Tras la muerte del cantante, las naves se vendieron. Gracias a un acuerdo económico, el dueño las mantuvo en Graceland, el museo de Presley. Sin embargo, el trato termina a fin de año y el propietario de los aviones ya escucha ofertas por ellos.
Aunque durante los últimos treinta años se han podido ver en Graceland, la casa de Elvis Presley en Memphis, los aviones privados "Lisa Marie" y "Hound dog II" no pertenecen al cantante fallecido el año 1977.
Fue, precisamente, luego del deceso del reconocido intérprete que fueron adquiridos por K.G Coker. Sin embargo, el nuevo dueño accedió a mantenerlos en exhibición en la casa museo de Presley. Hasta ahora.
Coker, sin revelar detalles ni menos fijar valores, ha cambiado el tono y comenta a algunos medios que está "dispuesto" a escuchar "ofertas serias" sobre la compra de los aviones.
El propietario de los aviones, K.G Coker, quien los adquirió en 1977 tras la muerte de Presley afirmó que "son piezas de museo" y se mostró dispuesto a escuchar "ofertas serias", aunque evitó fijar un precio.
De hecho, esta semana se vieron ofertados en una conocida página comercial aérea, con diversas especificaciones sobre sus características.
De acuerdo a esos detalles, "Lisa Marie" es el más grande. Se trata de un Convair 880 de 1960, obviamente bautizado así en honor a la hija única del cantante. Se trata de un aeroplano de cuatro motores, con habitación privada, sistema estéreo y baños de oro.
Por su parte, el "Hound dog II", es un JetStar que era utilizado como avión de repuesto mientras el otro era remodelado de acuerdo a los gustos del "Rey del Rock & Roll".
Hasta ahora se trata de las piezas más visitadas en Graceland, en donde se ubicaron en 1984. A partir de ese año, Coker y la empresa Elvis Presley Entertainment acordaron un porcentaje económico por las visitas que concluye el año 2015.
De acuerdo a las señales del actual dueño, resulta claro que ambas partes no llegan acuerdo para prorrogarlo.
La última vez que el Lisa Marie voló fue en 1977 en un viaje desde Los Ángeles para asistir al funeral de Elvis Presley, llevando a bordo a Priscilla Presley, la ex mujer del artista, y al beatle George Harrison.
