En Chile la subespecialidad venía creciendo a una tasa del 20% anual, llegando a 18 mil tratamientos al año en 2019. Además se espera que el proyecto de ley que busca regular la práctica de cirugía plástica estética y reconstructiva avance en su trámite legislativo.
Los esfuerzos en las emergencias se han redoblado para contener la pandemia que nos aqueja, tanto en el sistema público como privado. Sin embargo, la necesidad también obliga a adaptarse en un escenario adverso.
Los tratamientos cosméticos y cirugías plásticas crecieron un 163% entre el 2000 y el 2018, según datos oficiales de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica, por lo que esta industria debe adaptarse desde las visitas médicas hasta los procedimientos. En Chile esta subespecialidad ha venido creciendo en un 20% anual.
En este sentido, el presidente de la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica, Dr. Claudio Thomas, recomienda ver los alcances del COVID-19 en Chile y mantener la cautela. Aunque él recalca que “el Coronavirus ha afectado todos los aspectos” de su práctica.
”El cambio lo aprecio en una reducción importante de las consultas privadas, sólo se atiende bajo el protocolo de distanciamiento social y para circunstancias muy específicas”, asegura el cirujano plástico certificado. De hecho, sólo se están controlando pacientes que fueron operados hace unos meses y no pueden postergar su control porque hay que evaluar cicatrices y su tratamiento respectivo.
Además el experto analiza este periodo de confinamiento y cree que la sociedad en general se ha visto necesitada de hacer cambios en sus rutinas. En estos momentos, por la postergación de los tratamientos de mayor necesidad de urgencias, así como otras áreas relacionadas con la estética como barberías y peluquerías han cambiado sus horarios, entre los cirujanos plásticos certificados ha primado la ética y mesura. Sin embargo, Thomas asegura que hay número importante de pacientes que están solicitando información de cuándo se reabrirán los centros para poder retomar sus tratamientos.
El facultativo dice que las cirugías electivas se han limitado en todo sentido, incluyendo consultas y la postergación de los tratamientos agendados. No obstante, la telemedicina es una realidad y, a medida que los pacientes se sientan más cómodos viendo a sus médicos de este modo, se abre una nueva arista a considerar.
“Cuando la enfermedad se controle en un área determinada, la cadena de suministro de recursos hospitalarios vuelva a la capacidad de referencia y la curva social de la enfermedad esté bajo control, podremos comenzar con los procedimientos de menor riesgo en los pacientes más saludables y de menor riesgo”, dice el Thomas.
Otro de los temas a considerar este año y a futuro es la regulación de la subespecialidad médica en Chile. De esta manera el proyecto exigiría que el médico que realiza la intervención debe tener obligatoriamente la especialidad de cirujano plástico acreditado y, en el caso de cierto tipo de intervenciones, estas pueden ser realizadas por otros especialistas acreditados por la Superintendencia de Salud.
Este proyecto es un viejo anhelo de parte de la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica, que va en línea con la búsqueda de la seguridad de los pacientes. Así, se podrá evitar que falsos especialistas sigan poniendo en riesgo a la población, atacando este problema de salud pública.