuvo el teatro/cine Grand Splendid, habiendo conservado la arquitectura original, pero estando a su vez readaptado para funcionar como librería. Se encuentra en Avenida Santa Fe, en el barrio de Recoleta. Fue elegida por el periódico británico The Guardian entre las más atractivas del planeta..
Convertido en un cine en 1929, el edificio que alberga la librería se sometió a su renacimiento a principios del año 2000. Muy estética, con una presencia tipo mall, lo cierto es que su vastedad es la que recuerda que se está frente a librería respetada, generando constantes espacios de lectura.
El Ateneo es una marca tradicional, creada en 1912, que actualmente se halla asociada a la firma Yenny, y posee más de 34 locales en Argentina, principalmente en Buenos Aires. El local del ex teatro Grand Splendid es el de mayor extensión y diversidad, con más de 120.000 títulos en stock.
Boekhandel Dominicanen (Maastricht, Holanda)
Hace casi una década que este terreno cambió radicalmente de rubro. En él se construyó en el siglo XIII una antigua iglesia de poco más de mil metros cuadrados, que con el paso de los años y la falta de feligreses se convirtió en una dinámica librería.
No sólo cuenta con casi 40.000 libros en holandés, inglés, francés, español e italiano. Los asiduos visitantes señalan convencidos que también cuenta con el mejor café de la ciudad. En la tienda se hacen más de un centenar de eventos ligados con la literatura y la cultura.
Su ubicación perteneció a la orden dominica y se remonta al año 1294. Se trata de un espacio muy bien aprovechado y atractivo, con una acústica especial para la lectura y la reflexión. Pero la dinámica de sus actividades entrega, más bien, una inquieta mezcla de movimiento y calma.
En ciertas zonas de su interior, incorpora altos estantes apoyados en columnas de piedra; los más altos, sólo pueden ser alcanzados por escaleras o un elevador. En la parte trasera los visitantes pueden sentarse a admirar esta obra del siglo hermosamente reconstruída, ya que se encontraba en pésimo estado.
John K. King Used & Rare Books (Detroit, Michigan)
Con más de 900 categorías en orden alfabético, el tradicional espacio ya cuenta nada menos que con cincuenta años de vida. Por su historia y sus características se trata, sin duda, de uno de los mayores atractivos de la ciudad estadounidense.
La librería con casi un millón de ejemplares se encuentra en una antigua fábrica de guantes y los libros se encuentran en los más sorprendentes estantes, que van desde tinas para el baño hasta neumáticos y cajones.
Incluye revistas y ejemplares antiguos de periódicos de variados años y ediciones valiosas como la primera edición del "Libro de Mormón" o una copia de los escritos de Tomás de Aquino impresa en Venecia en 1482.
En su sitio web no se anda con chicas: “¡Compramos libros y bibliotecas!”.
Cafebrería El Péndulo (Polanco, Ciudad de México)
Se trata de un espacio en el que se ha sabido mezclar libros y cafés con estilo, sin olvidar el concepto calidad de librería exigente. Además de hojear muchísimos títulos, es posible desayunar, comer o cenar mientras se disfruta de música en directo, recitales de poesía y monólogos de humor.
El espacio es claro, iluminado y acogedor, con una vegetación que asoma por muchos rincones, llenando la librería de un aire muy especial. Y, por cierto, llamando a quedarse.
Aquí, el desayuno durante el fin de semana se acompaña con música clásica en vivo. La más adorable de las seis sucursales en la Ciudad de México es la tienda de Polanco, que también sirve los mejores alimentos.
El servicio puede ser lento, pero es que todo aquí tiene un ritmo calmado, la idea es disfrutar el momento...