Interrupciones constantes, crean atención intermitente y nula productividad. Es decir, no se está ni en un lado, ni en otro. Mientras se piensa en una cosa, se está haciendo otra y viceversa.
En estos tiempos que tanto se habla de la productividad, ser un miembro que parezca no contar con esa virtud en el campo laboral se asemeja a un atentado contra las buenas costumbres de la oficina.
Sin embargo, en pos de la productividad surgen algunas medidas que los mismoslíderes de equipo o colaboradores ponen en práctica sin saber que precisamente esas acciones pueden mermar sus resultados y quebrantar su creatividad.
Hoy te presentamos algunos males comunes de la oficina, que al igual que un cuerpo, puede ser atacado por diversos agentes; sin embargo curar sus efectos suele ser de la misma forma que con el humano: a base de antídotos.
Interrupciones constantes
Este tipo de situaciones crean atención intermitente y nula productividad. Es decir, no se está ni en un lado, ni en otro. Mientras se piensa en una cosa, se está haciendo otra y viceversa.
Combatirla es difícil porque se debe a factores que no puedes controlar, como tus compañeros de trabajo o circunstancias del lugar; pero algunos detonantes sí dependen de ti, como tu necesidad de ser multitask o de tener las redes sociales abiertas.
La interrupción provoca una de dos cosas: o que tu trabajo parezca un lío o que te sientas muy importante por la cantidad de veces que te interrumpen. En realidad, no es ninguna de las dos, sino sólo menos productivo.
La cura está en organizar tu agenda, apagar tus alertas y aprovechar las dos primeras horas de tu jornada para hacer lo más importante y pesado del día.
Juntas y más juntas
Esta es clásica. ¿Reuniones por todo?, ¿el clásico líder que da las órdenes mientras todo el equipo lo escucha, aburrido?
La cura está en reflexionar si las reuniones llevan realmente a algo:
¿La junta se convierte en una serie de mandatos que no tendrán continuidad en el futuro? Si es así, no la repitas más.
¿Percibes a tus colaboradores aburridos o con pocas ganas de aportar? Implementa otra dinámica, hazlos hablar, propón que ahora ellos lleven la junta –tal vez te sorprendan–, ¡prueben no reunirse!, –tal vez trabajen mejor–, pregúntales si quieren más reuniones, o lo que se te ocurra, pero no repitas el formato.
¿No están todos presentes y la reunión se llevará a medias? Si es así, podrías utilizar Skype.
En fin, no llames reunión a todo –para comenzar–, además, no la uses como excusa. No te hace ni más importante, ni más interesante.
Las famosas ‘sinergias’
Esa es una palabra de moda. En los equipos especialmente grandes se habla mucho de hacer ‘sinergias’ y, aunque suene muy interesante, en verdad pocas veces se aplica en la realidad su verdadero concepto, que significa la acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de los efectos individuales.
Pregúntate, ¿en tu empresa en verdad se está aplicando eso, o solamente se comparten algunas cosas? Ahora, mídelo. En el tiempo que llevas haciendo ‘sinergias’, ¿has visto cambios reales?
Mejor ofrece tu trabajo, colaboración y talento, establece un límite y después evalúa la experiencia. Sobre todo, aplica el principio de ganar-ganar: ¿las dos o más partes ganan igual o sólo una?
Gente de proyectos
No seas mentiroso y prometas cosas que no vas a cumplir. Además, no seas soberbio y te llenes de proyectos sólo por parecer más ocupado… es increíble que en el mundo empresarial y emprendedor suceda esto, pero así es.
Ataca esta necesidad de crear ‘proyectos’ a cada momento. Si eres un ‘proyectador compulsivo’ debes saber algunas cosas:
NO, por favor no planees un nuevo proyecto hasta que concluyas uno o hayas dado muy buenos pasos previamente. Recuerda que el que a dos amos sirve, con uno queda mal.
Después de esto, lo mejor es evaluar. Reflexiona sobre tus prácticas: las buenas, déjalas y mejóralas; las malas, extermínalas.
Si vas a iniciar un nuevo proyecto, primero fija bien tus objetivos y busca unirte con gente afín a tus ideas y que sepa cómo ayudarte a conseguirlo.
El antídoto
La coach life, Mariela Jimenez explicó en entrevista para Dinero en Imagen algunos aspectos a considerar si se dan estos problemas en tu equipo.
“(Es necesario que) a partir de las habilidades que uno tiene considere una opción B o C”, explicó Mariela; esto con el fin de generar mayor compromiso y estrategias y finalmente la libertad que requiere un equipo grande, así no se cortará la libertad creativa de tus colaboradores y no habrá un simple “intercambio de tiempo por dinero”, como sucede en un empleo común.
Otro de los tips que ella recomienda es que nos acerquemos a las personas exitosas y les preguntemos qué hicieron para lograrlo, qué leyeron, qué películas y programas vieron y si es posible que sean nuestros mentores, para aprender de sus costumbres y darnos cuenta que perder el tiempo no es parte de sus rutinas.