El presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría, comentó este tema en un evento de IESE.
Políticos que sirvan al interés general, sin perseguir "el poder por el poder ni enriquecerse o beneficiar a amigos y seguidores" es una de las principales características que debe tener un líder del siglo XXI. Así lo manifestó el presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría, durante la clausura del XI Programa de Liderazgo para la Gestión Pública, celebrada recientemente en el campusde Madrid.
Según el portal de noticias de IESE, Romay Beccaría subrayó la necesidad de políticos que sepan que no son "amos, sino solo sirvientes del interés general". De esta manera rescataba una idea en la que recientemente ha incidido el Papa Francisco —subrayó— y que procede del pensamiento del franciscano Guillermo de Ockham: "El verdadero poder es el servicio".
El presidente del Consejo de Estado destacó que la crisis ha supuesto para España "una inmensa catarsis" y que "la tolerancia cero con la corrupción será tal vez uno de sus frutos más perdurables y provechosos".
Las tres "eses" del líder
Romay Beccaría dibujó un escenario de incertidumbre y transformación acelerada del que se pueden contagiar los líderes "cayendo en el error de la decisión apresurada". Para evitarlo, recomendó "sentido común" y respetar las tres "eses": serenidad, seriedad y sensatez.
Además de estas cualidades, "la preparación, el estudio y el conocimiento" son cualidades que precisa la sociedad actual dado que "el recurso económico básico ya no será el capital, los recursos naturales o la mano de obra: es y será el saber".
En este sentido, el XI Programa de Liderazgo para la Gestión Pública aborda las áreas de interés necesarias para una buena gestión de los recursos públicos, de manera que el participante logra mejorar sus competencias directivas.
El buen líder, según la filosofía
Con múltiples ejemplos de filósofos clásicos y modernos, intelectuales o políticos, Romay Beccaría trazó el retrato del que sería un buen líder a través de referencias a Aristóteles, Demóstenes, Ortega y Gasset, Václav Havel, Maquiavelo, Darhendorf, Isaiah Berlin o Max Weber.
Para responder a la pregunta sobre en qué consiste la capacidad de algunos para llevar con acierto el timón de la vida pública, Romay Beccaría recurrió a El Juicio Político, de Isaiah Berlin. "Ese don —citó— poco o nada tiene que ver con la capacidad para la descripción, el cálculo o la inferencia, ni con el saber teórico, la erudición o, en general, la capacidad para razonar o generalizar. Se trata, más bien, de lo que muchos llamarían simplemente intuición". O bien, como dice Berlin, "la comprensión especial de la vida pública".
Tras el recorrido teórico por el pensamiento de filósofos e intelectuales, el ponente llegó a la conclusión de que no existe una "ciencia específica que permita a los gobernantes resolver los problemas", aunque sí describió los cinco puntos en los que hallar las "claves del éxito":
1. La capacidad de comprender lo esencial de la vida pública.
2. La convicción de que es vano esperar que lleguen de la ciencia todas las respuestas.
3. El don privilegiado de saber usar la experiencia.
4. La opción por el empirismo audaz y no por el reformismo temerario.
5. Finalmente, la desconfianza hacia leyes y métodos contrastados en campos distintos de la vida social.