Por Fernando Fragueiro, director del Centro de Investigación ENOVA Thinking de la IAE Business School.
“Un ránking único del desempeño de los CEO de América Latina refleja información de gran importancia y revela algunas sorpresa. Desde una perspectiva de países de origen, Brasil lidera la lista con 26 CEO entre los top 50, seguido por México con 10, Chile con 5, Perú con 5, Argentina con 4 y Colombia con 2…. ”. Con estas frases de alto impacto comienza la presentación del trabajo realizado por 3 profesores de management: Fernando Fragueiro (IAE Business School), Herminia Ibarra (INSEAD) y Morten Hansen (Berkeley) que se propusieron evaluar el rendimiento de los CEO, algo verdaderamente difícil al momento de seleccionar los criterios de análisis.
En algunas oportunidades, trabajos de este tipo han tomado la evolución de las ventas, un criterio no tan válido si lo que se está evaluando es al CEO y no a la empresa. También suelen utilizarse criterios cualitativos que, al adolecer de objetividad, pierde credibilidad.
En este caso, se decidió tomar la rentabilidad total para los accionistas, a lo largo de todo el período que se desempeñó como CEO de una misma compañía. Así fueron escogidos los CEO de todas las compañías de capital abierto, o público; que trabajan en América Latina y que figuran en el índice de Mercados Emergentes, de MSCI; o en el Ranking de empresas de América Economía (2002 a 2012).
Para ser incluido un CEO, debía haber asumido el cargo entre el 1 de enero de 1995 y el 30 de Junio de 2009. De este modo resultaron incluidos en el análisis 294 CEO de 197 empresas, de ellos, 152 aún estaban en esa función el 30 de Junio de 2011, fecha en que se dejó de medir el desempeño. Este grupo representaba a 20 nacionalidades, con base en 7 países. La edad promedio al asumir como CEO era de 48 años, con una permanencia promedio de 7 años, y sólo el 1% eran mujeres. Vale la pena tener en cuenta que el 75% de las empresas analizadas son empresas de origen familiar.
La metodología llevó a considerar tres mediciones en simultáneo: la rentabilidad total de los accionistas ajustada por país; la rentabilidad total de los accionistas ajustada por industria; el cambio en la capitalización bursátil durante la permanencia en el cargo.
Los primeros cinco CEO de la lista son de Brasil: Mauricio Novis Botelho, de Embraer; Roger Agnelli, de Vale; Benjamín Steinbruch de CSN; Manoel Arlindo Zaroni de Tractebel Energía; y Miguel Gomes Pererira Sarmiento Gutiérrez, de Lojas Americanas. Paolo Rocca, es el primer argentino, CEO del Grupo Techint, y comparte el sexto lugar con otro brasileño, Renato Alves Vale, CEO de CCR. Entre los 10 primeros aparecen dos mexicanos: José Antonio Fernandez Carbajal, de FEMSA y Daniel Hajj Aboumrad de América Móvil.
El trabajo revela también importantes definiciones sobre quiénes son los CEO con mejor desempeño en América Latina. En primer término cabe mencionar que entre los top 50 CEOs, la gran mayoría son de compañías locales o multilatinas; sólo 5 de ellos pertenecen a mulitnacionales, a pesar de que éstas representan cerca del 30% de los ingresos corporativos en la región. Otro dato importante es que la mayor parte de los CEO provienen de la misma compañía y en su mayoría, los CEO de mejor performance son locales.
Finalmente el trabajo revela la existencia de tres tipos de CEOs que, posiblemente sólo se encuentren en América Latina.
1. Los CEOs de empresas familiares, siendo ellos mismos miembros de la familia: entre otros, Daniel Servitge Montull (Grupo Bimbo de México) y Paolo Rocca CEO de Techint, Argentina.
2. Aquellos CEOs de empresas de control familiar que no pertenecen a la familia: Guillermo García en Molinos Río de la Plata, controlada por la familia Pérez Companc; Daniel Rodriguez Cofré, CEO de Cencosud, perteneciente a Horst Paulmann, entre otros. Los integrantes de este grupo destacan, entre otras cosas, por haber desarrollado la capacidad de trabajar y ganar la confianza de los miembros de la familia controladora.
3. El tercer grupo está compuesto por CEOs de compañías que solían ser estatales y han abierto su capital a la inversión privada, en algunos casos manteniendo el control del Estado, como en Petrobras, y, en otros casos manteniendo el Estado la “acción de oro”, como ocurre en Embraer y Vale .