Según la arquitecta Cinthya Arana, el concepto de diseñar una oficina estaba limitado a pensar en un área enmarcada por cuatro paredes. Hoy en día, esta idea resulta prácticamente obsoleta.
Según el estudio sobre “El bienestar en el espacio de trabajo” de Steelcase, el espacio de trabajo es, por detrás del salario, el segundo factor que determina la satisfacción de un trabajador. Este podría generar un 25% de mejora en los ratios de productividad.
Si bien hasta hace 3 años, aproximadamente, en el Perú eran muy pocas las empresas que lo consideraban como un aspecto crucial para el óptimo desempeño de sus colaboradores. Hoy en día se está propiciando un cambio en la cultura gracias a la creación de más espacios como los Comunal Coworking. Este cambio, es generado en principio por compañías grandes como Procter&Gamble, Unilever, etc. Sin embargo, aún queda una ardua labor por hacer con las empresas medianas, sobre todo con las nacionales.
Suele ocurrir que las organizaciones se centran en los asuntos comerciales, en busca de alcanzar los objetivos trazados. Sin embargo, este esfuerzo podría verse afectado por la falta de ciertos factores que para los colaboradores son de gran importancia. Uno de ellos es la implementación de los espacios laborales acorde a la cultura organizacional. No sólo se trata de pintar las paredes o decorar con los mismos colores acorde al logo corporativo o colocar nuevos muebles en las oficinas.
Según la arquitecta Cinthya Arana, hasta hace unos pocos años, el concepto de diseñar una oficina estaba limitado a pensar en un área dividida por puertas y enmarcado por cuatro paredes. Hoy en día, esta idea resulta prácticamente obsoleta, si lo prioritario es forjar lazos que propicien el intercambio de ideas, la creatividad y que reflejen la cultura organizacional de las compañías, más allá de un papel.
La tendencia, a la cual el país está apuntando, se caracteriza por crear espacios abiertos que fomenten la conexión de los trabajadores y el trabajo en equipo dejando de lado la jerarquía de la típica oficina cerrada “a la cual no puedes acceder”. Asimismo, incluir salas de reuniones abiertas, espacios de interacción en los pasillos, como cubículos de reuniones en los pasillos, salas de descanso u otro tipo de área común, que impulse la movilidad y el diálogo de los trabajadores. Esto teniendo en cuenta que la colaboración es clave para generar nuevo conocimiento.
Uno de los objetivos es lograr que, además de sentirse parte de la organización, el equipo sienta a la oficina como una extensión de su día a día. Para ello, las empresas están implementando una cultura basada en la reducción de jerarquías, ya que facilita la libre exposición de ideas, el aporte de valor y la escucha por parte de los líderes, lo cual desemboca en una mayor productividad.
En ese sentido, la especialista indicó que la diferencia de una cultura organizacional jerárquica, cuyo fin es el desarrollo de áreas centradas en las tareas y en cumplir con los plazos sin tener otras distracciones en comparación a una cultura de clan, es que esta busca ser compatible con el trabajo en equipo, siendo flexible y mostrando una particular preocupación por las personas.
En las compañías que se rijan bajo este modelo, los espacios pequeños destinados a trabajos individuales serán cada vez menores o en algunos casos inexistentes, promoviendo a que los equipos interactúen de manera efectiva. Por ello, las empresas deben encontrar el mensaje central de lo que quieren comunicar y todos aquellos elementos que formarán parte de su cultura organizacional, para implementar los medios y canales adecuados dentro de su infraestructura.
FOTO: UNSPLASH.COM