Los fondos de inversión y capital privado promueven que las startups latinoamericanas resuelvan problemas de su región.
México podrá ser el mercado más atractivo para arrancar una startup en Hispanoamérica debido al gran tamaño de su mercado interno. De acuerdo con el informe "Industry Data & Analysis Update on Latin American Private Equity &Venture Capital 2020" de Latin American Venture Capital Association (LAVCA), 2019 fue el mejor año para el emprendimiento latinoamericano desde 2011, ya que las salidas de Private Equity (PE) y Venture Capital (VC) fueron por US$ 6,5 mil millones, mientras que las ventas estratégicas generaron US$ 2,6 mil millones a través de 39 adquisiciones tanto regionales como de compradores internacionales.
“Normalmente, las startups que desean abrirse camino en Latinoamérica comienzan por iniciar operaciones en México. Fundadores de todas las nacionalidades escogen a nuestro país para arrancar, ya que la economía es atractiva por el tamaño de su mercado y la facilidad para hacer negocios”, afirma el abogado Victor Aguirre, cofundador del despacho especializado en startups, BlackBox.
Los fondos de inversión y capital privado promueven que las startups latinoamericanas resuelvan problemas de su región, ya que estos son muy distintos a los que hay en Estados Unidos o en Europa. México comparte muchos rasgos con otros países de habla hispana y muchas costumbres, por ello es idóneo para lanzar una startup, como lo hizo Kavak que se ha convertido en el primer unicornio (una startup con un valor superior a US$ 1.000 millones) mexicano.
Sobre cómo empezar la expansión desde México, en BlackBox dicen que el primer paso es constituir dos empresas. Una en Estados Unidos, en el estado de Delaware específicamente, ya que la legislación de esta entidad es favorable para las operaciones de negocios y brinda beneficios fiscales. La constitución debe hacerse bajo el esquema de C-corporation, y la otra será una sociedad mercantil en México, que normalmente es una sociedad anónima de capital variable (S.A. de C. V.), aunque también puede ser otro tipo de sociedad mercantil.
Así, la sociedad en Estados Unidos se vincula con la empresa mexicana, de modo que la primera funja como matriz tenedora de las acciones y la mexicana sea la entidad subsidiaria y operadora.
“La estadounidense se necesita para que pueda recibir inversiones de firmas de Venture Capital internacionales, puesto que éstas, por sus políticas de inversión, sólo suelen invertir en empresas en Estados Unidos, entre otros motivos por lo sencillo que es documentar las rondas de inversión, cómo con el uso de SAFEs (simple agreement for future equity)”, asegura Victor Aguirre.
Esto no sólo ayuda a acceder a las rondas de inversión extranjeras, también abre las puertas a las startups que aspiran a llegar al mercado internacional, pues las hace empresas más sólidas y mejor constituidas.
Luego, es el turno de transferir fondos a la empresa en México. Una vez que se constituyó la empresa en Estados Unidos y se obtuvo el financiamiento para la expansión, los fondos recaudados se deben transferir a México para arrancar operaciones.
“Pero las startups deben tener cuidado para que legalmente se documenten como capitalizaciones o transferencias de capital, y no se queden como algún otro tipo de ingresos ya que habrá que pagar impuestos”, advierte el abogado.
Las startups mexicanas que ya conquistaron su mercado pueden arrancar operaciones en el país de América Latina que deseen, “regularmente se hace en el país de origen de los socios, pero Colombia, Perú y Argentina también son mercados atractivos”.
Otra opción es Brasil, pero usualmente esto implica que estas empresas ya tengan un contacto allá o que contraten gente local. También hay casos de startups que son muy agresivas y que tienen mucho capital y que inmediatamente se desdoblan en varios países a la vez.
Una vez en el nuevo mercado, se inician las operaciones de la startup acorde a la legislación del país, pero para poder llegar a este punto lo más importante es contar con la asesoría adecuada en todo momento.
Y, el tercer paso consiste en buscar un especialista. Para esto se necesita un abogado especialista que conozca bien qué tipo de estructura legal se puede hacer; es decir, cuáles son las opciones que tiene la startup, cómo vincular las empresas de manera correcta y cómo puede alcanzar su meta de la mejor forma y en el menor tiempo posible.
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