México tiene las tasas de lactancia más bajas de Latinoamérica, de acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
Los bebés alimentados con leche materna tienen seis veces más probabilidades de sobrevivir, según Unicef. La leche materna previene infecciones gastrointestinales y respiratorias, obesidad, diabetes, leucemia, alergias, cáncer infantil, presión arterial elevada, colesterol alto y enfermedades digestivas.
México tiene las tasas de lactancia más bajas de Latinoamérica, de acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. En promedio, 14,4% de las mamás alimenta a sus bebés exclusivamente con leche materna, en contraste con el promedio de 37% de las madres en toda la región.
Muchos empresarios pueden pensar “y a mí, ¿en qué me compete?” que las mamás amamanten y los bebés estén bien alimentados, apunta Matthias Sachse, oficial de Nutrición y Salud de Unicef en entrevista a El Economista.
Precisa que quizá las empresas desconocen los beneficios para su compañía, que son menor ausentismo y rotación de personal, y mejor reputación de la organización.
Las ventajas de permitir la lactancia materna son muchas. “Pero hay que partir de que la lactancia es un derecho laboral de las madres”, ataja Aída Cerda Cristerna, directora de los Derechos Económicos de las Mujeres del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).
El artículo 170 de la Ley Federal del Trabajo establece que las mamás trabajadoras tienen derecho a un período de lactancia de seis meses. En ese lapso tienen dos reposos de media hora para alimentar a sus hijos, “en un lugar adecuado e higiénico que designe la empresa”.
Y cuando esto no sea posible, “previo acuerdo con el patrón se reducirá en una hora su jornada de trabajo durante el período señalado” y su salario no se verá afectado, dispone la ley.
Inmujeres cuenta con un lactario, “suficiente para el número de trabajadoras en edad fértil”, informa Aída Cerda. Y aunque no se sabe cuántas empresas en México tienen al menos uno, varias dependencias federales están montando los suyos.
Qué es un lactario
Un lactario es un espacio en el que las mamás trabajadoras pueden amamantar o extraer su leche. En ese lugar es posible almacenarla para que, al término de su jornada laboral la lleven a casa.
Estos lugares deben ser higiénicos, privados, confortables, tranquilos y accesibles, de acuerdo con la guía Fomento de una cultura de lactancia materna en los centros de trabajo: Instalación y funcionamiento de salas de lactancia, que próximamente dará a conocer Unicef.
El espacio también tiene que contar con sillones cómodos, lavamanos, refrigerador para almacenar la leche, bitácora para apuntar las entradas, toallas de papel, pizarrón con plumones y dispensador de agua. El tamaño de la sala dependerá del número trabajadoras en edad fértil.
Aunque la Unicef no menciona el aparato ideal para extraer leche, los eléctricos acortan el tiempo de extracción y permiten que las mamás los puedan usar varias veces al día.
En una situación natural, ellas estarían amamantando cada tres horas más o menos, dependiendo de la edad del bebé, explica Bárbara Onate.
Cuánto cuesta un lactario
La farmacéutica mexicana Liomont tiene dos salas de lactancia. La primera la inauguró en el 2015 en su corporativo de Santa Fe, y la segunda en el 2017 en su planta de producción en Cuajimalpa.
Tomando en cuenta el equipo de extracción de leche, el mobiliario, refrigeradores, fregaderos, el pizarrón y la bitácora, “invertimos alrededor de 40,000 pesos en cada uno”, informa Eduardo Fajer, director de Recursos Humanos de Liomont.
De acuerdo con Bárbara Onate, sus equipos de grado hospitalario tienen un costo de menos de 50.000 pesos. Sirven para extraer leche a varias mujeres y cuentan con una garantía de tres años, así como apoyo en un centro de atención telefónica para cualquier duda de su operación.
Después de tener la sala de lactancia, en la empresa disminuyó 90% la ausencia por cuidados maternos durante el 2016, y 80% en el 2017.
En México no hay estudios concretos sobre los beneficios económicos de invertir en un lactario, pero una investigación realizada en la compañía Cigna, en Estados Unidos, comprobó un ahorro anual de alrededor de 1 millón de pesos por reducción de ausentismo. Ese análisis lo hizo en una población de 343 empleadas, detalla Bárbara Onate, directora de Medela.