Los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años superaron el 4,0% por primera vez desde 2010, ya que los mercados apostaban por que la Reserva Federal podría tener que llevar las tasas de interés más allá del 4,5% en su cruzada contra la inflación.
Las acciones mundiales se hundían el miércoles a mínimos de dos años, ya que el aumento de los costos de los préstamos y el agravamiento de la crisis energética intensificaban los temores de que el mundo pudiera entrar en recesión, lo que hacía que los inversores se lanzaran a por el dólar como refugio.
Los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años superaron el 4,0% por primera vez desde 2010, ya que los mercados apostaban por que la Reserva Federal podría tener que llevar las tasas de interés más allá del 4,5% en su cruzada contra la inflación.
La libra esterlina volvía a ser atacada por un nuevo aumento de los rendimientos de los bonos del Reino Unido, que han hecho que los costos de endeudamiento del Gobierno superen a los de países con mayores cargas de deuda, como Grecia o Italia.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y la agencia de calificación Moody's criticaron la nueva estrategia económica de Reino Unido anunciada el viernes, que ha provocado un desplome del valor de los activos británicos. Los inversores se preparaban para más estragos en los mercados de bonos, que ya han obligado al Banco de Inglaterra a prometer una acción "significativa".
Los bancos centrales de todo el mundo han subido las tasas de interés en la última semana y han dicho que harán lo que sea necesario para luchar contra una inflación al rojo vivo, sobre todo porque existe el riesgo de que el invierno en el hemisferio norte agrave la crisis energética mundial.
El dominio del dólar este año ha agravado el problema, añadiendo miles de millones a las facturas de importación de alimentos y energía de todo el mundo, salvo de Estados Unidos.
El índice mundial MSCI bajaba un 0,7%, en su séptimo día consecutivo de pérdidas, para alcanzar un mínimo no visto desde noviembre de 2020. Se encamina a una caída del 9% en septiembre, su mayor descenso mensual desde la caída del 13% de marzo de 2020.
En Europa, el STOXX 600 perdía un 1,8%, con todos los sectores, excepto el de la salud, en rojo. En la región, el DAX, sensible a las exportaciones, llegó a caer un 2,1% a su nivel más bajo desde finales de 2020, mientras que el FTSE 100 en un momento bajó casi un 2%, y el FTSE 250, de carácter nacional, perdió casi un 3%.
Wall Street parecía abocado a una apertura a la baja, ya que los futuros del S&P 500 cedían un 1,1%, mientras que los futuros del Nasdaq restaban un 1,5%.
La deuda pública europea volvía a sufrir presiones al intensificarse la crisis energética de la región tras una serie de incidentes que provocaron fugas en el gasoducto Nord Stream.
La rentabilidad de la deuda pública alemana a 10 años subía 5 puntos básicos (pb), a 2,3%, después de alcanzar un máximo de casi 11 años, a 2,309%.
Los precios del gas natural de referencia en Europa son un 150% más altos ahora que el año pasado por estas fechas.
La libra esterlina caía un 0,6% a US$ 1,0675, todavía por encima del mínimo histórico del lunes de US$ 1,0327, pero a punto de sufrir su mayor caída mensual desde la votación del Brexit en junio de 2016.
El dólar, un activo de refugio seguro, ha sido uno de los principales beneficiarios de la caída de la libra, subiendo a un nuevo máximo de 20 años de 114,780 frente a una cesta de divisas.
El euro caía por sexto día consecutivo, cediendo un 0,4% a 0,95505 dólares, alejándose de su mínimo de 20 años de la semana pasada de 0,9528 dólares.
El crudo Brent bajaba un 0,3% a 86,02 dólares el barril, mientras que el petróleo estadounidense caía un 0,5% a 78,17 dólares el barril.