Sólo el 15% de los médicos y las visitas en las unidades de cuidados intensivos se higienizaron en el hospital de Miami en que se realizó el experimento.
De acuerdo a las últimas investigaciones, el lavado de manos es el procedimiento más importante para prevenir las infecciones adquiridas en los hospitales. Estas pueden producir enfermedades e incluso la muerte para pacientes vulnerables e incrementa los gastos del sistema de salud. Aún así el número de personal que se lava las manos en los espacios clínicos puede ser sorprendentemente bajo.
Un equipo formado por Ivo Vlaev, de Warwick Business School, Dominic King y Ara Darzi, del Imperial College de Londres, y Maureen Fitzpatrick, Ruth Everett-Thomas y David Birnbach, de la Universidad de Miami, utilizó ideas de la ciencia conductual para mejorar las tasas del lavado de manos en un hospital.
En el estudio, se percataron que con la imagen de los ojos de un hombre, se lavaron las manos un tercio más de personas. Mientras, el olor a cítricos impulsó el lavado de manos en casi un 50%.
De acuerdo a Vlaev es muy importante que las personas se laven las manos en los ambientes clínicos: “Sin embargo, las bajas tasas de lavado de manos son ampliamente conocidas y fue confirmado en este estudio, donde solo el 15% del personal y los visitantes a una unidad de cuidados intensivos fueron vistos utilizando la estación de lavado de manos”.
Establecieron un ensayo en una unidad de cuidados intensivos quirúrgicos en un hospital de Miami. Observaron a 404 personas (trabajadores de la salud y visitantes) para ver si se lavaron las manos utilizando el desinfectante que estaba justo junto a la puerta antes de entrar a la habitación.
Entre los 120 visitantes del grupo de control, solo 18 se lavaron las manos (15%). 13 de las 66 mujeres se lavaron las manos, mientras que solo 5 de los 54 hombres lo hicieron.
124 visitantes fueron expuestos a la imagen de los ojos de un hombre encima del dispensador de gel de manos. Esta vez 33% de las personas se lavaron las manos, pero al cambiar la imagen por ojos de mujer, la cifra bajó a 10%. Vlaev explica que puede deberse a que los ojos masculinos apuntan a diferentes sensaciones, pensamientos o emociones que los de una mujer. En estudios previos, se ha encontrado que los hombres ejercen mayor influencia que las mujeres: “Sin embargo, es importante aclarar que los ojos masculinos mostrados tenían mayor musculatura facial, normalmente asociado a enojo o amenaza, por lo que pudo influir”.
De las 160 personas que se vieron expuestas a un olor cítrico, 46,9% lavaron sus manos con el dispensador de gel, la cifra más alta.