Si los estudios señalan lo contrario, entonces ¿por qué los ejecutivos ignoran la evidencia científica de que las oficinas abiertas no son productivas?
Un estudio realizado en Estados Unidos a más de 40 mil empleados de 300 edificios dio como resultado que las oficinas privadas cerradas superaban por creces a los diseños de planta abierta en la mayoría de sus aspectos relacionados a la calidad ambiental, particularmente en acústica, privacidad y problemas de proxémica.
Otra encuesta realizada en 2013 por Gensier, una empresa de diseño internacional, dio a conocer que más de dos tercios de los trabajadores estadounidenses están descontentos con los niveles de ruido en la oficina y el 53% dice son molestados cuando intentan concentrarse. Siguiendo con lo último, la investigación arrojó que el desempeño laboral ha caído un 6% desde 2008 debido a la incapacidad de concentración.
Si existe evidencia de que las oficinas abiertas son menos saludables y menos productivas entonces, ¿por qué los ejecutivos siguen apegados a este plan de entorno laboral? Según Inc. Magazine, estas son las 6 razones que responderían esta pregunta.
1. Moda pasajera
En los últimos treinta años se ha visto el surgimiento y también la caída de docenas de modas de gestión, incluyendo TQM, Six-Sigma, gestión de matrices, gestión de consenso, planes de negocios, gestión del caos, competencia básica, reingeniería y escalonamiento, entre otros.
Las modas de gestión son oficinas abiertas, colaboración y “equipos ágiles". Los ejecutivos aceptan estas modas porque les hace sentir como si fueran "cool" y "modernos".
2. La pereza
En teoría, manejar a los equipos es fácil. Se puede aprender intelectualmente casi todo respecto al manejo de personal en distintos libros que buscan capacitar en la materia.
En la práctica, sin embargo, la gestión es un trabajo duro. Requiere la percepción para entender las motivaciones de la gente, la persistencia para dirigir al equipo hacia una meta común, la paciencia para ocuparse de las molestias inevitables, y el valor de hacer las llamadas más difíciles.
Según Inc. Magazine, las manías de la gerencia buscan el camino fácil. ¿Por qué molestarse con el duro trabajo de la gestión de personas, cuando sólo se puede "juntar a la gente en un entorno de colaboración donde se crean equipos autodirigidos?" Entonces así no se necesita trabajar de más.
3. Ostentación
La mayoría de las modas de gestión son invisibles para el mundo exterior. Sin embargo, las oficinas abiertas proporcionan a los ejecutivos la oportunidad de impresionar a los visitantes, jugando así un papel idéntico al que desempeña la fantasía de la arquitectura exterior.
Después de todo, no hay nada interesante sobre los pasillos llenos de puertas, mientras los cubículos no son nada atractivos. Las oficinas abiertas, por el contrario, ofrecen una vista fotogénica de los trabajadores.
4. Grandiosidad
Aunque se supone que las oficinas abiertas crean colaboración y trabajo en equipo, ¿por qué los ejecutivos tienen oficinas privadas? ¿No sienten la necesidad de participar en los equipos de colaboración que, se supone, van a lograr una empresa exitosa?
Las oficinas privadas son símbolos de estatus. Las oficinas abiertas no hacen más que resaltar el abismo entre los ejecutivos (que se les permite la privacidad) y todos los demás.
5. Desconfianza
En una oficina abierta, el gerente puede comprobar fácilmente si los empleados están haciendo cosas que no deberían, como jugar en la computadora, entrar en redes sociales o enviar mensajes de texto a sus amigos.
Tampoco pueden faltar en una oficina aquellos que con tal de estar del lado del jefe, son capaces de informar las distracciones de los otros compañeros. ¿Cómo puede un ejecutivo esperar que los empleados confíen en su liderazgo y visión si el ejecutivo desconfía de ellos tanto que espera que los empleados se denuncien mutuamente?
6. Negación
Muchas personas ignoran la abrumadora evidencia de que el cambio climático es real. Otras más ignoran la abrumadora evidencia científica de que la vacunación puede salvar vidas.
¿Es realmente sorprendente entonces que muchos ejecutivos no estén dispuestos a repensar sus inversiones en el concepto de plan abierto, aun cuando la evidencia científica acumula que tales oficinas son un desastre de productividad y salud?
Los ejecutivos, más que la mayoría de las personas, son reacios a admitir sus errores porque eso los hace vulnerables a ser despedidos. En lugar de eso, prefieren buscar otros métodos de satisfacción cuando falla una estrategia promocionada.
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