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Libro de Víctor Hugo Morales denuncia la trama de mentiras en los medios argentinos
Martes, Junio 16, 2015 - 11:01

Publicado por editorial Aguilar, el texto resulta una mirada aguda sobre el manejo de la información que realizan los medios y el periodista Víctor Hugo Morales la contrapone a las pautas de los manuales de estilo que los rigen.

En el libro "Mentime que me gusta - De los intereses del periodismo al autoengaño del lector", el periodista Víctor Hugo Morales (1947-Cardona, Uruguay) analiza el tratamiento de la información que realizan medios de comunicación argentinos de tinte "corporativo", a los que caracteriza como "mafia mediática" y lo compendia con la finalidad de testimoniar "el conflicto con la verdad" que estos enfrentan.

El ensayo abre con un prólogo del libro "Periodismo canalla. Los medios contra la información", del español Pascual Serrano, quien hace referencia a "la codicia" del sector financiero y político en la actualidad en tandem con los medios que, a su criterio, deberían "ser pilar fundamental en la formación de un ciudadano libre en democracia".

A partir de ahí, Morales, de intensa trayectoria en radio y televisión y autor de libros como El intruso y Audiencia con el diablo, expone una investigación exhaustiva en la que incluye 50 casos donde, según el periodista, se brindó información falsa o se pergeñaron operaciones de prensa para desprestigiar a funcionarios, jueces o ciudadanos comunes.

Publicado por editorial Aguilar, el libro resulta una mirada aguda sobre el manejo de la información que realizan esos medios y Morales la contrapone a las pautas de los manuales de estilo que los rigen, como la que indica que "toda noticia debe estar debidamente chequeada y verificada y sustentarse en fuentes legítimas y representativas", o la que destaca "la credibilidad como uno de los máximos valores".

El primer caso que se expone es el del presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, que luego de que votó a favor de la constitucionalidad de la Ley de Medios el 29 de octubre de 2013, los medios que Morales denuncia ubicaron al juez "de prócer del republicanismo a hereje puesto sobre un caballo blanco que lo lleva desnudo por la ciudad", como castigo por su decisión, según se lee en el libro.

- ¿Qué lo llevó a compendiar su punto de vista sobre los medios en Argentina en este libro?

- La impaciencia que me provoca andar por la memoria como si uno anduviera por un túnel con una vela. Uno alumbra muy poco cuando quiere recordar, entonces quise empezar a enumerar la cantidad de mentiras de los medios y me di cuenta de que había decenas de episodios y creo que si no se escriben se diluyen, porque se van pisando unas a otras. Elegí diversas maneras de mentir y quedaron allí como un esfuerzo para que estén por escrito, para mí mismo en primera instancia, pero también para potenciales lectores.

- ¿Qué buscó testimoniar?

- Una característica muy fuerte de este tiempo que ha sido el conflicto con la verdad que tienen los medios de comunicación y la falta de sanción, la complicidad, la aquiescencia del destinatario de esas mentiras, el propio lector, y telespectador de los medios que señalo en el libro, que son cómplices de alguna forma del estado de cosas que tenemos en cuanto a que el periodismo parece que no pudiese controlar su tendencia a la mentira, que es algo psicológicamente imposible de dominar para ellos.

- ¿Por qué cree que los lectores o televidentes son cómplices y no rehenes de esa mentira?

- Creo que entre los ciudadanos también se da el perfil moral de ciertos periodistas que están dispuestos a mentir en términos políticos, para torcer la realidad. El hecho de que en las redes sociales se diga cualquier cosa y se tengan ambiciones sesgadas y también se mienta marca que hay un montón de gente dispuesta a mentir.

- ¿Cree que debería haber un código para transparentar el manejo de la información?

- Cuando la Presidenta (Cristina Kirchner) no hace mucho tiempo pidió que nos diéramos un Código de Ética, el foro de periodistas Fopea, una institución periodística que me abochorna porque no es más que un brazo periodístico de los tanto que tiene Clarín, consideró que era una limitación a la libertad de expresión.

Esto era un acto de profundo cinismo porque el manual de estilo, que es como el código ético que tienen los propios diarios, ellos mismos lo traicionan. Por eso, lo que hice fue recorrer la cantidad de veces que lo que tienen escrito en sus manuales de estilo es traicionado. En consecuencia, si cuando se pide un código de ética lo niegan, los caminos se cierran muchísimo.

Además, hay un tercer componente que son las mentiras de los sectores políticos muy ciegos que, para aprovechar las circunstancias, no han dudado en dañar la propia credibilidad de la política. No se dan cuenta del valor inmenso que tiene la política en la vida de los pueblos, y la atacan para sacar una ventaja chiquitita.

- ¿Cómo cree que se ve a Argentina a través de los medios del mundo?

- Muy doloroso resulta lo que pasa en el mundo con Argentina, la forma en que a través de una especie de liga internacional de medios neoliberales han entregado la mentira a las poblaciones de cada uno de los países. Cuando la CNN mintió todo lo que mintió en el caso de la muerte del fiscal Alberto Nisman estaba diciendo a millones de espectadores en todo el mundo y en especial a los Estados Unidos y a buena parte de América, que la Argentina es un país inviable, que tendría que estar sumido en la vergüenza, un reservorio de la maldad del mundo, y sabemos, al poder haber hecho refutaciones aquí que todo era una gran mentira. Entonces todo lo que ocurre aquí va en la montaña de mentiras que fueron construyendo en el exterior.

Estos medios, particularmente Clarín y La Nación juegan una especie de corresponsalía de los medios liberales de todo el mundo. Entonces desde París, Madrid y Nueva York constantemente se nutren de ellos. Es un dolor muy grande que por el odio y la ventajeada política sean capaces de dañar vidas de su propio país, su propia patria.

- Desde su punto de vista, ¿cuál es el objetivo final de estos medios?

- El objetivo ha sido voltear este o cualquier gobierno que tenga un tinte progresista, porque los medios corporativos si no dominan la democracia, si no la tienen a su servicio, no les sirve. El triunfo de los que piensan distinto a ellos los lleva a buscar consenso para imponer, sin el voto de la gente, sus criterios neoliberales, que son los que durante doscientos años establecieron las inmensas desigualdades. Entonces, el objetivo es que la democracia no le sirva a nadie si no le sirve a ellos.

Autores

Télam / Lifestyle