¿Es posible formar una empresa en América Latina con una aplicación tecnológica? Las respuestas las encontramos en Chile, Argentina, México, Uruguay y Perú, países que están emergiendo en este nuevo modelo de negocio virtual.
En 2008 Fernando Soto, con 23 años, decidió pedirle a su socio que postergaran una beca para ir a estudiar a la Universidad de Stanford, para comenzar un negocio de desarrollo de aplicaciones tecnológicas en Chile. Trabajando los primeros cuatro meses desde su pieza, Soto construyó la compañía Suika, empresa dedicada al desarrollo de soluciones móviles para plataformas de Apple y Android.
Hoy, Soto lidera una compañía que cuenta con más de 25 trabajadores entre periodistas, diseñadores, programadores e ingenieros y que desarrollan en promedio cinco aplicaciones al mes. En la perspectiva que otorgan los años, Stanford pudo esperar.
“Nos dedicamos a sacar muchas aplicaciones gratuitas los primeros seis meses, con eso pudimos hacernos un nombre", dice Soto, quien junto a su socio fueron abriéndose paso, por medio de servicios para clientes importantes, como la Bolsa de Valores de Chile y los Cines Chile.
Al cabo de unos meses, su primer cliente real, Entel, les hizo órdenes de compra por US$ 372.000, gracias al desarrollo de tres aplicaciones: Entel Pymes, el portal de cocina Martita.cl y Entel123.
Al igual que Soto dentro de América Latina hay muchos jóvenes que están tomando la oportunidad para emprender haciendo desarrollos similares a Suika. Al menos, casos como este hay, además de en Chile, en Perú, México, Argentina y Uruguay, donde de a poco emerge este nuevo modelo de negocio virtual.
En términos generales, las aplicaciones tecnológicas de los emprendedores son compradas o descargadas en forma gratuita, en tiendas virtuales, por usuarios que utilizan redes sociales o que poseen un celular inteligente (smartphone). Además, muchas empresas locales están dispuestas a pagar por aplicaciones desarrolladas exclusivamente para ellas y disponibles en las plataformas más populares.
Nadando entre gigantes
Así, Soto y otros jóvenes latinoamericanos se vuelven proveedores globales de gigantes como Apple (App Store, la tienda más grande en este rubro) o Android Market, del dispositivo Android, BlackBerry (App World de RIM), Windows Marketplace de Microsoft, la tienda de Ovi de Nokia, Samsung Apps, e incluso de Facebook, la empresa de redes sociales en la que más abundan las aplicaciones.
Esto entraña dificultades, como el deber manejar el lenguaje requerido por cada compañía que posee su tienda virtual. Apple, por ejemplo, es complicado para el cliente, pues es necesario saber los códigos de Objective-C para crear un servicio y además se debe pagar un impuesto anual de US$ 99. Sumado a esto, si usted desea vender o poner publicidad, la marca más valiosa del mundo le descontará entre un 30% y 40% de sus ingresos.
Así y todo, se trata de un buen negocio.
Emilio Avilés, CEO de SlashMobility, consultora española en nuevas tecnologías realizó un estudio sobre el mercado virtual de las aplicaciones. Las cifras arrojaron que en 2010, el negocio generó US$ 6 mil millones de utilidades, mientras que para este año se espera que se incremente a unos US$ 16 mil millones, producto del aumento en la venta de este tipo de dispositivos .
Avilés afirma que el cliente más relevante a la hora de emprender en estos dispositivos, sigue siendo App Store gracias a las 15.000 millones de descargas que se han producido desde su entrada al negocio. "Esto porque en 2010, se produjeron 10 mil millones de descargas, de los cuales el 90% fueron de Apple (9 mil millones), mientras que el resto prácticamente va totalmente a Android Market con casi mil millones de descargas”, explica.
De todos modos, fuera de Apple y Android hay un mundo que explorar, según el estudio, la cantidad de aplicaciones desarrrolladas (independientemente de las descargas que se hagan de ellas) se distribuye de manera más equitativa: 600 mil de App Store, 400 mil de Android Market, 40 mil de Blackberry y 25 mil de Windows Phone.
En las redes sociales
En cuanto el desarrollo de aplicaciones, no sólo han surgido emprendimientos en el mundo de los smartphones. También las redes sociales tienen su lugar.
En Argentina. Antón Chalbaud (32 años), es socio fundador de Altodot, empresa que desarrolla la aplicación para Facebook “The fan machine”, una plataforma que facilita conseguir más Fans en la red social.
“Vimos una oportunidad muy grande en desarrollar márketing a las marcas en las redes sociales”, comenta Chalbaud, quien hoy cuenta con 50 clientes y un equipo de 20 personas. Además para fines de este año proyecta tener una facturación de US$ 500 mil.
En Uruguay, Juan Ignacio Juanena (32 años), creó la primera red social del mundo dedicada a los fanáticos de fútbol, “Futbolea”. “La idea nos apasionó desde el primer minuto”, detalla Juanena, quien en esos momentos se encontraba emprendiendo en una agencia de publicidad virtual cuando se le vino a la mente la creación de esta iniciativa.
Luego de su lanzamiento en 2010, el portal congregó a más de 140 mil usuarios a lo largo de todo el mundo, los que se registraron con sus equipos favoritos. A la fecha el sitio cuenta con la implementación de otros idiomas como el portugués, inglés, italiano y francés.
