Estas aves, comunes en ciudades, hospedan ácaros hematófagos que propagan asma, rinitis y dermatitis pruriginosa.
Aunque son muchas las personas que van a las plazas de Colombia y se divierten alimentando a las palomas, también hay quienes prefieren mantenerse alejados. Una de las razones podría estar relacionada con que su cercanía con estas aves puede ocasionarles ciertas irritación, hecho que acaba de ser comprobado por un estudio realizado por expertos de la Unversidad de la Salle.
Según explica en un comunicado Gustavo Cuadros Trillos, docente e investigador de esta universidad, “las palomas son hospederos de ácaros hematófagos, es decir, una especie concreta de estos artrópodos cuya principal característica es chupar sangre, aspecto que genera y propaga un abanico de infecciones y alergias”. Algunos de los ejemplos de estas alergias son la rinits, el asma y la Dermatitis pruriginosa, una patología difícil de diagnosticar debido a su similitud con otras enfermedades como la Rickettsiosis y Ehrliquiosis.
Estos acáros están presentes tanto en los nidos de las palomas como en sus plumas, por lo que es muy fácil que lleguen a nuestra ropa después de estar cerca a estas aves y los terminemos cargando hasta nuestras habitaciones y colchones.
“Es una situación que requiere aplicar medidas correctivas porque los ácaros son un grupo grande de artrópodos invasores. Estos arácnidos invaden y contaminan viviendas, oficinas, empresas, fabricas, y pueden ser el origen de alergias como la rinitis, asma, dermatitis. Además, hay especies de ácaros como las garrapatas que en cualquier momento pueden ser vectores de bacterias y virus, generando múltiples infecciones, destacandose la rickettsiosis, y la ehrliquiosis”, agrega Cuadros.
Aunque en Colombia no hay cifras o estadísticas de contagio concretas, la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) estima que entre el 70 y 80% de los niños del mundo que viven en zonas costeras tienen algún tipo de alergia relacionada a los ácaros. Además, según datos de la Organización Mundial de Alergia (WAO), “más de la mitad de los casos de rinitis se deben a los ácaros”.
Ante esto, Cuadros considera que el auge de palomas debe ser manejado por las entidades competentes, sin que el fin sea eliminarlas. “Por el contrario, hay que establecer un mecanismo de seguimiento, vigilancia y control con el objetivo de minimizar el riesgo de efectos en la salud pública. Para los ciudadanos, la recomendación es estar atentos a la posibilidad de que las palomas hagan nidos en los techos de las viviendas”.
Cuadros lleva más de 30 años estudiando a los ácaros y ha podido comprobar que todas las especies reportadas y localizadas dentro de las viviendas (técnicamente conocidas como zonas intramurales) representan riesgos para la salud pública y destaca que en los últimos 6 años han aparecido en hogares bogotanos ácaros hematófagos como Ornytonissus silviarum, Dermaniyssus gallinae y otras especies que aun se está estudiando para su clasificación.