Con el aumento en la expectativa de vida se despiertan nuevas inquietudes sobre los padecimientos físicos, algunos relacionados con la edad, que no son necesariamente enfermedades, sino el resultado del desgaste natural de las células de nuestros organismos.
¿Qué es Salud? Una pregunta que difícil de responder. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la salud no es sólo la ausencia de enfermedad, sino también es el estado de bienestar somático, psicológico y social del individuo y de la colectividad”. Una definición que considera la salud no sólo como un fenómeno somático (biológico) y psicológico, sino también como algo social.
Esa definición reconoce, acentúa y subraya que las intervenciones salubristas incluyendo no sólo a los servicios clínicos que se centran en su mayor parte en lo somático y psicológico, sino también las intervenciones sociales tales como las de producción, distribución de la renta, consumo, vivienda, trabajo, ambiente, entre otros.
Estos factores han ayudado a que el mundo se vea como lo hace hoy en día. La expectativa de vida ha aumentado, la mortalidad infantil ha disminuido y la expectativa de vida ha aumentado a niveles inimaginables de hace un par de siglos si se miran los avances en términos absolutos hay que contabilizar el crecimiento poblacional durante los casi 200 años, según datos recopilados por Max Roser, economista investigador de la Universidad de Oxford y fundador de Our World In Data.
Según los datos de los estudios de Roser, el cambio en la sociedad humana a nivel mundial se centra en que las diferencias sociales en diferentes áreas de supervivencia básica de los seres humanos han mejorado las condiciones en las que nos desenvolvemos y vivimos actualmente.
La población mundial aumentó de alrededor de 1.000 millones en el año 1800 a poco más de 7 veces esa cantidad en los últimos años. El crecimiento poblacional supone un gran aumento de demanda relacionada con los recursos que se necesitan para sobrevivir, pero también supone un importante logro si se analiza los factores que se relacionan directamente con este incremento. El crecimiento de la población es una consecuencia de que la fecundidad y la mortalidad no disminuyen simultáneamente.
En el siglo XIX, alrededor del 43% de los recién nacidos del mundo murieron antes de cumplir 5 años. En el 2015 la mortalidad infantil se redujo a 4,3%, 10 veces inferior a hace dos siglos. Sería erróneo creer que la medicina es la única razón para la mejora de la salud. La prosperidad creciente y la naturaleza cambiante de la vida social son otros factores además de la medicina. Se trata de mejoras en la vivienda y el saneamiento que mejoraron nuestras posibilidades en la guerra contra las enfermedades infecciosas. Sin embargo las mejoras sociales trajeron crecimiento poblacional.
El crecimiento rápido de la población ocurrió cuando la fecundidad seguía siendo tan alta como cuando los humanos vivían en el ambiente insalubre del pasado y la mortalidad había disminuido. Una consecuencia es, entonces, un aumento generalizado en la expectativa de vida, sin embargo no se puede hablar de una cifra global debido a las aún miles de diferencias que se presentan entre el progreso de las naciones.
Pero con el aumento en la expectativa de vida se despiertan nuevas inquietudes sobre los padecimientos físicos, algunos relacionados con la edad. Dichos padecimientos no se relacionan con enfermedades, simple y sencillamente son resultado del desgaste natural de las células de nuestros organismos.
Es normal que haya inquietudes sobre qué nos preocupa más padecer y es común que dichas inquietudes se externalicen. GfK, la compañía de investigación de mercados más grande de Alemania, hizo una encuesta a 22.000 internautas, de más de 15 años, provenientes de 17 países de todo el mundo, sobre cuáles padecimientos físicos les preocupan más tener. Muchos de ellos se relacionaron con la edad.
- Perder agudeza visual, 38% de los encuestados a nivel mundial
- Pérdida de memoria o agilidad mental, 38% de los encuestados a nivel mundial
- Falta de energía, 36% de las personas a nivel mundial
- Tener problemas para cuidarse a sí mismo físicamente, 34% de los encuestados
- Perder movilidad o se incapaz de caminar o manejar, 33% de los encuestados a nivel mundial
- Sentir dolores corporales, 30% a nivel mundial
- Subir de peso, 27% de los encuestados a nivel mundial
- Estar más propenso a enfermedades fulminantes, 26% de los encuestados a nivel mundial
- Pérdida de audición, 24% de los encuestados a nivel mundial
- Perder los dientes, 24% de los encuestados a nivel mundial
En el mundo, tanto mujeres como hombres tienen las mismas preocupaciones en el top cinco alrededor del envejecimiento, aunque el orden ligeramente diferente.
Las percepciones en México son muy similares a las de nivel mundial pero con algunas diferencias en el orden y los porcentajes. Por ejemplo, “perder agudeza visual” es una preocupación para el 52% de los encuestados mexicanos y ocupa el primer puesto del desvelo de los mexicanos. Le siguen “perder la memoria o agilidad mental (51%), “perder movilidad o se incapaz de caminar o manejar”(50%), la “falta de energía” (47%), “estar más propenso a enfermedades fulminantes”(42%), “tener problemas para cuidarse a sí mismo físicamente”(40%), “subir de peso” (37%), “sentir dolores corporales” (37%), perder la audición (36%) y perder los dientes(36%).