Entre los efectos, se cuentan la reducción de los embarazos no planificados en mujeres de entre 20 y 34 años.
SciDev.net | Luego de la legalización en 2012 de la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 12 de gestación, Uruguay redujo en 11 por ciento los embarazos no planificados en mujeres de entre 20 y 34 años con educación secundaria, quienes aportan el 70 por ciento de los nacimientos en el país.
Específicamente, esta reducción fue de ocho por ciento en la población en general, y de 11% en la población más fértil.
El estudio, publicado en Health Economics (abril), halló además que la salud de los recién nacidos mejoró, pues los embarazos no planificados generalmente han tenido menos controles prenatales, los bebés registran menor peso al nacer y un apgar —examen realizado en el minuto 1 y 5 luego del nacimiento— más bajo, detalló a SciDev.Net la economista Patricia Triunfo, de la Facultad de Economía de la Universidad de la República, y una de las autoras del trabajo junto a José Ignacio Antón y Zuleika Ferre.
La investigación se basó en información sobre la madre y el niño que consta en el Sistema Informático Perinatal de Uruguay, y analizó los registros durante 38 meses, desde 2010 a 2014, tomando como centro la aprobación de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva, en 2012.
Según los autores, entre los aportes de este estudio se destaca que se trata de uno de los pocos que se enfoca en los efectos de la legalización del aborto en un país en desarrollo.
Además, mientras que la literatura habitualmente se basa en estimaciones previas y posteriores a la aplicación de una política o explora el acceso a la interrupción voluntaria, en su caso la investigación abordó el tema haciendo una distinción entre nacimientos de embarazos planificados y no planificados.
“En economía (y cada vez más en todas las ciencias sociales), no se considera una buena aproximación ver qué ocurre únicamente antes y después de una política, pues es posible que eso esté determinado por otros factores”, explicó Triunfo.
Para llegar a las conclusiones, los investigadores tomaron un grupo de tratamiento —aquellos embarazos no planificados— y otro de control —embarazos planificados— y compararon la evolución. “A corto plazo, si no hubiese existido la ley, era de esperar que los nacimientos de ambos tipos de embarazos evolucionasen de forma similar. Sin embargo, en el estudio encontramos que los no planificados se redujeron”, detalló la economista.
Uruguay es uno de los pioneros en América Latina, junto con Cuba y Guyana, en autorizar esta medida. En el país, la ley permite la interrupción del embarazo en las primeras 12 semanas de gestación, si se realiza en centros de salud estatales y privados luego de cumplir una serie de trámites y chequeos profesionales.
De acuerdo con datos difundidos a principios de este año por el Ministerio de Salud Pública de Uruguay, en el país se registra una tendencia estable en la cantidad de abortos con un promedio mensual de 815 intervenciones.
Informó además que en 2017 se logró una “baja histórica” de la mortalidad infantil con una tasa de 6,6 fallecimientos en el primer año por cada 1.000 niños nacidos vivos, un récord nacional, frente a los 7,9 decesos cada 1.000 del año anterior.
No obstante, en la región, el aborto sigue generando polémica. Por ejemplo, en Argentina, desde el 10 de abril el Congreso Nacional ha sido escenario de debate, luego de la presentación de un nuevo proyecto de despenalización. Si el proyecto es sancionado, Argentina sería el país más poblado de la región en permitir el aborto.
El médico Ernesto Beruti, jefe del servicio de Obstetricia del Hospital Universitario Austral, de Buenos Aires, argumenta en contra del aborto en los debates y en un comunicado al que accedió SciDev.Net en el que hizo referencia específicamente al caso uruguayo, porque las voces a favor señalan que en este país descendió la mortalidad materna desde la legalización del aborto en 2012.
Según Beruti, citando “datos de la División de Estadísticas Vitales del Ministerio de Salud Pública de Uruguay, la mortalidad materna en el país se redujo 59,5 por ciento en los últimos 25 años, con un promedio anual de descenso de 3,7%, mayor que el registrado para América Latina y el Caribe”.
Eso significa, continúa, que la legalización del aborto existe desde hace solo seis años, pero las muertes maternas por aborto se redujeron drásticamente en el período 2006-2010, es decir antes de su legalización.