La película propuso la creación de un género nuevo, haciendo novedosos aportes al lenguaje cinematográfico.
Con "El bueno, el Malo y el Feo" la dupla formada entre el director Sergio Leone y el compositor Ennio Morricone dieron vida a un nuevo género cinematográfico: el spaghetti western, una vuelta de tuerca a los vaqueros del Oeste norteamericano hecha desde una mirada europea más compleja y menos idealizada.
Allí donde antes surgía la figura de un un héroe que daba muerte a los bandidos que arrasaban con los poblados, el nuevo género ubicó antihéroes que muchas veces debían enfrentarse a sus propios escrupulosos, optando muchas veces por sus propias alternativas, sin ningún fin común o social.
El filme fue el último de los que conformaron la "Trilogía del Dólar" del director y versa sobre tres caza-recompensas que, en medio de la Guerra de Secesión estadounidense, pugnan para encontrar, individualmente, un tesoro enterrado en una tumba.
La película llegó a Estados Unidos para reemplazar ese género tan arraigado que era el del western. La cinematografía de Sergio Leone, con inusuales planos y tomas, al lado de la música de Ennio Morricone, dieron vida a un género que tenía que seguir viviendo, y fue por ello que, a partir de la Trilogía, decenas de directores italianos se sumaron a la filmación de lo que se llamó "spaghetti westerns".