En atención a la importancia que ganan los líderes del mundo empresarial dentro de la sociedad, y de la necesidad creciente de impulsar el emprendimiento entre individuos que necesitarán poner en práctica las habilidades y acciones de un líder, más programas de liderazgo o coaching buscan qué se puede aprender de otras actividades como los deportes o las artes.
Si las organizaciones están compuestas por humanos, es normal que mucho de su funcionamiento se rija por aspectos inherentes de la conducta y comportamiento de la gente. En base a esta noción que parece simple -si no fuera por lo complejidad inherente de las relaciones humanas– cada vez más programas de management, liderazgo o coaching buscan más qué aprender de otras actividades para aplicar en el funcionamiento organizacional, liderazgo de equipos y la conducción de negocios.
Así, AméricaEconomía investigó sobre actividades que pueden enseñar mucho a líderes y gerentes empresariales, pero que no son tan estudiadas por educadores y coaches con tanta frecuencia, a pesar de su potencial. A diferencia del ajedrez, el montañismo o la navegación, que sí aparecen en programas y talleres de liderazgo en instituciones alrededor del mundo, otras actividades como la coreografía, el aikido y el basquetbol
son menos consideradas en cuanto a lo que pueden aportar al mundo de la administración y los negocios.
Basquetbol
Sanyin Siang, directora ejecutiva del Centro de Liderazgo y Ética de la Duke University, al comentar sobre el estilo de liderazgo de Mike Krzyzewski, coach del equipo de la universidad y también del Dream Team estadounidense que fue a los juegos olímpicos de Beijing en 2008 y el que irá a Londres en 2012, refería que una de las prioridades del coach es establecer una cultura basada sobre valores como el de que “el colectivo permite alcanzar los objetivos que un individuo por sí solo no podría. Para esto, Krzyzewski usa anécdotas, imágenes, símbolos que inspiran a los jugadores a esforzarse por un objetivo común, porque les hace ver que haciéndolo, van a ser parte de una meta o identidad más grande”.
Por ejemplo, antes de llegar a China en 2008, Krzyzewski reunió a los jugadores de la selección para escuchar al general Bob Brown, del ejército estadounidense. El general Brown había traído consigo al capitán Scott Smiley, quien había perdido la visión en una operación en Irak. Fue él quien relató cómo, una vez de alta y ya ciego, solicitó varias veces que le permitieran regresar a la guerra, para servir de alguna manera a su país. “Esta historia tuvo el poder de nuclear a aquellos jugadores, muchos de ellos estrellas en sus propios equipos y con rivalidades entre ellos, alrededor de la idea de que jugar bien y ganar era traer honor a su país. Anécdotas como esta, o también el uso de imágenes como la del puño, que es más poderoso que cada uno de los dedos, son mecanismos que el coach utiliza para crear y fortalecer el espíritu del equipo”.
Coreografía
Bill T. Jones es fundador y director de la Bill T. Jones/Arnie Zane Dance Company de Nueva York. En una entrevista proporcionada a la publicación Inc. Magazine, el coreógrafo y líder del colectivo danzario explicaba su manera de trabajar, colaborar con los bailarines y dirigir la compañía.
Entre las cosas que el artista subraya se encuentra la necesidad de comprender bien las potencialidades y alcances del conjunto, lo cual pasa por valorar posibilidades y habilidades de sus integrantes, y supone elegir conscientemente y con rigurosidad a cada miembro. “Esto tiene mucho que ver con la forma de relacionarme con los colaboradores, exijo el máximo de cada uno, pero lo hago porque cada uno de ellos aceptó trabajar conmigo, dentro de la compañía, a sabiendas de qué implicaba esa decisión. Y esto significa que yo trato siempre de comunicar la idea de que acá trabajamos para crear un sentido, para construir algo que va más allá de sí mismo, no es sólo bailar porque sí, sino de algo más”.
La manera en que Jones entiende su rol como líder, tiene mucho que ver con la de Krzyzewski, sobre todo cuando se ocupa de elegir a los nuevos jugadores del equipo de Duke. “En el proceso de selección, el coach mira no sólo las habilidades técnicas y el talento de los candidatos, sino se fija también en las cualidades de su carácter, tales como la forma en que se pueda relacionar con sus padres o profesores, para saber si son respetuosos, y saben adaptarse a un colectivo”, afirma Siang.
Aikido
El aikido es un arte marcial japonesa que intenta resolver los problemas a través de la armonización de las circunstancias. A través de sus dinámicas, trata de balancear la interacción de las personas y sus desafíos.
Entre las enseñanzas que puede traer el aikido a quienes operan en el mundo de los negocios, está la idea de los ciclos. Los negocios también están sujetos a ciclos, en los cuales una compañía puede ver crecer la demanda por sus productos en una temporada y luego en otra ver que esto disminuye. De todo esto, es importante saber analizar el contexto, y reconocer las causas para aliviar las consecuencias.
Algo semejante se pone en práctica en los programas del Centro de Liderazgo de la Universidad del Pacífico. Su director Baltazar Caravedo señala que suelen proponer a los estudiantes el análisis de un caso vigente, y relevante dentro de su región o país. “Les invitamos a que lean reportes, noticias, que estén al tanto, y reflexionen sobre las causas, implicaciones de ese evento para su empresa, para la economía del país, y qué oportunidades y riesgos resultan del contexto. Llevamos a cabo sesiones donde las dinámicas apuntan a explorar tanto el contexto, como los puntos fuertes y débiles de los participantes, para que ellos comprendan cómo están preparados, o cómo pueden verse afectados ante situaciones de ese tipo”.
Otra de las enseñanzas fundamentales del aikido, especialmente significativa en el contexto actual, es la concepción de adaptarse al entorno, aprovechar el flujo de la energía para fluir con ella: “si se necesita aplicar la fuerza, algo anda mal”.
Por eso, si bien es cierto lo que dice Caravedo sobre que “los procesos de liderazgo involucran varias dimensiones, no se trata sólo de las cualidades de una persona, sino del sistema donde actúa”, también lo es que más allá de la actividad en la cual una persona se involucre, existen ciertas constantes a las cuales los líderes suelen atender. Por ejemplo, tener clara la meta, la visión del negocio y recordarla siempre que se enfrenten obstáculos. Entender el contexto y aprovechar sus oportunidades en lo que se minimizan los riesgos. Establecer una lista de objetivos y las prioridades entre estos. También saber elegir los colaboradores, quienes idealmente deben compartir la cultura y los principios del negocio. Tener claras las formas de financiar el proyecto, pero entender la importancia de que este le permita al líder ser y mostrarse como es en realidad, al tiempo que puede mantener la independencia de sus valores. Pero, sobre todo, continuar reinventando la organización y el negocio, y esto implica creatividad e innovación, además de flexibilidad y capacidad de adaptación.