La actividad que se desarrolla en Bogotá entre el 16 al 18 de agosto cumple dos décadas. En su versión aniversario estarán Black Label Society, Anthrax, Exodus y Meridian Brothers, entre otras bandas.
El rock se escucha y se toca en Colombia desde la década de los 50 con presencia de agrupaciones que buscaban una identidad propia.
Se presentaron conciertos en vivo de Bill Haley y sus Cometas, las emisoras programaban a Elvis Presley, Chuck Berry y Jerry Lee Lewis, se proyectaban películas sobre el género y en 1964 se grabaron los primeros discos de rock colombiano con los Daro Boys.
Malanga, Génesis, Los Speakers y Los Flippers aparecieron promoviendo cambios en el gusto musical y la actitud de los jóvenes frente a su entorno familiar y social, aportando al sonido del rock en español.
Para la década de 1990, Bogotá, con una población de 5 millones de habitantes, en medio de un país en guerra, cercado por el narcotráfico y el terrorismo, suspendió los conciertos masivos, dificultando la circulación de las agrupaciones.
La sociedad y los estamentos oficiales estigmatizaron a los jóvenes en general y particularmente a los seguidores del rock. Por influencia de la Constituyente del 91, el Instituto Distrital de Cultura y Turismo (IDCT) promovió acciones buscando un mayor reconocimiento de las artes en Bogotá y la participación de los jóvenes en la oferta oficial.
En 1992 lanzó una convocatoria pública para identificar los gustos musicales de estos jóvenes, cuyos resultados sorprendieron por el número de bandas rockeras. La entidad dio una respuesta inmediata organizando el Primer Encuentro Música Joven Santa Fe de Bogotá, en la sala Oriol Rangel del Planetario Distrital.
Hicieron su entrada por primera vez a este espacio las guitarras eléctricas con grupos como La Derecha, 1.280 Almas y Andrea Echeverry, entre otros. El festival realizó un segundo encuentro entre el 9 de junio y el 1º de julio de 1993, en el que participaron 19 agrupaciones, entre las que se destacaron Sangre Picha, Monóxido y los Aminoácidos, El Duodeno y sus Intestinos, de Ramiro Meneses, Ekhymosis, Ex-3, Marlo Hábil, La Catedral, Yuri Gagarin, Carpe Diem, La Derecha, Juanita Dientesverdes, Bajo Tierra y Los Árboles.
En este marco, el cantante de La Derecha, Mario Duarte, y el empresario Julio Correal solicitaron apoyo para contar con escenarios que dieran cabida a un mayor número de asistentes, condiciones técnicas apropiadas, divulgación en medios y una organización logística.
La Subdirección de Fomento y Desarrollo Cultural del IDCT se dio a la tarea de organizar un primer “gran” festival de rock que cumpliera con estas expectativas.
La propuesta de cuatro puntos fue aprobada por la dirección del instituto y la Alcaldía Mayor de Bogotá: formular políticas para el fomento de las prácticas artísticas de los jóvenes, impulsar la organización de las agrupaciones y el surgimiento de nuevas bandas, fomentar el trabajo de los gestores culturales y crear nuevos públicos con la gratuidad.
A partir de 1995 el festival se ha realizado de manera ininterrumpida y se proyecta nacional e internacionalmente como el festival gratuito de mayor asistencia en América Latina.
Desde Doctor Krápula hasta Bomba Estéreo, desde Los de Adentro, Sanalejo y Victoria Sur hasta Chucho Merchán, así como bandas fusión de hip hop, ska y punk hasta blues, reggae e indie, han pasado por Rock al Parque.
Hoy, en una Bogotá que pasa de 8 millones de habitantes, el rock tiene una presencia viva con más de 10 festivales locales y la más alta asistencia de públicos a conciertos oficiales frente a los demás géneros, donde el metal reúne la mayor cantidad de seguidores.
Se cuenta con un número importante de escuelas y pequeñas industrias de vestuario, peluquerías, tatuajes, canales comunitarios, revistas especializadas, redes sociales y la participación de la empresa privada con festivales como el Estéreo Picnic.
"Rock al Parque", que es responsabilidad de Idartes desde 2011, se dispone a celebrar sus 20 años respondiendo al movimiento y a la construcción de nuevas ciudadanías juveniles en un marco de convivencia y respeto.
El rock, canal de expresión por excelencia de las jóvenes generaciones, promueve también desde sus sonidos diferentes formas asociativas y de cohesión social.