Juanena asegura que para el próximo año piensan invertir todos los recursos generados por la empresa y ya para el 2013 proyectan unos US$ 500 mil anuales. Hoy, la empresa emplea solo a freelancer (trabajadores independientes), puesto que sus fundadores se encuentran buscando inversionistas que deseen apoyar su negocio.
Oportunidad para emprender
Si los peces grandes como Apple o Facebook, lo intimidan, no se amilane. “El mercado tiene una alta demanda en Chile, debido a su escaso conocimiento. Además sus costos iniciales son bastante bajos en comparación a otros rubros”, señala Fernando Soto.
“No es necesario tener una oficina al principio”, agrega Chalbaud, quien recuerda que en sus inicios se reunía en Sturbucks y luego en el cuarto de una oficina que tenía un amigo.
Otra de las ventajas que otorga este modelo de negocio es que se pueden generar ingresos por conceptos de publicidad. Por ejemplo Apple y Google venden espacios de avisaje dentro de las aplicaciones. El creador recibe entre un 60% y 70% de los ingresos, mientras que el resto es retenido por las grandes compañías. Se llevan un buen pedazo de la torta, pero si la torta es grande...
Un ejemplo de lo anterior sucede con Emerson Malca (24 años), un peruano que reside en EEUU y que finalizó sus estudios superiores en la Universidad de San Francisco el 2010. Actualmente es CEO de OneZeroWare, compañía que desarrolló InClass, un servicio que permite organizar el tiempo, administrar las tareas, grabar las clases y compartir apuntes con otros usuarios de la aplicación.
“En estos momentos estamos concentrados en desarrollar la versión 3.0 de InClass, pues todos los gastos de la empresa son solventados con los ingresos que Apple nos da por conceptos de publicidad”, asegura Malca.
Un mercado globalizado y las complejidades latinas
La gran ventaja de este modelo de negocio es que es un servicio fácilmente exportable hacia el resto del mundo. El hecho de que las compañías de dispositivos móviles sean multinacionales, le significa a los emprendedores tener clientes fuera de sus fronteras.
Para Chalbaud, fue fundamental haber sido seleccionado por Facebook como Preferred Developer Consultant para América Latina, pues esto, le ayudó a generar contratos con empresas regionales como TurnerBroadcasting (EE.UU.), MTV (EE.UU.) y Cencosud (Chile).
Emerson Malca cuenta que gracias a los 600 mil usuarios que tiene InClass, Apple los seleccionó como la aplicación N° 1 en el ránking de preferencias de productividad. Esto les permitió globalizar su negocio y ahora su aplicación es descargada en países como Perú, Chile y Argentina.
Sin embargo, el negocio virtual tiene sus desventajas y a pesar de ser un mercado emergente en América Latina, aún existen obstáculos que complican un emprendimiento exitoso a diferencia de como sucedeen EE.UU.
En Chile por ejemplo, Soto recuerda que le fue muy difícil abrir una cuenta corriente en el banco a nombre de su empresa. “Ni siquiera el Banco del Estado nos permitió tener una. Tuvimos que empezar con cuentas personales”.
Además, el modelo de negocios está basado en el grado de inversión que tengan las compañías en el área de márketing, lo que puede transformarse en un obstáculo en épocas de crisis financieras o de desastres naturales.
Soto recuerda que cuando sucedió el terremoto chileno a comienzos del 2010 casi tuvieron que declarar en quiebra la empresa. “De los US$ 300 mil que teníamos por órdenes de compra, logramos concretar con suerte unos US$ 6 mil los ocho meses siguientes”.
En Uruguay, por ejemplo el problema -aunque también asociado al financiamiento- es otro. Juanena dice que “el Estado te entrega buenas herramientas técnicas y educativas con programas para emprender, pero el problema es que no hay inversionistas y por ende, para poder surgir hay que buscar dinero fuera del país”.
Muy distinto es en Estados Unidos y de eso sabe Malca, quien decidió ir a cursar sus estudios superiores para encontrar mejores oportunidades.
Con el respaldo de tener más de 600 mil descargas en las dos primeras versiones de InClass, el joven emprendedor peruano ya recibe llamados de numerosos inversionistas que desean apoyarlo en su tercera versión y otros proyectos.
Uno de los principales contrastes entre América Latina y EE.UU, según los emprendedores es la escasez de programadores. “Para este tipo de negocios se requiere de gente que sepa manejar lenguajes y códigos de programación especiales que no son impartidos en las universidades”, selaña Soto.
De esto sabe Daniel Landeros, mexicano y empresario de la compañía de desarrollo de aplicaciones, Destino Móvil, quien debe enviar 3 ó 4 veces al año a sus programadores a seminarios de capacitación que son organizados por las compañías de dispositivos móviles para enseñar a usar los lenguajes de programación.
Otra de las complicaciones que posee este negocio es que los consumidores aún no confían en Apple o Google para realizar pagos móviles.
Según ha revelado un estudio realizado por la consultora norteamericana Ogilvy & Mather, a pesar de la presencia de grandes marcas como Apple, Google o eBay en el mercado de los pagos, las compañías de tarjetas juegan con una gran ventaja en este nuevo escenario.
Además el estudio revela que Facebook es la marca en la que menos confían los consumidores para los pagos móviles con sólo un 12%.
Por lo tanto el desafío del futuro estará en combatir estas cifras, pues con los 1.700 millones de smartphones que se proyectan para el 2014, los emprendedores de América Latina en nuevas tecnologías coinciden en que el negocio deberá apuntar a crear servicios que eviten el pago con dinero o tarjetas de crédito.