A ocho meses de su muerte, se reveló que el DJ no dejó un testamento.
Fue el 20 de abril de este año cuando Tim Bergling (28), más conocido como Avicii, fue encontrado muerto por un aparente suicidio. La noticia no sólo quebró a su familia, sino que además fanáticos de todo el mundo y colegas del DJ le rindieron un masivo homenaje.
A ocho meses del deceso, se reveló que el joven no dejó ningún testamento y que sus padres heredaron su millonaria fortuna. Según el portal sueco Expressen, Avicii poseía un patrimonio de US$25,5 millones los que fueron entregados a Klas Bergling y Anki Lidén ya que no tenía hijos ni estaba casado.
Antes de entregar la millonaria suma a sus papás, se le descontaron dos deudas: una en Estados Unidos y otra de un monto mucho menor en Canadá. Según el medio británico Daily Mail, cobraba US$ 250 mil por cada uno de sus shows nocturnos, sin embargo, cuando comenzó a recaudar grandes sumas expresó en una entrevista de 2013 que “no necesitaba tanto dinero”.
En efecto, el DJ hizo más de una donación. En 2012 donó un millón de dólares a Feeding América (organización benéfica contra el hambre) y al año siguiente dio otro millón a una organización sueca.
Antes que Avicii se retirara de los escenarios en 2016, realizaba hasta 320 shows por año, y solía encerrarse hasta 60 horas en un estudio para grabar música, contextos nocturnos que lo llevaron a generar una adicción por el alcohol, desarrollando una pancreatitis.
“Viajas mucho, vives en una maleta, vas de un lado para otro y te ofrecen alcohol gratis en todas partes. Era raro si no bebías”, dijo en una entrevista a la revista CQ. “Soy tímido y me ponía nervioso. Necesitaba confianza y me la daba el alcohol, me convertí en una persona dependiente”, expresó en esa oportunidad.
Finalmente, Avicii habría acabo con su vida porque “quería encontrar la paz”, según expresó en un comunicado su familia.