Un grupo de expertos de la Universidad de Lincoln, Inglaterra, estudió las técnicas que le darían placer a los felinos.
Acariciar a un gato trae muchos beneficios, tanto para el felino como para el humano. Esta práctica permite que el animal se sienta tranquilo y libere el estrés, mientras que la persona disminuye su ansiedad y baja la presión.
Sin embargo, esta acción tiene sus códigos, por lo que no es tan simple como parece. El lugar favorito es la cara, específicamente, alrededor de sus labios, mentón y mejillas, que es donde se ubican las glándulas odoríferas, las cuales producen un fluido semiviscoso que contiene feromonas.
,A esa conclusión llegó un grupo de investigadores de la Universidad de Lincoln, Inglaterra, quienes también descubrieron que a los felinos no les gusta que los acaricien en el lomo cerca de la cola, dado que esa es su zona erógena, por lo que acariciarlos allí puede sobrestimularla, según publicó The Washington Post.
Una incógnita que dejó pendiente este grupo de expertos es lo que pasa cuando son acariciados en su panza, la cual exponen voluntariamente sólo cuando se sienten en confianza y en un ambiente carente de peligro.
De acuerdo al estudio, los felinos aprecian el cariño como una forma de acicalarse a sí mismos y no como una acción de roce, que siempre efectúan de la cabeza a la cola.
Si bien, no se detalló la forma en que les agrada ser acariciados, otras publicaciones afirman que nos les gusta que sea a contrapelo.
Lo que siempre hay que tener presente, es que estos enigmáticos animales tienen su caracter y se manejan a sus propios tiempos, por lo que es muy común que sean los humanos quienes deban adaptarse a sus hábitos. Por eso, es bueno mimarlos cuando ellos se acercan al humano y frotan su cuerpo contra él. Ideal, es cuando están ronroneando.
Un mal momento, es cuando se están aseándose o comiendo. Si en es instante muestran señales de molestia o enojo, es recomendable no insistir.
Una buena técnica para acercarse y comenzar a acariciarlos, es dejar que primero olfateen la mano de la persona y que luego esta le haga cariño en la cabeza. Si el felino muestra indicios de que se siente cómodo y no pretende irse, se puede avanzar hasta el lomo, para luego empezar otras vez.