El crecimiento de la población y la carencia de carne, aves o pescados debe encaminarse hacia algún lado. ¿Son los bichos la alternativa?...
Andy Holcroft tiene a su cargo un negocio particular. Se llama “Kitchent Grub”, está en Gales, Gran Bretaña. Tiene la apariencia de un restaurante y, en rigor , lo es. Pero su menú es particular: está hecho a base de insectos.
Ya con su nombre el local es atractivo. En inglés, significa algo así como "sopapear", pero alude también a las larvas. Todo ad hoc. Debe ser el único lugar en el que los comensales no se quejan de que algo pequeño con patas anda en su plato.
Lo que se aprecia en “Kitchent Grub” no es cotidiano en Occidente. Sí en otras latitudes, especialmente en sudeste asiático u otros puntos del planeta en los que se reconoce sin prejuicios ni impedimentos estético-culinarios el alto volumen de proteínas, grasas, minerales y vitaminas que contienen los insectos.
“El mayor reto de este negocio no es sólo mantenerlo, es lograr que la gente pruebe los bichos y los incorpore como dieta cotidiana”, explica Holcroft. “Es hacer que la gente vuelva sólo por el gusto de nuestra comida”, comenta a la prensa.
Lo que se debe reconocer es que, al menos, “Kitchent Grub” rasca donde pica. El crecimiento de la población y la carencia de carne, aves o pescados debe encaminarse hacia algún lado. Se deben buscar otras alternativas. Y los bichos, presentes desde el comienzo de los tiempos, pueden ser un camino.
Al menos, ya se está dando situaciones curiosas: en países desarrollados (Canadá, Estados Unidos, Francia y Holanda, por ejemplo) se construyen grandes fábricas de insectos para aportarles proteinas a los alimentos de los animales en granjas. Animales que después son consumidos por las personas.
Así, la idea de Holcroft no es sólo la locura de un chef que busca probar cosas nuevas en su cocina. “Quiero demostrar que los bichos son sabrosos y nutritivos, y por lo tanto una alternativa más sustentable de fuente de proteínas en comparación con alimentos tradicionales”, ha dicho en los medios.
Por el momento, se comparten los dos platos más populares en el menú de “Kitchent Grub”:
* Hamburguesa de bichos
Se trata del plato más solicitado en el local de los insectos. La hamburguesa se elabora con larvas, grillos y saltamontes envueltas en un pan focaccia, que se sirve con un tipo de harina y mayonesa con ajo y hormigas.
En apariencia, se asemeja a la hamburguesa vegetariana, pero -sin duda- con un maridaje de sabores y texturas diverso. Las hormigas le otorgan un intenso sabor cítrico y también una atractiva característica crujiente.
* Sopa de saltamontes con ajo
La base de este menú es una sopa de tomate a la que se le agregan pimientos rojos asados y migajas de saltamontes pasados por ajo. Un tercer aditamiento es una hoja de albahaca.
Esta última juega un papel primoridal, ya que ayuda a que los insectos adopten un sabor más almendrado que el original, en este caso el saltamontes. Una de las características de este bicho es que, al igual que las hormigas, es intensamente crujiente.
Los pimentones, en tanto, adquieren una atractiva contextura en la mezcla con la hierba y los insectos.