Además de ser otra de esas dietas con efecto rebote, en las que el peso perdido se recupera con la vuelta a la normalidad, también pueden provocar cansancio, apatía, naúseas o dolores de cabeza.
Limpiar el organismo con jugos depurativos de verduras y frutas durante un período que puede variar desde una semana hasta un mes es lo que se conoce como dieta “detox” (o desintoxicación), aunque no representaría las ventajas que se le atribuye.
Además de ser otra de esas dietas con efecto rebote, en las que el peso perdido se recupera con la vuelta a la normalidad, también pueden provocar cansancio, apatía, naúseas o dolores de cabeza. Esto se debe a la falta de alimentos con proteínas, ya que estas dietas buscan la pérdida rápida de toxinas acumuladas mediante una restricción de multitud de alimentos así como de su textura.
“Con este tipo de dietas hay quienes aseguran que vas a perder entre nueve y 11 libras de peso, pero en el momento en el que se vuelve a comer de manera organizada, lo que se ha perdido se recupera inmediatamente, por lo que es una pérdida de peso ficticia. Además, limitan mucho el consumo de alimentos, al restringir el aporte proteico, –lo que hace perder masa muscular–, y al suprimir la textura de las comidas”, afirma Marta Ruiz del Instituto de Obesidad.
El objetivo final de esta dieta tampoco se cumple puesto que, como la dieta tiene un alto contenido en fruta, la ingesta de azúcares también aumenta, por lo que este exceso, "al no tener que ser digerido, metabolizado y absorbido por el organismo, se transforma inmediatamente en grasa", explica Ruiz al sitio Muyinteresante.es.
Según los expertos, las dietas “detox” no son más que un remedio transitorio con resultados reversibles, en la mayoría de los casos, por lo que es más recomendable seguir una dieta equilibrada y realizar ejercicio moderado antes que poner en peligro nuestra salud por este tipo de dietas de choque.