Libros para jóvenes que no hablan de vampiros, guerras ni sexo
Viernes, Julio 29, 2016 - 11:34
Thrillers piscológicos, como La chica del tren y La viuda, se han ganado un lugar y las editoriales explotan su potencial.
El Observador Un amor imposible entre una humana y un vampiro; peligrosos juegos televisivos que terminan en una guerra sanguinaria dentro de un mundo posapocalíptico y un excéntrico y seductor millonario con gustos raros para el sexo. En los últimos años, el boom de las novelas para jóvenes y adolescentes ha estado centrado en universos de ficción que están bastante alejados del mundo real y que han retratado personajes complejos pero a su vez sumamente empáticos con el público más joven.
Sin embargo, las editoriales han dado en la tecla con otro tipo de novelas –enfocadas a un público amplio que va desde los 14 hasta los 30 años– que están muy lejos de plantear historias tan fantásticas. Se trata de una nueva camada de thrillers psicológicos centrados en crímenes policiales y con personajes que le hablan al lector en primera persona y puntos de vista tan mezclados que la propia escritura colabora con una narrativa ágil y amigable, capaz de enganchar hasta a los lectores menos expertos.
Con La chica del tren –de la escritora británica Paula Hawkins– como caballito de batalla, y La viuda (de la periodista, también británica, Fiona Barton) este año el género consigue cautivar al público juvenil con fuerza y con una estructura de marketing por parte de las editoriales similar a la generada para los lanzamientos de Los Juegos del Hambre, Crepúsculo o Cincuenta sombras de Grey.
Desde un suceso mundial sin precedentes como Harry Potter, la literatura juvenil ha demostrado ser capaz de desplegarse lo suficiente hasta convertirse ser una máquina de generar fenómenos que facturan no solo en tinta y papel sino también en cine, televisión, videojuegos y todo tipo de merchandising. De hecho, la saga Harry Potter sigue sacando rédito no solo de a sus contenidos ya existentes sino también con una nueva película, enmarcada en ese mundo mágico, a estrenarse en noviembre de este año, y una obra de teatro con entradas agotadas de acá a un año en Londres. Luego vino una racha fuerte de novelas y películas de amores adolescentes mezclados con ciencia ficción y, al parecer, ahora es el turno de las viejas y queridas policiales. La chica del tren, cuyo misterio central es disparado por la desaparición de una mujer y narrado por un personaje alcohólico e inseguro, ya tiene una película en camino que se produjo y rodó en tiempo récord, con el protagónico de Emily Blunt y Rebecca Ferguson, que llegará a los cines a mediados de octubre.
Por su parte La viuda, que es uno de los grandes lanzamientos del año a mano de Editorial Planeta en Uruguay, repite mucho de la fórmula de La chica del tren y transforma el formato en una tendencia que impuso Perdida (de Gillian Flynn) hace algunos años atrás cuando se convirtió en un gran best-seller y que cosechó éxitos también en la gran pantalla, donde Ben Affleck y Rosamund Pike protagonizaron un filme nominado en varias ceremonias de Hollywood. La novela de Barton, que ya vendió sus derechos a Playground Television para una serie, es narrada desde el punto de vista de tres personajes distintos en tiempo diferentes: una viuda, una periodista y un policía. Los tres están vinculados al caso de una niña de dos años desaparecida que tiene en vilo a toda la comunidad de vecinos y a varios sospechosos. La viuda ha recibido muy buenas críticas que se han traducido también en excelentes ventas. Seguramente parte de su éxito se deba a que es una historia de ficción con un fuerte correlato con la actualidad en el mundo real y que, al excluir a las criaturas mágicas o la cursilería romántica, puede resultar atractiva para un público más amplio.
Ni La chica del tren ni La viuda son los primeros thrillers que han cautivado a los jóvenes bajo temáticas de desapariciones y personajes mentalmente inestables, pero tal vez sí sean las primeras en querer afrontar la sequía de éxitos juveniles dentro del mercado editorial. Y cuentan con todo el apoyo de los editores para figurar incansablemente en ferias y en las vidrieras de grandes, medianas y pequeñas librerías. Cuando La chica del tren llegó a Uruguay, el constante bombardeo de imágenes que la promocionaban como "el libro del año" invocó a más de uno la necesidad de tener que comprobar qué tan buena era la novela. Lo mismo sucedió hace algunas semanas con el arribo de La viuda, cuya portada se mostró incluso en anuncios de televisión. Ambas novelas son entretenidas y generan alguna que otra sorpresa durante la lectura, que se encarga de captar con buen ritmo la atención del lector.