Impulsado por la dinámica económica, el liderazgo de la mujer en posiciones estratégicas comienza a ser más visible, señalan los expertos.
A pesar de que al menos 18 países del mundo, encabezados por Noruega, han acelerado la inserción de la mujer en los consejos de administración de las empresas a través de las cuotas de género, y que otros como Japón analizan esta obligación para enfrentar la rápida reducción de su población económicamente activa, en naciones como México esta medida es vista como una imposición, que va en contra de los méritos de las mujeres.
Patricia Debeljuh, directora del Centro Walmart Conciliación, Familia y Empresa del IAE Business School y María del Carmen Bernal, directora del Centro de Investigación para la Mujer en la Alta Dirección (CIMAD) del IPADE, reflexionan junto con otros expertos en equidad de género el tema de las cuotas de género en el mundo empresarial, en los libros El lado femenino del Poder y Talento Femenino en la Alta Dirección en México.
Impulsado por la dinámica económica, el liderazgo de la mujer en posiciones estratégicas comienza a ser más visible, señalan los expertos. Pero aún persisten barreras que impiden su acceso a las posiciones más altas de las empresas, y que son ajenas a las aptitudes que dichas posiciones exigen. Entre estos obstáculos están las normas generales y prácticas culturales. Y es que la mujer siempre ha tenido un lugar en la empresa, pero en labores claramente delimitadas y estereotipadas, que no suelen hacer los hombres.
Las académicas citan estudios que revelan que la participación de la mujer en consejos de administración pasó de 10,4% en el 2004 a 17,3% en el 2014, menos de un 1% por año. Este cambio demasiado lento llevó a algunos países a imponer las cuotas de género. Noruega obligó en 2006 a que las empresas tuvieron 40% de representación femenina en sus consejos. En la actualidad, casi todas las organizaciones de ese país tiene mujeres en estos órganos de decisión y 50% con tres o más.
Otros como Bélgica, Italia, Grecia y Francia, así como naciones de África y Medio Oriente han seguido la línea noruega. La obligación, sobre todo en el caso de los europeos, es para las empresas que cotizan en bolsa. En América Latina, el país que tiene el mayor porcentaje de mujeres en consejos es Perú, con 6,3 %. En México, 45,8 % tiene al menos una mujer en su consejo y 8, 3% al menos tres féminas, pero apenas 4,2% de la compañías en el país están lideradas por mujeres, señala un estudio de GMI Ratings 2013 Women on Boards Survey.
No obstante estas cifras, se trata de mujeres que son miembros de la familia propietaria de la empresa, o mujeres con lazos familiares. Las directoras profesionales e independientes son una especie casi inexistente en América Latina, indican los expertos.
Estudios como el Board of Director Survey, citados en El lado femenino del poder, revelan que aunque a los consejos se les pidan aumentar la diversidad e inclusión de la mujer, no son prioridades para 46% de los directores americanos ni para 57% de los ejecutivos fuera de Estados Unidos, además de que más mujeres en los consejos de administración tampoco conducen a un aumento de las féminas en puestos de alta dirección. Esa misma encuesta, elaborada en 2012, arrojó que más de la mitad de las mujeres y un cuarto de hombres concordaron que las cuotas de género eran un instrumento eficaz, pero la mayor parte de los directores se manifestó en contra de su implementación.
Y esto ha abierto un gran debate: por un lado hay quienes creen que van en contra de los méritos de las propias mujeres; otros que son un artilugio de varones para que coloquen a mujeres afines a sus intereses. Para los expertos, es una herramienta de fácil aplicación, pero dudosa implementación, que no asegura la calidad del talento. “Las cuotas de manera aislada difícilmente son exitosas”.
“La cuotas sólo tienen de positivo la visibilidad de las mujeres en ámbitos en los que han sido históricamente poco frecuentes o vetadas. Lo negativo se centra en dos vertientes: la devaluación del esfuerzo que ellas realizan para llegar a altos niveles, y la injusticia que esta forma de discriminación positiva hace pagar a los hombres que también luchan por crecer profesionalmente”, declara Montse Nebrera, ex Diputada del Parlamento de Cataluña, España, país que impuso la cuota de género en los consejos de administración.
Para abonar más al debate, las académicas indican que la implementación de las cuotas no muestra resultados contundentes y su eficacia en el mediano y largo plazo tampoco está demostrada, y citan como caso Noruega, donde sólo el 2% de los CEO son mujeres.
“Existe un ‘techo de cristal’ que la ley de cupos no ha logrado atravesar y su avance es lento” y ello se debe a que si bien impulsan su cumplimiento, no así el compromiso genuino. Una solución es trabajar sobre prácticas y políticas dentro de la organización que incentiven a éstas a gestionar la diversidad en los consejos.
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