Por Samantha Pérez, consultora en la Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
¡Qué duro es encontrar trabajo! Buscar en la sección de clasificados en el periódico, llamar a mil números de teléfono, visitar agencias de empleo… Una buena noticia es que los recursos están cambiando para ayudarnos; como ejemplo de esta evolución, en esta entrada anterior explicamos cómo algunos de los servicios de empleo público más avanzados están haciendo un uso estratégico de la tecnología para hacer el match correcto entre los empleadores y los trabajadores. En ese sentido, el uso de las redes sociales es otro medio que ha nacido como una nueva estrategia que puede resultar muy efectiva si se usa correctamente, y prueba de ello es que millones de profesionales ya las usan con este objetivo. ¿Pueden las nuevas plataformas como LinkedIn o Facebookcambiar la dinámica para encontrar trabajo?
Para empezar, no solamente millones de personas se están dando a conocer profesionalmente a través de las redes sociales, sino que los reclutadores las están utilizando como herramienta de trabajo. Alex López, formador del IESE Business School especializado en LinkedIn, explicó en esta entrevista cómo reclutar a través del sitio. Estos son algunos de sus consejos para conseguir mayor visibilidad:
1. Un buen titular que defina tu especialidad con honestidad y claridad.
2. Incluir tus logros profesionales con datos concretos y evidencia (resultadosconcretos) si es posible.
3. Crear aptitudes nuevas, creando tags propios e interesantes que definan tuexpertise.
4. Aceptar todas las invitaciones, ya que el poder de esta herramienta reside en las conexiones que hagas.
5. Comprobar los resultados usando las métricas de visitas e interacciones que la plataforma otorga.
Pero, ¿vale la pena tanto esfuerzo? ¿Las empresas realmente leen los perfiles que se crean y los artículos que se comentan? La respuesta es sí. Según un estudio realizado por InfoEmpleo y Adecco en España en 2014 acerca las redes sociales y el mercado de trabajo, el 69% de las empresas encuestadas hicieron uso de las redes sociales para reclutar candidatos ese año, y el 72% indicó tener una partida en el presupuesto de RRHH para reclutar a través de las redes sociales.LinkedIn resultó ser la plataforma más utilizada por estas empresas, seguido deTwitter, Facebook, blogs y foros. En el caso de Estados Unidos, un estudio reciente del Banco Mundial reveló que la duración del desempleo es 25% menor para aquellos que buscan trabajo a través de internet versus los que lo hacen por medios tradicionales.
Riesgos a tener en cuenta
Sin embargo, las redes sociales también pueden jugar en contra de los buscadores de empleo. En Bélgica, un estudio basado en una encuesta a 353 profesionales de reclutamiento y selección (Caers & Castelyns, 2011) señaló el riesgo de introducir sesgos en el proceso de selección, aun antes de tener una entrevista. Gracias a diversos estudios, sabemos que durante las entrevistas existe el riesgo de que ocurran sesgos según diversas características como el sexo (Harvie, Marshall-Mcaskey, & Johnston, 1988), edad (Lahey J. , 2006), y hasta la distancia entre nuestros ojos y boca (López Bóo, Rossi, & Urzúa, 2013), pero las redes sociales también pueden afectar la opinión del empleador, incluso antes de llevar a cabo una entrevista.
Según los autores, a pesar de que mucha información puede restringirse a usuarios desconocidos, cualquier persona puede ver las fotos de perfil, las cuales pueden usarse como señales de la personalidad y comportamiento del candidato. En LinkedIn, los entrevistadores pueden juzgar negativamente al profesional con base en una opinión negativa de las personas con las que se relaciona (guilt by association error). Las empresas también pueden verse afectadas a la hora de querer retener a sus empleados; los trabajadores conectados pueden estar mejor informados sobre otras oportunidades, compartir información de vacantes disponibles con otros colegas, y facilitar que empresas competidoras tengan acceso a ellos.
Investigadores ya habían identificado que el hecho de tener una red amplia de contactos es un factor que puede influir en la probabilidad de encontrar trabajo al promover el flujo de información (como muestran estudios como Montgomery, 1991 y Krauth, 2004). Y, a fin de cuentas, las redes sociales son una manera de hacer networking, funcionando como un intermediario más entre un empleador y un buscador de empleo. Por ello, no sería difícil imaginar que este tipo de plataformas pronto se expandan a varios países más, incorporando a todo tipo de trabajador y animando a los gobiernos a utilizarlas dentro de sus programas de empleo. Mientras tanto, la elección es de cada uno, ¿seguir utilizando los medios tradicionales o lanzar las redes y probar nuevos métodos?
Este artículo fue extraído del blog Factor Trabajo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)