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Las lesiones más frecuentes del ciclista y cómo prevenirlas
Jueves, Octubre 26, 2017 - 10:10

La mayoría de las dolencias proceden de una incorrecta postura al andar, de una bicicleta inapropiada o de alteraciones biomecánicas del propio conductor.

El Observador | Desde su invención en la primera mitad del siglo XIX, el ciclismo se ha convertido en un medio para el desplazamiento, la recreación, el ejercicio y la competencia. Hoy más de 1.000 millones de bicicletas son usadas en el mundo, principalmente como medio de transporte. Son múltiples los beneficios para la salud que ofrece esta actividad pero, como en todos los deportes, puede producir lesiones musculares y esqueléticas al realizarla.

Se estima que entre 20% y 40% de los ciclistas experimentan dolor cervical o dorsal, el 42% alguna lesión de rodilla, el 36% lesiones en la pelvis, el 31% en las manos y entre 30% y 60%, dolor lumbar.

La mayoría de las lesiones que afectan a los ciclistas proceden de una incorrecta postura al andar, de una bicicleta inapropiada o de alteraciones biomecánicas del propio deportista que favorecen la aparición de lesiones músculo-esqueléticas. Aquí les dejamos un resumen de las más comunes y cómo evitarlas.

Columna

Las principales causas de dolores en la región cervical y dorsal son los errores de técnica. Por ejemplo, un desequilibrio a nivel del apoyo de las manos o un incorrecto ajuste de la bicicleta -como el asiento demasiado alto- y una posición encogida por una mala medida del tubo horizontal.

Los dolores lumbares se deben por lo general a asimetrías de los miembros inferiores que producen desequilibrios en la pelvis y a la posición del asiento, orientado hacia arriba o demasiado alto con respecto al cuadro.

Miembros superiores

En este caso, las lesiones más frecuentes se deben a la compresión de los nervios que van del puño a la mano y se manifiestan como disminución de la sensibilidad en los dedos. La mayoría de estas se originan por un apoyo prolongado o incorrecto de las manos.

Suelo pélvico

Las patologías en esta zona son variadas, desde infecciones en la piel hasta lesiones nodulares o disfunciones genitourinarias; y están vinculadas a la incorrecta posición del asiento.

Rodillas

Son habituales la tendinitis del tendón rotuliano y la del cuádriceps, y el dolor anterior de rodilla o dolor fémoropateral. Deben controlarse las cargas de entrenamiento (principalmente en cuanto al volumen), la altura del asiento (una posición demasiado baja predispone a estas lesiones), la longitud de las bielas y las dimensiones del cuadro. Un aumento de la rotación interna o externa durante los ciclos de pedaleo también puede producir dolor en las rodillas.

Pierna y pie

La tendinitis del tendón de Aquiles es frecuente en los ciclistas. Como principales causas están las asimetrías de los miembros inferiores, el aumento de la flexión del pie en el pedaleo y los errores de ajuste del pie sobre el pedal.

La sensación de quemazón o entumecimiento también son molestias comunes, la elección de un buen calzado que no sea muy ajustado, con agujeros de aireación en el empeine y en la suela, puede mejorar estos síntomas.

Prevención

Muchas de las patologías anteriormente citadas comparten causas. Para prevenir y tratar las lesiones en el ciclismo es necesario una buena planificación y programación del entrenamiento, la correcta elección de la bicicleta y del calzado según el deportista y los objetivos, y corregir los errores posturales.

En la evaluación médica, además de examinar al ciclista, debe observárselo andando en su bicicleta. Esta debe ser cómoda, segura, tener buena maniobrabilidad y es fundamental que esté ajustada correctamente.

Por su parte, para calcular el tamaño del cuadro es necesario tener en cuenta la altura perineal (la distancia del periné al suelo de la persona descalza) y la longitud de los brazos. A partir de estas medidas se pueden calcular el tamaño de un cuadro de carrera (altura perineal en cm x 0,66 – 0,665) y la altura del asiento (altura perineal en cm x 0,885).

También puede ajustarse la altura colocando el pedal en su punto más bajo y apoyando el talón del pie: la rodilla debería estar completamente extendida. Con las bielas en posición horizontal, la rótula debe situarse en una línea vertical que pase por el eje del pedal o muy ligeramente por delante.

También es importante el trabajo de fuerza muscular, principalmente en la zona media, tronco y espalda para prevenir desequilibrios y reforzar la musculatura habitualmente debilitada, así como man- tener buenos niveles de flexibilidad en los miembros inferiores.

Autores

El Observador