Considera que tu amigo no utiliza zapatos, come en un plato en el suelo, camina por todas partes, huele todo lo que encuentra a su paso, por ello te darás cuenta que puede tener y transmitirte bacterias.
Si tienes una mascota con la que compartes hasta tu cama, debes saber que este vínculo tiene algunas ventajas y desventajas. Dentro de las primeras está el desarrollo de un lazo afectivo estrecho, además de dormir calentito, pero es perjudicial para tu salud, pues el aniamal puede ser portador de virus y parásitos.
Considera que tu amigo no utiliza zapatos, come en un plato en el suelo, camina por todas partes, huele todo lo que encuentra a su paso, por ello te darás cuenta, sin necesidad de ser un erudito, de que puede tener y transmitirte bacterias. Así es como este sueño es antihigiénico.
Cuando se tiene un animalito al que se ama tanto como para compartir la almohada, “es importante considerar que puede tener desde parásitos intestinales hasta ectoparásitos (esos que viven en el exterior) como pulgas, piojos o garrapatas. Además que el pelo y caspa que deja en las sábanas puede provocarte alergias”, advierte el veterinario Gustavo Villarroel.
“Hay adultos propensos a sufrir alergias o asma con el pelo. Sin embargo, si desde niños se crían con animales, las personas van desarrollando defensas frente a esos males. En cambio, quienes nunca tuvieron mascotas son más vulnerables”, agrega.
En el portal: entremujeres.clarin.com se explica que los alérgenos (elementos que generan alergias) de los animales están en su saliva y en su piel, y se adhieren con facilidad en colchones y alfombras, los que funcionan como reservorio de estos agentes.
Suena a cuento de terror, pero es cierto. Incluso, en el caso del minino, su pelo es tan adherente que se pega en la ropa. Entonces, tener un animal en el dormitorio contamina el lugar y es antihigiénico.
No es todo. El que tu perro se adueñe de tu lecho, puede ser la causa de problemas conductuales, como no dejar que nadie se acerque al lugar y, en casos extremos, a ti. “Hasta puede considerarse el alfa de tu familia”, previene la veterinaria Mariana de la Peña.
Por otra parte, mucho ojo con la toxoplasmosis. En el portal babycenter.com, los profesionales explican que esta infección es ocasionada por un parásito microscópico denominado toxoplasma gondii y solo es posible contraerlo a partir del contacto directo con las heces de un gato (por ejemplo, al limpiar la caja de arena de uno que se ha infectado recientemente).
Sin embargo, se debe considerar seriamente si vale la pena correr el riesgo, ya que esa infección es peligrosa durante el embarazo. En ocasiones, el parásito puede infectar la placenta y al bebé, provocando la muerte o el nacimiento con problemas estructurales y neurológicos.
Para evitar enfermedades, De la Peña aconseja que el perro o el gato cuenten con todas sus vacunas y refuerzos anuales. Además, sugiere que sean desparasitados cada tres meses. Ahora sí, vuelve a pensar si entra o no a tu dormitorio.