Aunque a seis meses del accidente que dañó el edificio, la restauración no ha comenzado, grupos de personas ya se preparan para comenzar los trabajos.
Cuando Guillaume Auzeray se enteró del incendio en la catedral de Notre Dame la noche del 15 de abril, su mente se quedó en blanco. Una vez que las llamas se habían apagado un poco, Auzeray logró reunir fuerza para ir a verla con sus propios ojos, mirando en silencio al edificio en llamas durante más de una hora.
"Fue un dolor tan visceral, como ver morir a alguien", dijo. Auzeray siempre ha sentido un especial apego a la catedral, que muchos ven como un símbolo de Francia. Había visitado Notre Dame todos los fines de semana cuando era niño, y su libro favorito era El jorobado de Notre Dame, de Víctor Hugo. "El fuego me recordó a la palabra griega 'ananke', que es uno de los conceptos principales del libro y significa 'destino'", explicó.
Al día siguiente, tuvo claridad en lo que quería hacer. "Había estado jugando con la idea durante un tiempo, pero el fuego fue la gota que derramó el vaso y me convenció para convertirme en albañil", dijo el joven de 24 años, estudiante de historia del arte en ese momento. "Notre Dame forma parte del vasto patrimonio arquitectónico de Francia, y muchos de los edificios antiguos de nuestro país necesitan una restauración urgente. Quiero hacer mi parte para ayudar".
Auzeray es una de los 100 jóvenes que en septiembre comenzaron su formación como albañiles en Les Compagnons du Devor, la organización de artesanos de Francia, un 10 por ciento más con respecto al año anterior, dice la portavoz de la organización Elsa Fontanille.
"El incendio fue un momento decisivo para algunos de nuestros nuevos estudiantes", dijo, y añadió que el número de estudiantes en otros oficios especializados necesarios para la reconstrucción de Notre Dame también había aumentado, hasta en una quinta parte en comparación con 2018. Ahí se incluye restauración de techos, carpintería y albañilería.
Formación in situ para aprendices
Se necesitarán cientos de artesanos para la restauración de Notre Dame, que el presidente Emmanuel Macron prometió completar en cinco años. "Somos un pueblo de constructores. [...] Y reconstruiremos la catedral aún más bella", dijo en un discurso televisado a la nación poco después del incendio.
El incendio destruyó la mayor parte del tejado, dañó gravemente las paredes superiores y provocó el derrumbe de la aguja de la catedral. Los expertos han cuestionado el plazo de cinco años del gobierno, al decir que un período de 10 a 15 años es más realista, dada la complejidad de la tarea.
En cualquier caso, el gobierno quiere que los aprendices participen en los esfuerzos de reconstrucción. Días después del incendio, anunció planes de poner en marcha centros de capacitación para oficios especializados en todo el país. Los chantiers de France, o lugares de construcción, estarían situados junto a edificios históricos en proceso de restauración. El lugar más destacado sería Notre Dame. Ahí los aprendices podrían unirse a un equipo de profesionales ampliamente capacitados durante cortos períodos de tiempo.
Las habilidades artesanales pasan desapercibidas
Frederic Letoffe, copresidente del Groupement des Monuments Historiques, un grupo de 200 empresas especializadas en la restauración de monumentos históricos, espera que ese tipo de entusiasmo se extienda más allá de Notre Dame.
"El problema no será encontrar a unos cuantos cientos de artesanos en toda Francia para reconstruir Notre Dame", dijo Letoffe. "El verdadero problema es la falta general de artesanos, que se ha ido agravando en las últimas décadas y amenaza el futuro de los oficios en Francia".
Letoffe lo atribuye a la mala imagen que se tiene de los oficios en el país. "Son considerados como el camino del fracaso para la gente que no es capaz de ir a la universidad."
Elsa Fontanille, de Les Compagnons, dice por su parte que la mala imagen es una contradicción. "Mucha gente considera nobles ciertos edificios como Notre Dame, pero no los trabajos de las personas que los construyen o los restauran. Y sin embargo, estas habilidades pueden ser de avanzada técnica y deben ser valoradas y admiradas".
"Creo que es genial trabajar con tus manos, y aprender un oficio puede ser una buena alternativa para las personas que no quieren ir a la escuela por tanto tiempo y están ansiosas por comenzar a trabajar", dice Joseph Day, de 16 años, uno de los 500 carpinteros que comenzaron su entrenamiento este año.