Los colombianos Juan Esteban Sarmiento, Mateo Moreno y Cristian Cajicá tienen como único objetivo terminar el rally más exigente del mundo.
Juan Esteban Sarmiento, Mateo Moreno y Cristian Cajicá son los tres colombianos que largaron este lunes en el Rally Dakar 2017, competencia que comenzó en Asunción, Paraguay, y terminará el próximo 14 de enero en Buenos Aires, Argentina. Desde 2012, es la edición en la que menos pilotos de dicha nacionalidad estarán en el rally más exigente y prestigioso del mundo. Las razones: la falta de apoyo y la poca planificación por parte de los interesados en competir. Sarmiento y Moreno corren en motos y Cajicá estará en squads.
El caso de Juan Esteban Sarmiento, más conocido como Chilo Dakar, es un ejemplo de lo tortuoso que puede ser para un piloto colombiano la consecución de los recursos para poder pagar los cerca de 80 mil euros que se necesitan para correr este rally. Ya ha disputado cuatro ediciones, de las cuales ha terminado dos.
Sin embargo, este año no ha sido fácil para él. De 15 patrocinadores pasó a tener tres, pues según él, “la mayoría de las empresas están muy nerviosas con la situación del país y prefieren ahorrar la mayor cantidad de dinero y no gastarlo en patrocinios. El tema de la reforma tributaria y todas las movidas políticas por las que ha pasado el país, han hecho que el apoyo haya mermado para nosotros”, reconoce Chilo, quien para poder recolectar toda la plata que necesitaba tuvo que acudir a créditos bancarios que solicitaron sus familiares. “Gracias al apoyo de ellos estoy acá. Ya ese tema quedó atrás, ahora sólo espero disfrutar la competencia y poder terminar”, le dijo a El Espectador desde Asunción.
La situación de Mateo Moreno y Cristian Cajicá fue similar. Así como la de Nicolás Robledo, quien a pesar de tener todo listo para competir en squads, sufrió una lesión en los entrenamientos. El panorama para Colombia no es alentador, teniendo en cuenta que en los últimos años habían participado más pilotos nacionales. Desde 2012, esta es la vez que menos tomarán la partida. En esa edición salieron dos; en 2013, participaron 10; en 2014 y 2015, ocho; en 2016, seis, y ahora, tres.
La fórmula mágica
“El Rally Dakar debe ser un proyecto de vida”, eso asegura Juan Manuel Linares, el colombiano con más participaciones en un Rally Dakar y quien se da el lujo de haber cruzado la meta en tres oportunidades (dos en autos y una en camiones). El bogotano decidió no correr este año porque dice que “ya cumplí mi sueño de ir al Dakar y terminarlo. Ahora pienso en otros proyectos”. Sin embargo, contrario a lo que opinan Chilo, Moreno y Cajicá, él dice que “el problema no es la falta de apoyo, sino que los deportistas no han podido encontrar esa fórmula mágica de hacer de un retorno de la inversión para las empresas”.
Linares confiesa que “si uno es metódico y sabe encontrar y mover las fichas correctas para que empresarios y el sector oficial lo apoyen a uno, no es tan difícil como la gente dice. He logrado patrocinios importantes como DHL, Café de Colombia, Lenovo, Postobón y una cantidad de empresas reconocidas que habitualmente no apoyan el deporte a motor. El retorno a la inversión no se trata de poner una calcomanía en el carro. Eso va mucho más allá”. Según él, el piloto debe garantizarle a la marca que se recupere lo gastado y se gane por lo menos seis veces más que ese mismo valor.
Claro que para este año, por ejemplo, se retiró el apoyo del Estado para los colombianos que representan al país en esta prueba. Hasta la edición de 2016, Coldeportes hacía un aporte considerable, pero por decisión de la nueva dirección, los deportes a motor ya no son prioridad.
La mayoría de los pilotos que van a un Dakar lo hacen con el objetivo de terminar. Van con la intención de sobrevivir a las dificultades y, sin importar el tiempo que hagan, cruzar la meta es lo más importante. Este tipo de corredores deben gastar entre 80 mil y 250 mil euros (algo así como de 240 a 750 millones de pesos colombianos), dependiendo si van en motos o autos. Pero los grandes equipos, que van a ganar, invierten sumas astronómicas.
Es por eso que a los pilotos nacionales no se les pueden exigir resultados, cuando logran ir con lo justo. Todo lo que hagan en esos terrenos agrestes, con calores extremos y fríos hipotérmicos, es ganancia. Al fin y al cabo van con el único objetivo de dejar en alto el nombre de Colombia.