En varias de las escuelas de negocios globales se nota una creciente inclusión de materias legales en los programas de administración y negocio, o incluso la creación de programas con certificación conjunta en ambas especialidades. Aprenda sobre los objetivos, características y perfiles de estas iniciativas.
Desde siempre, abogados y hombres de negocios han andado juntos. Cualquiera con un conocimiento básico de la actividad empresaria sabe que la asesoría legal se hace más necesaria a medida que una firma crece y se diversifica. Los servicios que los abogados prestan a las empresas van desde la redacción de contratos hasta la defensa ante demandas, pasando por la representación ante instituciones gubernamentales y de la sociedad civil.
Hoy día, la internacionalización de las corporaciones y el proceso de globalización suman nuevos retos. Por eso no pocos abogados deciden especializarse en la cada vez más compleja y variada rama del derecho mercantil y de negocios por ser una carrera lucrativa y con expectativas. Asimismo, se nota una demanda creciente desde las empresas por abogados especializados en derecho y negociación internacional.
En respuesta, escuelas de negocio y de leyes establecen alianzas para ofrecer programas conjuntos en derecho y negocios, o brindar una enseñanza más intensiva de temas legales en programas MBA. Además, se ha visto surgir varias iniciativas dirigidas a capacitar a los abogados en el reconocimiento y procesamiento de malas prácticas o corrupción.
AméricaEconomía indagó con las escuelas para conocer sobre estos programas.
Objetivos y metodologías
Emlyon, de Francia, es una de las escuelas de negocio globales donde primero comenzaron a insertarse materias legales al MBA. Joseph LiPuma, director del MBA Internacional, describe que “el objetivo principal es que los participantes del programa sepan qué deben tomar en cuenta una vez que van a trabajar a otros países donde nunca han estado antes, tratamos de enseñarles los elementos que deben explorar y cómo estos pueden variar”.
En América Latina, la Fundación Getulio Vargas (FGV) es una de las que lleva más tiempo ofreciendo conocimientos de leyes a sus estudiantes MBA. Marina Heck, decana asociada del OneMBA, indica que la escuela "propone cursos que analizan el ambiente de negocios desde las perspectivas legal y ética. Se toma en cuenta que el contexto es cada vez más global e internacional, y con eso todo el contenido local se pone en perspectiva global".
En la Universidad de Duke, de EE.UU., se ofrece un programa de doble certificación en Derecho y Negocio. James D. Cox, profesor de Derecho en la Escuela de Leyes de Duke, explica que el programa JD/MBA se enfoca a enseñar a los estudiantes una mejor comprensión del ámbito actual de los negocios. “Mientras mejor conozcan el entorno en el cual van a trabajar, mejor se desempeñarán como asesores o consultores. La cuestión fundamental es que se familiaricen con la cultura y las herramientas de los negocios”.
Otra escuela que viene trabajando sobre el tema es la española IE University. En este caso, se trata una colaboración estrecha entre ambas facultades –IE Business School e IE Law School– para facilitar a los estudiantes de postgrado una mayor comprensión de las temáticas que pueden serles útiles en sus especializaciones. Carlos de la Pedraja, director de Educación Ejecutiva en la IE Law School, comenta que “desde que formamos abogados y empresarios, el punto de partida es incorporar materias de las llamadas empresariales –en un 20% o 25%- como estrategia, recursos humanos, entorno económico, comportamiento organizacional, que también se imparten en los MBA”.
Las perspectivas de ambos académicos varían cuando se trata de las metodologías para enseñar a abogados y ejecutivos. Por su parte, de la Pedraja observa que “ambos grupos son exactamente iguales a la hora de aprender y por tanto aplican las mismas metodologías que consisten básicamente en resolver problemas o tomar decisiones”.
Mientras, Cox señala diferencias, “en las escuelas de negocio, mucho de lo que se hace es enseñar herramientas e información destinadas a ayudar a los alumnos a entender sobre finanzas, márketing, o manejo de recursos humanos. En el caso de las escuelas de leyes, la educación tiene otro enfoque, se trata más de evaluación o pensamiento crítico, de enseñar herramientas de análisis crítico de situaciones o procesos. En tanto las escuelas de negocio se concentran en enseñar un tipo de metodología e información, las escuelas de derecho ponen énfasis en un pensamiento crítico por inducción o deducción”.
Con todo, se asume que tanto abogados como empresarios tienen puntos fuertes y débiles, y bastante que aprender unos de otros. Por ejemplo, Anuj Mehrotra, vicedecano de programas de postgrado de negocios en la Universidad de Miami, apunta que “los profesionales con background en los negocios suelen mostrar una capacidad analítica más anclada en las matemáticas y lo cuantitativo, en tanto un estudiante de derecho tiene más facilidad para analizar lo que contiene poca estructura. Ambos saben lidiar con la incertidumbre, pero lo hacen desde distintos puntos de vista y preparación académicas”.
