Investigadores han logrado imprimir en 3D células madre cartilaginosas, que han sobrevivido al proceso y conservado su capacidad para multiplicarse y diferenciarse.
Imprimir en 3D células madre es uno de los estímulos para investigar con bioimpresión 3D. Son muchos los trabajos que se realizan en este campo, pero pocos tienen éxitos reseñables. La investigación de la Sahlgrenska Academy, en Bélgica, y la Chalmers University of Technology sí ha logrado un hito. En este caso se trata de la reproducción de un material muy similar al cartílago. El avance tiene relevancia en tanto el tejido cartilaginoso tiene una capacidad de regeneración limitada.
Estos investigadores han logrado imprimir en 3D células madre cartilaginosas, que han sobrevivido al proceso y conservado su capacidad para multiplicarse y diferenciarse. Los investigadores ha probado este proceso a partir del cartílago de la rodilla. A partir de ahí han sacado células madre y las han rodeado de un material de celulosa.
Encapsuladas en la celulosa, las células madre se pueden imprimir en 3D sin sufrir daños. Una vez impresas, su crecimiento se estimula artificialmente para que se multipliquen y se diferencien. Es un proceso que no está exento de dificultad, pero los investigadores han logrado hacerlo, dando como resultado un material que guarda grandes similitudes con el cartílago. De hecho, los responsables del trabajo afirman que un cirujano no sabría distinguir entre su resultado y un tejido cartilaginoso.
Se trata de un avance importante, en tanto se podría generar un sustituto del cartílago en el cuerpo del paciente. Teniendo en cuenta la dificultad que este tejido tiene para regenerarse, la bioimpresión 3D parece una solución acertada.
El reto ahora es la celulosa. Este material, que se emplea para recubrir las células madre que darán lugar al cartílago, presenta un problema. Sirve adecuadamente para el propósito de hacer crecer el cartílago, pero el cuerpo humano no lo absorbe bien. Si se intentara reparar el cartílago de una persona con este método, la celulosa dejaría restos en su cuerpo. Son restos que no se eliminan fácilmente, con lo que generan un riesgo para el paciente. De ahí que los científicos busquen ahora un sustituto a la celulosa que el cuerpo absorba de forma natural.