Considerando la incertidumbre social y económica a la que se ven enfrentadas las personas y organizaciones, es importante que los líderes posean ciertos atributos.
Entendido como la capacidad de guiar o inspirar a otros, el liderazgo es un término que se viene estudiando desde hace varias décadas y que ha cobrado gran relevancia durante la actual pandemia, sobre todo por la incertidumbre social y económica a la que se ven enfrentadas las personas y organizaciones.
Así lo destaca Andrés Cardemil, director de HumanNet Consultores, quien manifiesta que en la actualidad estamos enfrentados como sociedad a una situación que es nueva y desconocida, para la humanidad actual en su conjunto, y de la cual estamos todos aprendiendo. Este contexto, lleno de cambios y turbulencias, nos ha empujado a cambiar nuestra forma de ver la vida y el trabajo, modificando las rutinas y hábitos asociados.
“Todo lo anterior impone una serie de retos a las empresas e instituciones como, por ejemplo, la implementación del teletrabajo y la necesidad de contar con gerentes que ejerzan un liderazgo efectivo que permita a las organizaciones y colaboradores enfrentar los cambios y lograr los objetivos planteados, dado el nuevo escenario”, asevera el experto.
Pero para lo anterior tenga lugar, aclara que es fundamental que una compañía cuente con ejecutivos que posean los atributos adecuados que les permitan liderar con éxito a todos sus trabajadores.
Entre estos atributos está el nivel de conocimiento de sí mismo que tengan esos gerentes o jefes, así como saber las fortalezas y debilidades de cada uno de ellos, además de sus principales intereses. Es por esto que se aprecia la escucha activa de estos líderes: prestar atención a los demás, observando y captando el entorno no sólo con la vista, sino que también usando todos los demás sentidos.
El verdadero líder es alguien capaz de hacer coincidir sus intereses con los de sus seguidores, sabiendo interpretar las necesidades y deseos, sueños y propósitos que tienen las otras personas. En este sentido, debe ser un profundo conocedor de la naturaleza humana y de su entorno, también conocer el negocio y actividad que desempeñan.
Otro aspecto clave consiste en que el líder tenga una visión clara del destino de la organización, y así ir modelando un futuro deseado que pueda compartir con el resto para hacerlo común. Desde esa visión de futuro, establece los objetivos necesarios para alcanzarla. El líder debe ser un habilidoso observador de la realidad y, a la vez, un habilidoso inspirador para los demás.
Los retos
El director de HumanNet Consultores manifiesta que el principal reto que impone la crisis sanitaria del COVID 19 para las gerencias y jefaturas se relaciona con la adaptación y manejo de los cambios, debido a que se modificaron las prioridades para todos.
“Esta pandemia vino a acelerar los procesos de cambios, muchos de los cuales ya estaban en marcha. Asimismo, vemos cómo los avances de la tecnología estaban impulsando la transformación digital y cómo la información disponible en el mundo se duplicaba cada 47 días. Por lo que, al precipitarse los cambios aún más, el líder tiene que visualizar rápidamente cuáles son las nuevas reglas y condiciones para su mercado y su actividad”, dice.
Asimismo, y relacionado con lo anterior, el ejecutivo que lidera una compañía o institución debe ser capaz de movilizar a sus colaboradores y organización para que se adapten a la nueva realidad, como una manera de perdurar en el tiempo. Esta labor no es menor, pues la naturaleza del ser humano tiende a rechazar los cambios.
“El ser humano se mueve en su zona de confort, en lo que conoce, por lo que lo desconocido normalmente genera estrés, temor y resistencia. Sólo a un pequeño porcentaje de la población le gustan los cambios abruptos, pero a la mayoría no. Por ende, un líder actual debe tener la capacidad y la fuerza para definir la nueva visión y propósitos, junto con la capacidad de saber mostrar y convencer a los demás sobre lo que para él ya está claro”, agrega el profesional.
Se debe motivar al resto y también y poner atención a las oportunidades que se abren. A esto se suma ser capaz de transmitir que los cambios son una buena oportunidad para ser mejores como compañía.
“Si el líder está pensando que la pandemia sólo traerá cosas negativas es difícil que mantenga en alto la moral de su entorno. Es muy distinto decir que estamos atravesando un momento difícil, pero que creará nuevas oportunidades si nos mantenemos unidos, a decir que la situación del COVID 19 sólo generará cosas negativas y caos. Lo primero da tranquilidad y genera esperanza movilizadora, mientras que lo segundo asusta e inmoviliza”, dice.
Para todo esto, el líder tiene que poseer carisma y cercanía con sus seguidores, pues son ellos quienes validan esa autoridad y no sólo un cargo o posición.