A medida que el niño crece, los adultos deben fortalecer su autoestima, motivándolo con actividades y tareas para las cuales esté capacitado y que le agraden, usando siempre un lenguaje afirmativo.
Los niños que creen en sus capacidades y cualidades son competentes y se sienten interesados en aprender, respetar y amar a los demás y a sí mismos.
La autoestima se desarrolla a través de toda la vida y se forma desde el nacimiento, a través del amor de los padres, el ejemplo y el respeto.
A medida que el niño crece, los adultos deben fortalecer su autoestima, motivándolo con actividades y tareas para las cuales esté capacitado y que le agraden, usando siempre un lenguaje afirmativo: tú puedes, eres inteligente, especial, maravilloso, único, etc, felicitándolo cuando alcance un logro, apoyándolo y corrigiéndole constructivamente sus errores.
Cuando hable de este tema, hágalo con un valor positivo y un significado grande y especial, de esta manera, el niño aprenderá a quererse y a aceptarse tal y como es, además logrará interactuar fácilmente con los demás.
¿Alta o baja?
Un niño con autoestima alta es: seguro de sí mismo, respetuoso, responsable, participativo, se relaciona, es activo, afectuoso, demuestra autonomía en actividades propias de su edad, atiende los llamados de atención con serenidad, tiene destrezas y habilidades que comparte con otros niños.
Con los años, se vuelve menos dependiente y se preocupa por los demás, mantiene una relación afectiva con su entorno familiar, no tiene problema en relacionarse con niños menores o mayores que él, se quiere, se acepta y tiene una visión de la vida agradable y bonita.
Un niño con autoestima baja: se descalifica a sí mismo, manifiesta desánimo y angustia, es poco sociable, indeciso, manifiesta cambios de humor, es tímido y tiene sentimientos de inferioridad. No muestra interés en integrarse en actividades con otros niños porque manifiesta temor y mantiene una negación frecuente. Con el tiempo será un niño inseguro.
Situaciones que afectan la autoestima
. La pérdida de un ser querido.
. Sentimientos de angustia.
. La exigencia en ser perfectos.
. Hacerles sentir vergüenza con los demás o miedo a ser ridiculizado.
. Las comparaciones.
. Las palabras negativas y ofensivas.
. La falta de afecto.
. El no escucharlo ni dedicarle tiempo.
. La violencia intrafamiliar.
Tácticas efectivas
. Respete al niño escuchándolo y dedicándole tiempo.
. Delegue responsabilidades con las actividades que puedan llevar a cabo, exaltando sus cualidades y evitando las comparaciones.
. Promueva el interés que tenga por alguna actividad específica.
. Bríndele un entorno en donde se sienta confiado y seguro, enséñele que él tiene un valor muy especial como persona.
. Cuando hable con él hágalo con un lenguaje positivo.