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Los 75 años del Inah protegiendo la historia patrimonial de México
Martes, Diciembre 23, 2014 - 15:11

Ubicando al país a la cabeza de la lista de sitios protegidos por la Unesco y resguardando más de 45.000 puntos arqueológicos, el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México es puntal en el resguardo de la identidad.

Durante el año 2014, el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (Inah) celebra los 75 años de su fundación, junto a diversos recintos adscritos que han heco lo propio con una amplia gama de actividades.

Son siete décadas y media de ser un referente al preservar el patrimonio cultural e histórico de México, 75 años de hallazgos como los de la Piedra del Sol, la Coyolxauhqui, la tumba de Pakal y de la Reina Roja, sin lugar a dudas, entre los momentos más importantes.

Se trata de la institución que ha colocado al país en el primero de América Latina con el mayor número de sitios inscritos en la lista de patrimonio mundial de la Unesco, además resguarda más de 45.000 sitios arqueológicos registrados y tiene abiertas al público 187 zonas prehispánicas.

El festejo ha abarcado áreas de descubrimientos, investigación, conservación y difusión del patrimonio histórico, así como en la docencia de quienes imparten dichas disciplinas, con actividades como coloquios, exposiciones, hallazgos, la publicación de libros, la impresión de billetes de lotería, recorridos por zonas arqueológicas, por mencionar algunos.

Una de las noticias que trascendió y dejó huella este 2014, aconteció en el encuentro de Conservación de Arte Plumario en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía "Manuel del Castillo Negrete" (ENCRyM), donde se dijo que el Penacho de Moctezuma, el estandarte suntuoso del México antiguo, se queda en Austria, toda vez que no existen las condiciones de traslado aéreas, marítimas o terrestres.

En el documental "El Penacho de Moctezuma, plumaria del México Antiguo", según un estudio de vibraciones realizado, se da cuenta que el decorado con plumas de quetzal e incrustaciones de oro, plata y cobre, se encuentra en extrema fragilidad, por lo que no soportaría un traslado en cualquiera de esos medios.

Otro de los eventos relevantes fue la primera Medalla Conmemorativa del 75 Aniversario, entregada en octubre al arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma por su contribución a la cultura y la conservación del patrimonio cultural de México.

El Museo Nacional de Antropología (MNA) fue otro de los recintos adscritos al Inah que celebró a lo grande por sus 50 años y lo hizo con un concierto a cargo de la Orquesta Sinfónica de Minería, dirigida por Carlos Miguel Prieto, con la participación de los solistas Yo-Yo Ma y Carlos Prieto, violonchelos.

La ocasión se engalanó con el "Códice Chimalpahin", pieza que el gobierno federal compró en mayo en casi de US$960.000, cuando estaba a punto de ser subastado en Londres por la casa Christie’s.

Se trata de la primera vez en la historia del país que se realiza una acción similar de recuperación del patrimonio. Son manuscritos del siglo XVII elaborados por dos de los historiadores de ascendencia indígena más representativos de la época virreinal: Domingo Chimalpahin y Fernando de Alva Ixtlilxóchitl.

Esta pieza estelar, se incluye en la exposición "Los códices de México: memorias y saberes", una magna muestra con la que el Inah y el MNA celebraron sus 75 y 50 años, respectivamente.

La exhibición, que estará hasta el 11 de enero de 2015, presenta un total de 44 códices que abarcan todos los ámbitos de la vida de los antiguos: registros geográficos, históricos, económicos, calendáricos y simbólicos.

Entre las piezas más significativas se encuentran: la Tira de la Peregrinación, el Códice Martín de la Cruz-Badiano, la Matrícula de Tributos, el Códice Colombino, el Códice Sigüenza, el Códice García Granados, dos libros del Chilam Balam, el Códice Coixtlahuaca, el Códice Huamantla, las Genealogías de Tlaxcala, el Códice Dehesa (de Oaxaca) y el Códice de Huejotzingo, entre otros.

Los códices que se presentan en esta exhibición inédita constituyen una ventana en el tiempo a los conocimientos de las culturas originarias de México, objetos de memoria histórica que a la vez son preciosos documentos estéticos.

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Excélsior