A través de acciones que van desde el ahorro de consumo energético hasta la creación de programas exclusivos sobre impacto social y ética, entre otros, las b-schools intentan contribuir a tomar conciencia en temas de sostenibilidad.
En marzo de 2021, ESCP Business School creó un nuevo departamento de Sostenibilidad con el objetivo de pasar de la responsabilidad social corporativa clásica a generar esfuerzos para educar transversalmente dentro de la escuela e investigar en temas de sostenibilidad. Parte de la misión contempló la capacitación de todos sus estudiantes y profesionales sobre estas temáticas para que pudieran innovar en este ámbito.
Roxana Olaru, coordinadora de Admisiones BSc & Sustentabilidad para ESCP Madrid, dice que la escuela ha estado involucrada durante al menos cuatro años en el área de la sostenibilidad, “a través de proyectos de consultoría y la creación de varios másteres especializados. Para cada uno de los tres niveles contamos con un consejo intercampus que se reúne y trabaja sobre la sostenibilidad como asignatura en todos nuestros programas. Actualmente está implementado en el programa Master in Management (MIM)”.
En esta misma línea, IE University informó que comenzará a impulsar iniciativas de impacto social y medioambiental, entre estas, el incremento de un 25% en el número de horas de trabajo de alumnos, profesores y del personal en laboratorios, talleres y proyectos que tengan un impacto positivo en la sociedad. Y hace cinco años, en Esade decidieron crear desde la Cátedra de Liderazgos, el Observatorio de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) “para evaluar la implementación de la Agenda 2030 en las empresas españolas, y analizar el compromiso de las pequeñas y medianas empresas, a los ODS”, señala Ángel Castiñeira, director de la Cátedra Liderazgos y responsable del programa “Gestión sostenible y Agenda 2030”.
La sostenibilidad está tomando protagonismo en varios sectores a nivel global por lo que no es extraño que en el último año haya ganado fuerza en las escuelas de negocios, que forman a los futuros profesionales y directivos de empresas. De esta forma, varias de estas se han alineado con uno o más de los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y se empiezan a preguntar si realmente están haciendo algo concreto que impacte positivamente en la sociedad.
No podemos desconocer que de un tiempo a esta parte, existe mayor conciencia social y ambiental de parte de un gran porcentaje de la población, entre ellos las generaciones más jóvenes. Así lo deja en claro la Encuesta Global de Millennials 2020, de Deloitte, en la cual se puede ver que comprometidos con sus valores y creencias, los millennials reforzaron durante la pandemia su impulso por continuar presionando a las empresas para que se comprometan a dar mayor importancia a la sostenibilidad ambiental y a la diversidad e inclusión, entre otros asuntos.
Agentes de cambio
Ante este escenario, las escuelas de negocios y universidades comenzaron a involucrarse con los factores ambientales, sociales y de gobernanza (conocidos como ESG por sus siglas en inglés). Sobre esto, María José Murcia, profesora de IAE Business School, indica que es crítico que las escuelas de negocios se comprometan, “por el simple pero fundamental motivo de que en estas se forman personas que ocupan posiciones de liderazgo en todos los sectores de la sociedad, aquellos que tienen la responsabilidad por fomentar y crear condiciones para la sustentabilidad global”.
De esta forma, las escuelas predican con el ejemplo, impulsando iniciativas y nutriendo a los participantes de los programas. Muestra de esto es que estudiantes Esade, conscientes del impacto social y medioambiental, organizaron la reciente Semana de la Sostenibilidad —“Together for a better world”—, en la cual se llevaron a cabo una treintena de acciones entre conferencias, debates, talleres y exposiciones.
Para Marcos Sepulveda, director general en LLYC Chile, es claro que “se deben incluir estos temas en las mallas curriculares para poder hablar sobre estos y pasárselo a los alumnos con el ejemplo. Las universidades deben actuar como agentes de cambio, porque los alumnos aprenden, incorporan conocimientos y conocen experiencias para aplicar en un futuro cercano”.
Las b-school se adelantan
En este momento, las escuelas están adoptando estas medidas para adaptarse al nuevo escenario, donde la pandemia ha acelerado la conciencia ciudadana. Pero también lo han hecho porque las empresas conocen el riesgo que supone el modelo económico actual para la competitividad y la atracción de talento.
Y lo están haciendo con acciones concretas. En 2019, Hec Paris, que es uno de los ocho socios de Creative Destruction Lab, organización sin ánimo de lucro que cuenta con programa para empresas basado en la ciencia y la tecnología, anunció que lanzaría un nuevo programa, esta vez enfocado en el medioambiente. Con el nombre de CDL Climate, estaba dirigido a 25 empresas de reciente creación que llevaban a cabo soluciones vinculadas con el cambio climático.
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Además, la escuela creó en 2019 un Sustainable Campus Committee (Comité de Campus Sostenible), que fue formado por representantes de la escuela y la comunidad con el objetivo de desarrollar un plan de acción estratégico que propusiera soluciones concretas. La reducción de las emisiones de carbono, el consumo de energía, la movilidad, la nutrición, la gestión de residuos y la preservación de su parque natural, son algunas de estas.
Si bien las escuelas están reduciendo su huella de carbono y son más diversas e inclusivas, también están desarrollando programas dirigidos a los estudiantes para transmitirles conocimiento y activar procesos de transformación en ellos.
En IE diseñaron distintos programas formativos, como el nuevo Bachelor in Transformational Business and Social Impact o el programa Gestión Sostenible y Agenda 2030 de Esade Executive Education.
En tanto, en Esade han desarrollado una serie de actividades e iniciativas como un programa de acompañamiento que “engloba distintas actividades cocurriculares, tanto dentro como fuera del campus, entre los que destacan eventos outdoor, visitas culturales, tutorías y encuentros con profesores”, dice Castiñeira.
