Por Maribel Ramírez Coronel, Periodista en temas de economía y salud para El Economista.
Dentro de la segunda ola de reformas que esta semana planteó la OCDE para México, puso en un lugar destacado la reforma al sistema de salud como prioritaria dentro de las necesarias reformas a la seguridad social. Dejó claro que sin éstas no es posible combatir la desigualdad y lograr un crecimiento incluyente.
En el reporte “Getting it Right” (Haciendo lo correcto), la OCDE insiste en varios puntos que deben llevarnos a un sistema universal de salud y para ello plantea como requisito previo fundamental una profunda reforma fiscal que libere recursos y permita elevar la inversión no sólo para salud y educación, sino para reducir la desigualdad, la pobreza y lograr redes más amplias y efectivas de protección social.
Este informe fue entregado ya a los tres aspirantes independientes, así como a José Antonio Meade, de “Todos por México” y a Ricardo Anaya, de “Por México al Frente”. Y José Ángel Gurría, titular de OCDE, esperaba entregárselo también al candidato de Morena Andrés Manuel López Obrador.
En el documento el organismo vuelve a evidenciar la baja inversión de México en salud -la más baja de todos los miembros de la OCDE. Y como parte de lo mismo, un muy elevado gasto de bolsillo derivado de un bajo gasto público en salud. Aquí es interesante que la OCDE sugiere avanzar en una mejor combinación de financiamiento basada en ingresos fiscales más que en cuotas tripartitas como las del IMSS. “Las aportaciones al seguro social pueden ser fuentes de financiamiento menos confiables que los impuestos generales, principalmente debido a la informalidad del mercado laboral y las fluctuaciones en los niveles de empleo”.
En lo referente a cómo hacer más eficaz el gasto, OCDE propone concentrarlo en atención primaria y gestión de enfermedades crónicas donde hay más necesidad buscando invertir menos en la última etapa de las enfermedades, algo en que muchos han insistido pero que a la fecha no se hace.
En este sentido no deja de lado la necesidad de superar la fragmentación del sistema, y recomienda reestructurarlo de acuerdo con las necesidades de los pacientes.
Considera crucial que en el largo plazo México transite hacia un solo proveedor nacional de seguridad social para reducir y eliminar duplicidades, asegurar la continuidad y la calidad de los servicios de salud.
Y aquí ubica como alentadores los convenios de intercambio de servicios entre instituciones públicas, lo cual ve como indicio de que es posible la portabilidad del seguro de salud permitiendo a los mexicanos mantener su afiliación al mismo seguro aun cuando cambien de empleo.
La inversión en infraestructura para la información de datos de salud es otra reforma que la OCDE ve importante para México, misma que se requiere para facilitar la comunicación y la continuidad de los servicios de salud.
Estas y otras propuestas planteadas en “Getting it Right” para México fueron debatidas en el #ForoOCDEMx Un futuro con crecimiento e inclusión, que incluyó la mesa “Hacia un sistema de Salud de alto Desempeño”.
Esta fue moderada por Héctor Valle Mesto, presidente ejecutivo de la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud) y en ella participaron Rodolfo de la Torre, director del Programa de Desarrollo Social con Equidad del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY); Gerry Ejikemans, representante de la OPS/OMS; Germán Fajardo, director de la Facultad de Medicina de la UNAM; Enrique Ruelas, presidente y director del Instituto Internacional de Futuros de la Salud, y Mauricio Hernández, exsubsecretario de Salud y Experto en Salud.