Países americanos enfrenta el desafío de diversificar su relación económica con China, para ir más allá del comercio de materias primas y comodities, avanzando en servicios e inversiones.
Entre el 15 y el 16 de noviembre se llevó a cabo en Zhuhai, ciudad de la provincia meridional china de Guangdong, un simposio internacional sobre “Innovación y desarrollo de China, oportunidades para América Latina y el Caribe”, al que asistieron especialistas de Argentina, Brasil, Chile, México, España, Estados Unidos, Alemania y Polonia, entre otros países.
El director comercial de Prochile en Guangzhou, Hernán Jaramillo, señaló en el simposio, celebradao en la Universidad Sun Yat-Sen, que desde el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre Chile y China hace más de 40 años, los dos países han experimentado estrechas relaciones económicas y comerciales y el país asiático se ha convertido en uno de los socios comerciales más importantes de la nación suramericana.
Sin embargo, la dependencia de las exportaciones de materias primas y productos básicos no es propicio para la estrategia de desarrollo sostenible de Chile. Para aumentar el valor agregado de sus productos y servicios, Chile está aprendiendo de la experiencia de la innovación y el desarrollo de China, señaló Jaramillo.
Según el funcionario, desde 2018, su país ha enviado una serie de delegaciones empresariales a visitar China para comprender su desarrollo en educación, innovación tecnológica, y finanzas, entre otros sectores.
“China tiene una fuerte base de talento y está preparando ingenieros que saben cómo utilizar la información. Una cosa es tener la información y otra cosa es tener el conocimiento para utilizar la información”, indicó Jaramillo.
Brasil es otro país que enfrenta desafíos similares a Chile. El investigador del Centro de Análisis y Planificación de Brasil, Ian Prates, dijo que su país actualmente exporta alimentos, minerales y otros productos primarios a China, pero a medida que la cooperación entre los dos países continúa profundizándose, ambas partes podrán estrechar lazos en más campos estratégicos.
“Si Brasil puede cooperar con China en sectores como la tecnología y la educación superior, ganará mucho”, indicó el investigador.
Diego Mazzoconne, director ejecutivo del Centro Latinoamericano de Estudios Políticos y Económicos de China (CLEPEC), sostuvo que muchas empresas latinoamericanas quieren abrirse al mercado chino, pero se detienen por el gran volumen del mismo y la demanda diversa de los consumidores.
“La Iniciativa de la Franja y la Ruta y el proyecto de la Gran Area de la Bahía de Guangdong-Hong Kong-Macao tienen que ser una puerta de entrada de las empresas latinoamericanas para el mercado chino”, explicó Mazzoconne.
De acuerdo con el director, aparte de la fuerte garantía ofrecida por el Gobierno, el floreciente desarrollo del comercio electrónico chino también ha brindado nuevas oportunidades de negocios a los exportadores argentinos.
La carne de res, el vino tinto y otros productos populares de Argentina dejan de ser noticias en el país asiático. Según Mazzoconne, ahora la Secretaría de Turismo de Argentina también se ha unido al desarrollo tecnológico del país asiático, aprovechando la plataforma de comercio electrónico para promover los productos turísticos de la nación suramericana. Para él, el desarrollo del turismo con nuevas formas es una “oportunidad” que no se puede perder para Argentina.
Emiliana Hidalgo, representante en China de la Universidad Nacional de Rafaela de Argentina, señaló que el país asiático se está desarrollando rápidamente en áreas como 5G, comercio electrónico y nueva energía, lo que se debe en gran medida a la apertura.
La profesora destacó que el proceso de apertura y reforma que lleva adelante China desde hace más de 40 años tiene un vínculo más cercano con América Latina, al tiempo que las universidades e instituciones de investigación entre ambas partes se han vuelto cada vez más cercanas.