Desde la experiencia de Heck, los egresados de derecho suelen no entender "muchas de las presiones concretas relacionadas con el manejo de un negocio, tales como la logística, el márketing, o asuntos financieros de la corporación. En eso pueden ayudar mucho los alumnos de administración, ya que tienen las herramientas del management. En lo que fallan los administradores, que sí tienen los abogados, es en la habilidad de analizar con rigor y sofisticación un cuestionamiento abstracto o teórico".
Cox está de acuerdo y explica que los abogados suelen analizar los problemas de una forma más abarcadora, en cuanto a considerar causas y consecuencias. “Pensamos en términos de relaciones causales, qué ramificaciones e implicaciones puede traer una decisión o acción. Mientras, es mucho lo que se puede aprender de los empresarios en cuanto a la parte técnica del universo de los negocios, sus conocimientos de contabilidad, de transacciones de negocios, y habilidades gerenciales”.
De la Pedraja añade que los abogados suelen tener “una formación que los entrena más para trabajar individualmente, mientras que los graduados de administración y negocios están más habituados a compartir con la gente. Esa habilidad es cada vez más importante, porque con el desarrollo y los cambios vertiginosos en el universo corporativo y la economía, resulta imprescindible buscar la colaboración entre especialidades”.
Precisamente para facilitar el intercambio entre los grupos y que aprendan mutuamente, en IE se implementan iniciativas como los venture labs o las IE Talks, que consisten en la creación de proyectos por estudiantes de MBA, asistidos por los del postgrado de Derecho.
En la Universidad de Miami, “los estudiantes del JD/MBA trabajan en conjunto con los estudiantes de Derecho y los MBA, para facilitar el networking y la colaboración”, según Mehrotra. De hecho, la Universidad de Miami es el único sitio en EE.UU. donde es posible adquirir una triple certificación de postgrado en Derecho (JD), impuestos (LLM) y el MBA, gracias a una donación destinada a becar a estudiantes egresados del pregrado en negocios interesados en esta combinación de habilidades.
En Emlyon, LiPuma indica que además de un curso de dos días sobre negocios internacionales y organizaciones reguladoras, “llevamos a los estudiantes a Ginebra, Suiza, donde visitan la sede de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y discuten sobre el tema. Luego, se realizan encuentros con representantes de la Organización Mundial del Trabajo (OIT), siempre para tratar de entender cómo funcionan las organizaciones reguladoras internacionales, cómo se generan las regulaciones, qué aspectos toman en cuenta, cómo se aplican, y así reflexionar cómo es que las compañías deben actuar dentro de contextos internacionales”.
Contra el crimen de cuello blanco
Además, otro grupo de iniciativas han ido surgiendo en distintas escuelas con un objetivo distinto, la preparación de abogados y fiscales para el reconocimiento y procesamiento de variadas formas de corrupción corporativa y delitos de cuello blanco.
A fines del pasado año, la publicación estadounidense Financial Times dedicaba un artículo a un programa diseñado para jueces y fiscales, impartido en colaboración por el Ministerio Federal Austriaco de Justicia y la Universidad de Economía y Negocios de Viena, con el cual estos aprederían más y mejores maneras de “enfrentar la corrupción a partir de la educación”.
En EE.UU. son ya varias las escuelas que realizan esfuerzos en esta dirección. Además de Wharton, la Stern School of Business y la Fletcher School of Law and Diplomacy de laTufts University, la Tuck de Dartmouth se destaca por mantener este tipo de programas y actividades desde hace algunos años.
Una de las actividades tiene por objeto sensibilizar a los estudiantes del MBA respecto a la ética en los negocios. Para ello, se invita a criminales de cuello blanco a testimoniar en el aula. Según Richard Shreve, profesor de ética en los negocios en el programa de MBA de Tuck, “la idea del curso no es inculcar a los estudiantes ética o convencerlos de no cometer delitos en la empresa. Al contrario, partimos del principio que ellos pueden en el largo de su carrera encontrarse en situaciones delicadas”.
Una preocupación semejante la tienen en la IE Law School. De la Pedraja advierte que en la escuela se pone mucho énfasis en que los estudiantes entiendan y conozcan el código ético. “En la enseñanza y análisis de los contenidos, este sentido de que la deontología y la ética profesional están por encima de lo demás traspasa los debates. Queremos formar el tipo de abogado que actúa como ‘deal maker’, no que sea el ‘deal breaker’. Así hay varios talleres que refuerzan estos valores a lo largo del año”.