Muchas veces no dicen más que el curriculum, pero bien escritas son el mejor respaldo entre tanta autorreferencia en la postulación.
Es como un cuadro cubista. Cada etapa del proceso de admisión a un MBA busca desde diferentes ángulos las capacidades y destrezas de un candidato. Las escuelas de negocios evalúan a los postulantes multidimensionalmente y una imagen especialmente reveladora son las cartas de recomendación. Porque, entre tanta autorreferencia, escuchar de otras fuentes las calificaciones del solicitante da referencias externas al evaluador. Además, se valora la capacidad del aspirante para encontrar personas del mundo empresarial, académico o político que estén dispuestas a apoyar su proceso de admisión.
La preparación de cartas de recomendación debe tener en mente que los firmantes sean las personas adecuadas para la escuela determinada a la cual se va a postular. Tu postulación está llena de las mejores intenciones y atributos, pero la fuente de toda esta maravilla eres tu mismo. Por eso, las escuelas ponen especial atención a las cartas de personas externas y en qué tan en concordancia están con lo que expresa el candidato.
Pese a que no hay un “libro de recetas” para escribir una recomendación, se pueden hacer especiales esfuerzos a la hora de gestionarlas:
1° Chequea requerimientos de cada escuela: se deben revisar atentamente los requerimientos formales de cada escuela, tanto respecto a lineamientos del texto como a los atributos de quienes escribirán. “Nosotros pedimos respuestas específicas respecto a los estudiantes”, ejemplifica Hrilina Lock, jefa de Admisión del programa TRIUM de London School of Economics, un MBA en conjunto con HEC Paris y New York University. “Estas respuestas se refieren a capacidades para completar el MBA, su futuro rol como gerente y sus talentos, además de áreas en las cuales el postulantes podría crecer”, agrega Lock. Por eso, saber cuál es el perfil que busca la escuela te permitirá escoger a los recomendadores que puedan describir mejor esos aspectos.
2° Selecciona al recomendador: ya está dicho, pero vale reforzarlo. Se debe elegir a la persona más adecuada para dar una buena imagen de quien es el postulante. “Primero tienes que evaluar cuáles han sido los momentos en los que más has brillado en tu vida académica y profesional y luego pensar quiénes han sido testigos de ellos”, dice Salvador Córdova, egresado del MBA de EGADE. “Posteriormente, debes acercarte a aquellos testigos -de preferencia en persona- para comentarles del nuevo proyecto que tienes en puerta y que has pensado en ellos para que sean tus referencias en el proceso de admisión”, agrega Córdova.
Y si vas a postular a distinta escuelas, elige recomendadores de perfiles diversos, teniendo en cuenta también que las escuelas dan mucha importancia al cargo y rango de quien firma la carta. Sin embargo, no se debe perder el foco respecto a que lo primero es que la persona debe conocer bien al postulante, y luego se debe pensar en su cargo. “No hay que buscar impresionar a la escuela con una carta escrita por un alto cargo de la empresa, pero que el equipo de Admisiones descubra fácilmente que esta persona realmente no conoce bien al candidato”, matiza Cristina Sassot, directora de Admisiones del MBA Full Time de ESADE.
En esta elección hay que considerar que las escuelas buscan principalmente referencias de contactos de experiencias laborales. Porque lo que se busca conocer es el desempeño del postulante en situaciones reales: de solución de problemas, de trabajo bajo presión, de relaciones interpersonales, etc. Por lo mismo, cartas de amigos con los que no se ha trabajado, por muy buenos cargos que posean, deben evitarse. Además, el firmante debiese pertenecer a una industria conocida por los reclutadores, con referencias que permitan rastrear fácilmente su veracidad. “Preferentemente se debe acompañar de referencias breves que lo respalden, como por ejemplo links a sus sitios web”, dice Federico Ferreyra, MBA de la Universidad Torcuato Di Tella.
3° Entrena a tu recomendador: una vez con los recomendadores elegidos, se les debe dar la información necesaria para que no les signifique un inconveniente en cuanto a su tiempo. Es importante entregarle el feedback necesario para que sepa qué escribir y cuáles son los objetivos de la carta. Por ejemplo, se puede comentar el material de los propios ensayos de admisión escritos y cuáles son las intenciones principales por las cuales se quiere un MBA. Entregar ejemplos de cartas puede ser muy útil también.
En cuanto a redacción, la idea es que no se exagere respecto a las calificaciones del postulante, ya que no se busca que sea perfecto, sino que se adapte al programa del MBA. “Es importante hacer referencia no sólo a las fortalezas sino también a las debilidades del postulante. Se espera una evaluación integral y sincera”, dice Jaime Serida, decano de la Escuela de Administración de Negocios de ESAN. Porque una carta en que el postulante aparece como excelente en todas las áreas no es tomada demasiado en serio por los reclutadores.
Se le debe dar un plazo prudente para escribir, ojalá de seis semanas. Como tendrá tiempo, escribirá cosas que recalquen lo que sabe del candidato y pensará qué otras cosas puede agregar para recomendarlo. Lo importante es darle tiempo y por ningún motivo contactarlo a último momento, ya que en caso de aceptar no lo hará con la mejor disposición del mundo.
4° La carta: ¿qué cosas debe decir el recomendador de ti?
-Cómo se conoció a la persona y en qué contexto.
-Señalar que lo ha visto hablar en inglés en el trabajo, si es el caso. Ese punto puede ser muy importante, aunque en América Latina haya pocas empresas que trabajen en inglés.
-Lo más importante es la concentración en un punto que haya que resaltar. Para eso, lo mejor es contar unas tres o cuatro anécdotas que demuestren esas habilidades o cualidades.
-Es aconsejable que la persona que recomienda lo haga en su idioma original y el candidato la lleve a un traductor profesional que pueda poner su firma o la de su instituto en la traducción.
-La carta, pensando en su objetivo final, debiese terminar con una recomendación a la escuela a aceptar al postulante explicando los aportes que éste entregará en el futuro cursando este programa.
5° Lo que no hay que hacer: es muy deseable que el candidato no escriba su propia carta de recomendación. Ocurre mucho que el recomendador pone sólo la firma en el papel, pero fue el candidato quien escribió el texto. Sin embargo, cuando eso sucede se obtiene un efecto contrario al esperado. En muchos de estos casos es habitual que la escuela se ponga en contacto con el recomendador para corroborar la información que aparece en la carta. Y si se nota cierto nivel de desconocimiento, el candidato podría quedar automáticamente fuera del proceso.
Por último, no se debe olvidar agradecer al recomendador, ni informarle que su ayuda tuvo los resultados esperados al menos con un email. “Recuerda que uno siempre debe de estar agradecido con aquellos con los que te han apoyado en tu vida”, concluye Salvador Córdova Chávez, egresado de EGADE. Y memoriza estos tips, ya que una vez con tu MBA, muchas veces serás tú quien recomiende a un nuevo postulante.
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