Se trata de un avance que ayuda a comprender lo que hace a un tumor más o menos agresivo.
Investigadores del departamento de Biología Celular de la Universidad de Sevilla y el Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS), Pablo Vicente y Luisma Escudero, en estrecha colaboración con Rebeca Burgos y otros miembros del grupo de Rosa Noguera (Universidad de Valencia-INCLIVA, CIBERONC), han publicado un nuevo estudio con el objetivo de desarrollar nuevas terapias contra el cáncer infantil.
Este trabajo supone un avance en el estudio del cáncer que puede abrir nuevas vías para comprender qué hace que un tumor sea más o menos agresivo y cómo combatirlo. Sin embargo, los expertos recuerdan que su hallazgo no supone por sí solo una cura para el cáncer.
Existen claras evidencias de que el entorno que rodea y da soporte a las células tumorales (la matriz extracelular), participa de forma importante en la iniciación y en la progresión tumoral. Este entorno está formado por una red de fibras y fibrillas que dependiendo de su densidad y de cómo estén conectadas darán mayor o menor rigidez a este microambiente tumoral.
Este trabajo supone un avance para comprender qué hace que un tumor sea más o menos agresivo y cómo combatirlo
Por tanto, es importante conocer cómo las células tumorales se relacionan con la matriz extracelular y cómo las fibras y fibrillas se organizan. Para conseguirlo, los autores han combinado el análisis de imágenes de muestras biópsicas tumorales de pacientes con neuroblastoma –un tipo de cáncer que se origina durante el desarrollo del sistema nervioso y afecta mayoritariamente a niños menores de 18 meses– con nuevos procedimientos matemáticos (en concreto, la teoría de grafos) que han permitido cuantificar cómo las fibrillas de vitronectina están organizadas.
La conclusión es simple. El grado de organización de la vitronectina correlaciona con la agresividad del tumor y podría utilizarse para clasificar a los pacientes antes de un posible tratamiento.
El neuroblastoma es el tumor sólido más común en la primera infancia y a pesar de las grandes mejoras en la tasa de curación para otros tumores pediátricos, la tasa de supervivencia para los pacientes con neuroblastoma no es ni mucho menos satisfactoria.
Tumores menos agresivos
Los resultados obtenidos sugieren que la vitronectina puede cambiar la rigidez del entorno de las células tumorales. En los casos más graves, la vitronectina estaría guiando a los neuroblastos cancerosos posibilitando que puedan invadir otros órganos. E
Es decir, los cambios provocados por una determinada organización de la vitronectina pueden formar unas ‘vías’ que ayudarían a que el tumor migrase, con los graves perjuicios que esto ocasiona. Por todo esto, este estudio abre una posible nueva forma de combatir este cáncer basada en modificar la organización de la vitronectina y así ‘hacer’ los tumores menos agresivos.