De acuerdo a un reciente estudio, estas partículas podrían ser la razón de la relación entre el aire sucio y las enfermedades cardíacas.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, más de 90% de la población mundial vive con aire tóxico, y según el reporte de las 10 preocupaciones de salud mundial para 2019, el aire contaminado es una "emergencia de salud pública" global.
Un reciente estudio realizado por la Universidad de Lancaster, publicado en la revista científica Environmental Research, reveló que los corazones de los habitantes de las ciudades contienen miles de millones de partículas tóxicas de contaminación del aire. Los investigadores sugieren que estas partículas producidas por los vehículos y la industria, podrían ser la causa subyacente del vínculo estadístico establecido hace mucho tiempo entre el aire sucio y las enfermedades cardíacas.
De acuerdo con The Guardian, la nueva investigación es la primera evidencia directa de que las nanopartículas ricas en hierro pueden causar enfermedades cardíacas. Según las pruebas de laboratorio, ya se sabía que las partículas diminutas dañaban seriamente las células humanas y eran un componente importante de la contaminación del aire en las carreteras.
La investigación analizó el tejido cardíaco extraído de 63 jóvenes que habían muerto en accidentes de tránsito pero que no habían sufrido traumatismo en el pecho. Vivían en la Ciudad de México, que tiene una alta contaminación del aire, y tenían una edad promedio de 25 años. Primero, calcularon el número de nanopartículas ricas en hierro presentes en los tejidos cardíacos y el daño asociado a ellos.
En promedio, encontraron entre 2.000 millones y 22.000 millones por gramo de tejido. Los habitantes de CDMX tenían de dos a diez veces más particulas contaminantes que otros sujetos que vivían en lugares menos contaminados. Aunque los investigadores reconocen algunas incertidumbres, aseguran que los hallazgos e implicaciones del estudio fueron demasiado grandes como para guardarse la información.
En mayo de este año, un estudio publicado en la revista Chest Journal que realizó la Universidad de Illiniois (Chicago), la exposición de partículas finas al aire libre (partículas con un diámetro aerodinámico <2.5 μm) causa la pérdida de 4.2 millones de vidas y 103 millones de años de vida ajustados por discapacidad perdidos según el Informe de Carga Global de la Enfermedad de la OMS. Demencia, enfermedades cardíacas y pulmonares, problemas de fertilidad y disminución de la inteligencia son parte de las consecuencias del aire contaminado. Todo el cuerpo está comprometido. Quienes más sufren son los niños y los no natos.
El mismo grupo de investigación descubrió en 2016 que las mismas nanopartículas estaban presentes en los cerebros humanos y estaban asociadas con daños similares al Alzheimer, otra enfermedad relacionada con la contaminación del aire, apunta The Guardian.