Para ESCP, el camino ha sido introducir un plan de estudios que incluya módulos relacionados con la sostenibilidad en todos sus programas. También, explica Olaru, “hemos organizado más eventos relacionados a la sostenibilidad y hemos invitado a más profesionales y especialistas del sector a dar ejemplos prácticos en sus áreas de especialización. El año pasado tuvimos un total de 40 eventos digitales y en octubre de 2021 tendremos la primera feria de trabajo dedicada al área sostenible”.
Paloma Baena, directora senior en LLYC y experta en sostenibilidad, indica que estos temas definirán el futuro de las empresas. “Es un tema clave no solo para su éxito, sino que para su supervivencia. Podemos hablar de un cambio de actitudes sociales, las empresas al final viven de lo que pueden producir y, por tanto, vender u ofrecer como servicio. Y los consumidores buscan cada vez más otro tipo de productos o productos que sean respetuosos con el medioambiente, con las personas que los fabrican, con medidas de seguridad con las que se hacen”.
Junto con esto, se suma otro factor: los inversionistas están demandando ciertos comportamientos a las empresas. “Por carácter obligatorio deben reportar que hacen inversiones con un cierto componente de sostenibilidad o que por lo menos no dañan el medioambiente”, dice Baena.
Qué pasa en América Latina
En la región, poco a poco, las escuelas y universidades están incorporando medidas pro medioambiente y sociedad, que permean a los estudiantes. En EGADE Business School, Universidad Adolfo Ibáñez, Universidad del Norte de Colombia, IAE Business Schools y Pacífico Business School, están convencidos de que deben estar al día con estos temas e incluirlos en los planes de esadeestudio, investigaciones, proyectos de impacto social, entre otros.
A esto, Horacio Arredondo, vicedecano de Postgrados, Escuela de Negocios UAI, agrega que “la sostenibilidad adquiere un carácter vital para la sobrevivencia misma de las propias empresas. No obstante, toda esta ola de cambios ha sido liderada fundamentalmente por países y economías desarrolladas”.
Mientras en la escuela peruana Pacífico Business School todos sus programas de maestría incluyen cursos de ética y de responsabilidad social, en los cuales también se abordan los conceptos fundamentales sobre gobierno corporativo; en UAI relanzaron en abril de este año BOARD, el Centro de Gobierno Corporativo de la Escuela de Negocios UAI, para dejar en claro cómo el gobierno corporativo afecta e impacta el valor de las organizaciones, además de lanzar el Magíster en Negocios Sostenibles.
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Lo anterior, detalla Arredondo, de UAI, “se complementa con iniciativas de extensión abiertas a la comunidad como La Nueva Agenda y Gestionando la Crisis, además del seminario ‘Negocios Responsables en Tiempos de Crisis’ con el autor Alex Edmans, profesor de Finanzas de London Business School (LBS) y PhD en Finanzas de MIT Sloan, junto a académicos de la Escuela, entre muchas otras charlas abiertas a alumni y comunidad en general”.
En el caso de la Universidad del Norte de Colombia, sus acciones están en línea con el cumplimiento de la declaración de sostenibilidad. Llevan a cabo varias iniciativas: los programas DuNord Ecofriendly y el de uso eficiente de la energía y del agua.
Además, “ tenemos inclusión en los currículos de asignaturas y cátedras de sostenibilidad; la articulación con áreas de extensión para que los estudiantes vivan la experiencia de relacionamiento con grupos de interés y solución de necesidades específicas de las comunidades. Por ejemplo, en alianza con univoluntarios, plataforma de voluntariado y de acción social universitaria”, dice Camilo A. Mejía, director del Centro de Innovación y Desarrollo Sostenible en la Escuela de Negocios de la U. del Norte”, y añade que también “se establecen trabajos de investigación aplicada en temas de sostenibilidad, no solo dentro de las asignaturas sino también como opción a grado del MBA”.
Tanto EGADE como IAE son miembros de los Principios para la Educación Responsable en Gestión (PRME, por sus siglas en Inglés), iniciativa de Naciones Unidas que nuclea las instituciones académicas relacionadas con la gestión, escuelas de negocios y universidades.
“Esto proporciona una red global a las instituciones académicas para promover la sostenibilidad y la responsabilidad social corporativa, y un marco de compromiso para la incorporación de los valores universales en los programas y la investigación”, indica Murcia, de IAE.
Christiane Molina, directora del Centro de Empresas Conscientes para un Futuro Sostenible de EGADE, dice que “han levantado el Decálogo para la Refundación Económica de México, el Centro de Empresas Conscientes, el Grupo de Investigación SWIT (Sustainable Wealth Creation based on Innovation and Technology), y el Diplomado +Talento, entre otras cosas”.
Pese al avance que han tenido las escuelas en América Latina, aún hay terreno por explorar. Junto con las acciones que se están llevando a cabo, con el tiempo continuarán integrando la sostenibilidad en todos los programas de pregrado y posgrado. También irán desarrollando iniciativas para integrar estos temas en las operaciones de las escuelas.
En cuanto a desafíos, hay que seguir impactando de tal forma en los estudiantes que puedan plantearse ciertas preguntas antes de tomar decisiones relacionada con estos temas. Para esto, se necesita generar conciencia. “Tal y como recuerda Naciones Unidas, estamos en la década de la acción. Disponemos de 10 años para activar una gran y rápida transición hacia modelos verdes, circulares, inclusivos, renovables y regenerativos de sociedad y de empresa, dice Castiñeira”.
De ahí que las escuelas continúen en su camino por seguir formando y transformando a los directivos que asuman el liderazgo.
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