Aunque el número de muertes ha bajado significativamente preocupa a las Naciones Unidas la elevada tasa de nuevos contagios que se registraron en 2015.
Télam. Aunque el número de muertes relacionadas con el sida ha bajado significativamente (26% en los últimos cinco años y 36% en los últimos diez) preocupa a las Naciones Unidas la elevada tasa de nuevos contagios que se registraron en 2015.
El último informe presentado este martes en Nairobi por el Programa de Naciones Unidas para la Lucha contra el Sida (UNAIDS), que releva la situación en 160 países, insiste en que el "gran desafío" actual es frenar los nuevos contagios del VIH, que ya afecta a 36,7 millones de personas en todo el planeta.
En 2010 hubo 2,2 millones de nuevos contagios, y los esfuerzos de gobiernos y organizaciones internacionales no han logrado reducir esta cifra, que se ha mantenido "casi estática" en 2015.
África Subsahariana es una de las regiones más afectadas por la epidemia. Allí, las mujeres fueron víctimas del 56% de los nuevos contagios debido a las desigualdades de género, el acceso insuficiente a los servicios de salud sexual y reproductiva, la pobreza, la inseguridad alimentaria y la violencia.
Según datos de UNAIDS, más del 90% de los nuevos contagios a nivel global se produjeron entre trabajadores sexuales, consumidores de drogas inyectables, presos, transexuales y homosexuales, y sus parejas.
"Los hombres homosexuales representan el 30% de los nuevos contagios del VIH en América Latina y el 49% en Europa Occidental y Central y en Norteamérica", explicó el informe.
Por esto es que la ONU insiste en la necesidad de abordar las desigualdades sociales para reducir las trasmisiones y poner fin a la epidemia el sida para el 2030.
Además, la apuesta de las Naciones Unidas para la próxima década y media es promover y acelerar el uso de retrovirales a nivel mundial -en especial en las regiones de mayor riesgo- para reducir la incidencia de la enfermedad. "Será uno de los mayores desafíos en materia de salud pública para toda una generación", explicó el informe.
Otro de los grandes desafíos de la lucha contra la enfermedad sigue siendo la discriminación y el estigma social que sufren los enfermos. Entre 2013 y 2015, países como Botswana, Costa de Marfil, Nigeria o Uganda aprobaron leyes que criminalizan a los portadores del virus, mientras que muchas personas infectadas siguen perdiendo sus puestos de trabajo o se les deniega el acceso a los servicios sanitarios debido a su condición.
Pese a la elevada tasa de contagio, el director ejecutivo de UNAIDS, Michel Sidibé, destacó que los avances logrados en el tratamiento han permitido reducir en un 26% el número de muertes en los últimos cinco años.
El logró, apuntó, es que actualmente 17 millones de personas tienen acceso a tratamiento antirretroviral en todo el mundo, lo que supera en 2 millones el objetivo fijado por la ONU.
La cobertura del tratamiento contra el VIH aumentó a nivel global, especialmente en la región más afectada, el sur y este de África, donde el acceso a los antirretrovirales pasó del 24% en 2010 a un 54% en 2015.
En América Latina y el Caribe, más del 55% de los pacientes fueron tratados en el 2015 con antiretrovirales.
Sidibé confió en que la reunión de alto nivel que se celebrará a partir del próximo miércoles en la sede de la ONU en Nueva York permita trazar la nueva estrategia a seguir en los próximos años para acabar en 2030 con esta epidemia, que el año pasado mató a 1,1 millones de personas.