Así lo señaló la OMS, que pidió a los Gobiernos de todo el mundo medidas decididas para combatir la enfermedad.
La tuberculosis continúa siendo la enfermedad infecciosa más mortal a nivel mundial, incluso por delante del virus del sida, informó la Organización Mundial de la Salud (OMS), que pidió a los Gobiernos de todo el mundo medidas decididas para combatir la enfermedad, aprovechando la cumbre sobre la enfermedad que la ONU acogerá la próxima semana.
Según la OMS, nunca antes se había prestado atención a tan alto nivel al problema de la tuberculosis, ni se había tenido tan claro lo que hay que hacer para terminar con la enfermedad. "Debemos aprovechar este nuevo impuso y actuar juntos para poner fin a esta terrible enfermedad", señaló en un comunicado el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
En la cumbre, que tendrá lugar el miércoles 26, está prevista la adopción de una declaración política para reforzar la lucha contra la tuberculosis y aumentar las inversiones en ese ámbito.
Diez millones de personas infectadas en 2017
Se estima que cerca de diez millones de personas de personas en todo el mundo estaban infectadas con tuberculosis en 2017, aunque la OMS registró oficialmente 6,4 millones debido a que algunos casos no son reportados o están mal diagnosticados.
La tuberculosis es considerada habitualmente una "enfermedad de la pobreza", ya que está distribuida en regiones estructuralmente pobres de África, Europa del Este y Asia Central. Dos tercios de las nuevas infecciones fueron registradas en India, Indonesia, China, Pakistán, Bangladesh, Nigeria, Sudáfrica y Filipinas.
Reducción de muertes
Desde el año 2000, las muertes por tuberculosis de portadores del virus del sida se han reducido un 44%, mientras que los fallecimientos de personas que no tienen el VIH han bajado un 29%. El número de nuevos casos está cayendo alrededor de un 2% al año, según la organización, que destaca las reducción anuales del 5 y el 4% respectivamente que se han dado en Europa y en África desde 2013.
La enfermedad es curable con antibióticos, aunque sin tratamiento puede ser fatal.